viernes, 28 de noviembre de 2014

Bad Words (2013)






Con: Jason Bateman, Kathryn Hahn, Rohan Chand, Philip Baker Hall, Allison Janney y elenco

Dirección: Jason Bateman


Estreno de la Semana


Semanas enteras sin alquilar esta película por suponerla otra comedia para el olvido de Jason Bateman. Y una vez más, la falta de estrenos me depositó frente a ella en la góndola sin nada mejor que hacer, y la llevé.

Nunca hubiese imaginado a Bateman director. Jamás me hubiese permitido creer que este hombre que consigue de vez en cuando algún protagónico dramático aceptable y que ya nos ha demostrado que, en eso de construir comedias, a veces roza la estupidez de Adam Sandler, podría haber hecho una comedia fresca, arriesgada y súper tierna como esta.

Así que ni se le ocurra ser tan pelotudo como yo y pasarse una semana más sin verla.

Es genial, y merece que la veamos.



Le pongo 8 Juanpablos por el mérito de incluso haberla dirigido. De lo contrario con un 7 iba bien.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Sin City: A Dame to Kill For (2014)







Con: Mickey Rourke, Jessica Alba, Josh Brolin, Joseph Gordon-Levitt, Rosario Dawson, Bruce Willis, Eva Green, Powers Boothe, Dennis Haysberth, Ray Liotta, Jeremy Piven, Christopher Lloyd, Juno Temple y elenco

Dirección: Frank Miller y Roberto Rodríguez


Buscar el pelo en el huevo en esta secuela de Sin City sería un atropello a la razón y no tendría el más mínimo sentido.

Porque Sin City: A Dame to Kill For es exactamente lo que pretendían Rodríguez y Miller: construir un comic exacto en donde las imágenes nos lleven a imaginarnos tocando la textura de las hojas impresas de alta calidad de las historietas importadas que tanta guita cuestan en los locales que venden ése género.

Y no es más que eso, así que no esté criticando que la trama, que lo improbable de todo lo que sucede, que las chicas…

Jessica Alba sigue hermosa, no envejece esa chica, Eva Green, tentadora. Rosario Dawson ya está para otra cosa. Rourke: nació para hacer esto. Brolin va genial y el resto acompaña de forma exquisita, por lo que le propongo: No sea gil, déjese de joder y disfrute de este desfile de imágenes salidas de lo más cool de lo mencho, que la va a pasar genial.

Sin City: A Dame to Kill For es una linda opción para esos días en que no tiene ganas de pensar en mucho y pretende entretener sus ojitos con algo que valga la pena luego de un día agotador, así que le pongo 7 Juanpablos. Donde apuntaron, le dieron en el centro.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Breathe In (2013)






Con: Felicity Jones, Guy Pearce, Mackenzie Davis, Amy Ryan y otros

Dirección: Drake Doremus


Qué sé yo. Vio que a mí las películas románticas me gustan tanto como las inesperadas visitas de las tías abuelas de mi esposa, así que no la vi mucho, le voy a ser sincero…

Le di una chance, tampoco es que uno sea un intolerante sin remedio que no acepta siquiera probar cosas nuevas. Vio cómo dice el dicho: “el que no probó no puede saberlo” (igual, yo no probé eso que usted piensa y prefiero no saberlo), así que le di una oportunidad. Pero soy un lobo viejo y conozco, más o menos de inmediato, de qué van ciertas tramas empalagosas, así que me fui. Cabeceaba sin remedio, había tenido un día por demás de estresante y nada peor para coronar la jornada que clavarme un buen film romántico de esos que me duermen sin más.

Eso sí, mi mujer se la fumó entera y al otro día me dijo que le re gustó. Y ella no es de mirar novelas ni mucho menos así que incluso debe ser cierto.

Yo que usted agarro, y si las películas románticas me re caben, voy y la miro. Seguro debe ser buena, porque si a mi mujer le gustó, yo le pongo las manos en el fuego de que debe funcionar.

Pero guarda, si usted es como yo, de esos a los que el romanticismo no les va ni en el más tísico de los pedos, agarre otra cosa.

Le pongo 7 MaríaLauras



martes, 25 de noviembre de 2014

How to Train Your Dragon II (2014)






Con: Jay Baruchel, Cate Blanchett, Gerard Butler, Craig Ferguson, America Ferrara, Jonah Hill, Christopher Mintz-Plasse, Kristen Wiig y elenco

Dirección: Dean DeBlois



Hace un tiempo ya que no puedo tolerar las películas para chicos estruendosas y sin contenido. Hollywood ya les enganchó el punto y luego de haber hecho algunas proezas inexplicables, de inmediato caen en el patético reemplazo de ideas frescas y originales por ruidos, explosiones y efectos especiales súper increíbles. Como cuando vino Colón, que engatusó a la indiada con espejitos de colores. Nuestros niños, ávidos de una secuela de tan interesante historia, esperan no sé qué más de ella y se sientan ansiosos a que empiece. Y como no hay nada más que contar, lo único que reciben son gritos, explosiones, persecuciones, monstruos muy bien hechos y nada más que eso.

Algunos dicen que estoy viejo e intolerante, pero la verdad es que estoy un poco hinchado las pelotas de que no haya nada mejor para nuestros hijos que este tipo de avalanchas visuales sin contenido.


Le pongo 2 Juanpablos y lo invito a que alquile otra cosa, esto no sirve para nada y lo único que conseguirá es un fuerte dolor de cabeza.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Stuck (2007)






Con: Mena Suvari, Stephen Rea, Russell Hornsby, Rukiya Bernard y Carolyn Purdy-Gordon en el glorioso papel de: La jefa

Dirección: Stuart Gordon


Resulta que Mena Suvari, ya no solo lejos de sus tiempos de gloria sino que directamente avocada a matarse el hambre con lo que mierda sea, y cuando digo “con lo que mierda sea” me refiero a que lo único que aún no exploró –y para ello solo faltan meses- es el cine porno y/o aceptar la derrota y tomar ese trabajo de media jornada como cajera del supermercado chino de a la vuelta de su casa, asociada de manera dantesca con Stephen Rea, otro al que ya los años de gloria se le han escurrido incluso de sus propias memorias, construyeron esta simpática e impiadosa pelotudez insoslayable que a continuación intentaré dibujar.

Mena es enfermera en un hospital de ancianos donde el encargado del casting, al no conseguir viejitos de en de veras y acudiendo solo a parientes lejanos, desesperados y canosos, uno de ellos clama por la joven, ya que se ha cagado encima. Y no hay nadie mejor que Mena para limpiar el enchastre que dejó en la cama, enchastre que nuestro sutil director no escatima en explícitos para mostrarnos bien toda la caca en las sábanas y la inútil intención de aparentar senilidad en este patético actor de sesenta y pico que pretende convencernos sin una sola herramienta de que tiene 87.

Y Mena es una enfermera muy apasionada de su trabajo, le fascina limpiar culos chorreados de caca que nuestro sutil director nos muestra con total explicitez. Y esto le suma puntos en su trabajo. Su empleadora, malísima actriz, ya está casi dispuesta a darle el cargo de “Jefa de enfermeras”. Nadie ha limpiado, limpia o limpiará la caca de los supuestos viejitos como lo hace Mena. Y la contradicción inunda las escenas, ya que si la jefa reconoce esto no se entiende muy bien para qué la asciende. ¿Quién dejará esos culos seniles pulidos espejo? Nadie.

Picazón colectiva.

Esto llena de euforia a Mena, quien no puede evitar imaginarse dando órdenes lejos de los culos cagados de los supuestos viejecitos. Y tan dispersa está que luego de ir a festejar por adelantado con dos extras que no hubiesen calificado ni siquiera para mal actor de reparto en una película de Ed Wood –hay uno que, directamente, dos por tres mira la cámara que lo está filmando- agarra y, manejando medio puesta por pastillas de éxtasis, levanta como sorete en pala a Stephen Rea, quien acaba de volver de un centro de atención al indigente en donde una vez más no consiguió un trabajo de lo que sea. Y con tanta mala pata lo atropella, que el pobre hombre queda infestado de fracturas expuestas y chorreando más sangre que la que podría engalanar su cuerpo con medio cuerpo dentro del auto.

Mena, extasiada por las pastillas y perturbada por el suceso, acelera a fondo y lleva al atropellado al hospital como hace poco y en la vida real lo hiciere el hijo de famoso locutor radial de voz gruesa e ideas izquierdistas, pero en el camino comienza a preguntarse si no quedará pegada en el hecho, ya que está conduciendo bajo los efectos de las drogas, así que desiste y se va a su casa -con el tipo clavado en el parabrisas y una suerte tremenda que la acompaña en el viaje ya que nadie advierte su aparatoso y escatológico andar-. Deja el auto en su cochera y se va a dormir –con Rea aun clavado en el parabrisas-.

Y al día siguiente debe ir al trabajo y se acuerda de pronto lo sucedido e, implorando que haya sido solo un feo sueño, acude al cobertizo a constatar la veracidad del accidente cuando, con pavor extremadamente mal actuado, advierte el cuerpo empapelado de fracturas expuestas de Rea atravesando el parabrisas.

De pronto. Una patita con fractura expuesta se mueve, como si quisiese espantarse una mosca. Oh, Dios santo. Rea está vivo.

Horror. Candor. Desesperación. Y ahora, quién podrá ayudarla.

Mena llama a su novio, un mulato re malísimo en eso de actuar, y le pide ayuda. Deben deshacerse del cuerpo. Y, lo peor: primero deberán matarle, de lo contrario no sería un cuerpo. Por lo que un inclemente desfile de espantosas escenas se suscitan sin más delante de nuestro inocentes ojos al punto que en un tiro, ya sin saber cómo continuar con esta imbécil historia, Mena sube al auto y le implora a Rea “¡¿Por qué me haces esto?!”, cuando es precisamente ella la única que está haciendo algo malo a alguien, en este caso a su atropellado.

Pero Rea, lejos de quedarse en el molde o morirse de una vez por todas así deja de “hacerle eso” a Mena, insiste con liberarse, y a pesar de estar completamente fracturado con sus huesitos fuera como escarbadientes que salen de su carne al estilo “brochetas de lomo al strogonoff”, se libera, intenta arrancar el auto y atraviesa las más improbables situaciones todo quebrado como está, hasta que finalmente es él quien acaba con Mena y su novio, prendiéndolos fuego en el cobertizo y huyendo con un improvisado bastón a pesar de las múltiples fracturas expuestas que deberían haberle matado más o menos de inmediato, o al menos haberle impedido de moverse habiendo pasado toda esa cantidad de días oculto en el garaje de la casa de su atropelladora.

Así que déjenme de molestar con esta película. Que Mena Suvari haya caído en esta desgracia tan terrible es más o menos previsible. No ha hecho nada luego de American Beauty, donde solo nos deleitó con su cuerpo de lolita. Y ese estúpido trenzado a lo Bo Derek que se clavó en el pelo que ni a la propia Bo Derek le quedaba bien, no solo no la ayuda para nada sino que, al menos en mi humilde opinión, debe ser el culpable directo de que no la contraten al menos para una película de clase B, pero ¿Stephen Rea? Dios mío… Qué triste es la vida del actor que no logra mantenerse en vereda.


Ponerle 1 Juanpablo sería faltar el respeto de lo bueno que pudiesen haber hecho estos dos en sus épocas de gloria.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Killer Joe (2011)




Con: Matthew McConaughey, Emile Hirsch, Juno Temple, Thomas Haden Church, Gina Gershon y elenco

Dirección: William Friedkin


Bien. Genial película de Friedkin. Hermosa composición de Temple, quien está divina. Gershon vuelve a lucirse luego de varios banquinazos. Hirsch, exacto. Y Thomas Haden Church…, qué decir de su papel: Monumental. Perfecto. Sublime. Insuperable. Este hombre no ha sido tomado lo en serio que debería, pocas veces lo han convocado, es una lástima. Tiene mucho para dar.


A McConaughey lo odio, lo odié y lo odiaré por siempre, me cae extremadamente mal, pero debo admitir que está bien y no ensucia demasiado con su patético egocentrismo espamentoso, así que ¿qué más podemos pedir?

Alquilé "Killer Joe" porque no encontré otra cosa, porque los estrenos vienen raleando desde hace semanas –y por ello ando tan seco de críticas- y porque ya estaba repodrido del estúpido Netflix, que no tiene ni remotamente todas las películas que amenaza tener y que me parece que para lo único que sirve es para no alquilarle y/o comprarle films a los chicos. Así que hermoso hallazgo el de hoy. "Killer Joe" es un film que, de no padecer todos estos desengaños, jamás hubiese alquilado, la tapa no me vendía nada.

Le pongo 8 Juanpablos y por supuesto que lo insto a que la vea. No tiene nada major que hacer y aún faltan algunos días para que llegue el malón de ofertas cinematográficas que hace 15 días esperamos ya con la lengua afuera.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Old Boy (2013)







Con: Josh Brolin, Elizabeth Olsen, Samuel L. Jackson y otros

Dirección: Spike Lee


Hay cosas que no entiendo de Hollywood y su fábrica de entretenimiento visual, pero más allá de mi entendimiento o no, todos sabemos qué es Hollywood y cuál es su única prioridad: Juntar guita a lo pavote y como sea.

Entonces es lógico que un día, haciendo zapping luego de una acalorada jornada de trabajo donde tuvo que asistir a cuatro brainstorms con sus secuaces para que no se les cayera una sola idea, un productor de cine enganchó justo en I-Sat o en alguna de esas -el canal Volver, por ejemplo también podría haber sido-, “Old Boy”, la tremenda película de Chan-wook Park de hace diez años que cuenta esta fresca y original historia de secuestro, abuso y perturbación que ha hecho nuestras delicias las veces que la hemos visto, y entonces agarró y dijo, con su vaso de whisky en mano y ya medio copeteado: “Qué buena película, una así habría que hacer…” y llamó a su secretaria para no olvidarse y le dejó la orden de comenzar con la búsqueda del casting y todo eso que ya conocemos del detestable funcionar de esta máquina siniestra.

Pero de ahí a que Brolin, tipo que me cae muy bien y que ya ha demostrado qué clase de películas elige para dejar su huella, o que Elizabeth Olsen, quien se despegara de sus dos estúpidas hermanitas ricachonas y demostrara también que tiene qué mostrar, ahí es donde no lo entiendo. Porque ni Brolin ni Olsen necesitan los millones de dólares que pudiesen haber cobrado de sueldo, porque están en el momento justo en sus carreras y porque todos los días les deben llover ofertas para construir cosas nuevas y copadas que no hayan sido previamente hechas en el lejano oriente.

Así que ya lo sabe. Si usted es de esos que no sabían que Old Boy es una película ya hecha, buenísima y con actores desconocidos que ha marcado aquel 2003 cuando vio la luz, está perdonado, vaya ahora mismo y alquile ésa versión, la original, la que jamás debería haber sido versionada por estos pelotudos.

Y si usted, en cambio, es de esos que sí vio Old Boy de Chan-wook Park, no sé para qué me estoy gastando en contarle todo esto.



martes, 18 de noviembre de 2014

Hercules (2014)






Con: Dwayne Johnson, John Hurt (dios mío), Ian McShane, Rufus Sewell, Aksel Hennie, Ingrid Bolsø Berdal, Reece Ritchie y elenco

Dirección: Brett Ratner



La verdad es que no sé por dónde empezar. Porque si encaro por el lado de la composición de Dwayne Johnson, tan patética como todo lo que ha hecho este forzudo tierno a excepción de “Pain and Gain”, donde hace un papel memorable que no le debe haber costado mucho ya que hace de él mismo, resto importancia al verdadero culpable de que La Roca haya sido convocado para ponerse en la piel de Hércules, a quien habría que desterrar ya que su elección vendría a ser algo así como que Pink Floyd reemplazara al recientemente deceso Richard Wright por Palito Ortega.

Y montarme solo en la liviandad con la que pretendieron contar esta fumada historia griega, también sería un sacrilegio, así que no lo sé.

Lo que sí sé es que la jovencita rústica y sin talento alguno que compone a Atalanta debería haberse vestido con armaduras que protegiesen sus órganos vitales, como bien señaló mi señora cuando pasó un instante por el living y señaló este inútil pero sexy ropaje de guerra.

Y si hubieran hecho un esfuerzo para conseguir a un actor al que no le saliera ni en lo más mínimo el papel de “loco perturbado” de la banda jamás hubiesen encontrado alguien mejor que Tobias Santelmann para no conseguir engalanar el personaje.

Y, lo mejor de todo, lo que ya me tiene tan pero tan recontra podrido que ni siquiera puedo describir mi indignación: la torpe y digna de Revista Anteojito forma de componer aristócratas o reyes griegos, con túnicas y poses de estatua como si los tipos, por haber sido inmortalizados en esas estúpidas posiciones corporales hayan sido señores de mármol con las manos anudadas en el pecho, el mentón ladeado a un costado y atacados por el caminar afeminado más sonso que haya existido luego del sketch “Silly Walk” de Monty Python.

Así que ya lo sabe, si anda con muchas ganas de no poder creer cómo fue gastaron plata en esto –mucha más de lo que usted gastará en alquilarla-, vaya y llévese una copia. Quedará espasmódicamente sorprendido.

Le pongo 2 Juanpablos. Si alguien del futuro hubiese agarrado del brazo a John Hurt cuando salía del set de filmación de Alien y le hubiese dicho que de grande, viejo y boludo iba a anotarse en cuánta tontería saliera al mercado, éste no lo hubiese creído.




lunes, 17 de noviembre de 2014

Area 407 (2012)




Con: Abigail Schrader, Samantha Lester, James y Melanie Lyons, Brendan Patrick Connor, Ken García y gran elenco

Dirección: Dale Fabrigar y Everette Wallin


Resulta que una vez más, y a pesar de los reclamos ya de rodillas de la población toda clamando para que Hollywood abandone de una vez y de manera definitiva el género “terror con camarita en mano” que hiciera las delicias de grandes y chicos en Blair Witch Project pero que, ni bien terminada esta inteligente y fresca modalidad de terror ya no quedaba más por decir y luego se construyeron millones de secuelas y/o burdas copias que pareciera que compiten entre ellas para ver cuál es más patética, más inútil y más descerebrada; una jovencita de trenzas da inicio a esta tontera sin igual filmándose en modo selfie antes de ingresar al avión que la llevara de regreso a no se dónde junto con su hermana mayor, quien no desea ser filmada y pide constantemente a su hermanita que deje de hacerlo mientras ésta –la hermanita- no para de filmarla y molestar al resto de los pasajeros de este vuelo que seguro caerá en breve con la bendita suerte de que, aquellos que quedasen con vida y ensangrentados, pudiesen contar con lujo de detalles y camarita de mano para dejar registro de “lo que sucedió” esa fatídica noche y así aprovechar y construir un revelador film sobre ello.


Y ya está todo listo, ya tenemos a todos los desconocidos actores de bajo presupuesto que pueden oficiar de supuestos seres humanos reales que están atravesando una situación perturbadora ya que nadie los recordará de otro filme. Ya tenemos el avión y las azafatas. Y el gordo insufrible de ahí adelante tiene el visto bueno de los directores para dar rienda suelta a la primera situación tentadora de ser filmada con una camarita de mano al ponerse a discutir sobre los maníes con la azafata, señalando que la compañía en la que está por volar, es una real basura.

Luego, lo inevitable, el avión levanta vuelo pero una indeseable tormenta y/o un desperfecto técnico lo baja de un hondazo.

La mayoría muere, todo es oscuridad, gritos y sangre. Y por suerte -de lo contrario no hubiésemos sabido qué ocurría con estos cuates sobrevivientes- la rubiecita de trenzas no solo está con vida sino que aún sostiene con vehemencia su camarita de mano y ya está dispuesta a filmar saltos y desenfoques a unos actores de muy mala calidad completamente ensangrentados de la cabeza hacia abajo, todos chorreados en el mismo cachete.

Y lo sobrevivientes gritan, se pelean y anuncian locas opciones para escapar del avión, que ya cayó, que no explotó, pero que bien podría hacerlo mientras el gordo sigue peleando con la azafata por los maníes y otro pasajero quien, justo y a dios gracias, anuncia que no se preocupen, que en un bolso de mano que subió al avión cuenta con un set exclusivo y profesional de cuatro camaritas de mano con potentes flashes para que no solo Trencitas sea quien inmortalizare éste vómito sino que varios uedan hacerlo, de manera de poder enfocar varios flancos cuando unos extraños dinosaurios muy pero muy mal hechos a los que ni Trencitas ni los pelotudos que deciden atarse camaritas en las manos logran aunque sea una vez en toda la película filmar y enfocar bien.

Y todos gritan muchísimo. Todos sangran por el coco y tienen la mejilla izquierda completamente ensangrentada, y todos se pelean y todos son comidos por los dinosaurios que no pueden enfocar ni una vez.

Así que déjeme de joder con esta inmundicia, que bastante cabrero estoy por habérmela fumado.

Diga que la vi en Netflix y no tuve que pagar el alquiler, que sino boxeaba a alguien.


Le pongo 1 Juanpablo





viernes, 14 de noviembre de 2014

A Most Wanted Man (2014)






Con: Philip Seymour Hoffman, Rachel McAdams, Grigoriy Dobrygin, Nina Hoss, Robin Wright (irreconocible), Daniel Brühl, Williem Dafoe y gran elenco

Dirección: Anton Corbijn


Estreno de la Semana


Está bien. Para Philip no fue la mejor forma de despedirse de este mundo si uno compara esta película con las monumentales que ha hecho en los últimos cinco años, hubiese sido un golazo despedirse con Synecdoche, o con The Master. Al menos nos dejó esto último, que está muy bien construido y que funciona a la perfección.

Buenas actuaciones de todos. Wright, me costó un montón encontrarla debajo de ese absurdo pelo corto y renegrido. McAdams, hermosa, bien parada en su rol. Quien sabe Dafoe es el punto flaco y Brühl no suma ni resta

No puedo decirle mucho más y tampoco voy a ser yo quien le recomiende ver A Most Wanted Man, ya que, como bien dijo Mollo en su último disco refiriéndose a Michael Jackson: “Muerto a laburar”, ahora todas las películas de Hoffman tendrán mucha más demanda que la que de por sí tenían con él en vida.

Así que véala, va a pasar un buen momento y volverá a sentir pena de que este hombre se haya ido tan rápido teniendo aún tanto para dar.


Le pongo 7 Juanpablos.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Când se lasa seara peste Bucuresti sau metabolism (2013)






Con: Diana Avramut, Gabi Cretan, Bogdan Dumitrache y otros

Dirección: Corneliu Porumboiu


Hay una realidad, las películas rumanas son más pesadas que gargantilla de tractores. Y esto uno ya debería saberlo a esta altura de su vida, y debería dejar de darle oportunidades al cine rumano con el optimismo de un imbécil.

No pude terminar de verla, me hubiese encantado, pero fue inútil. Sobre todo para saber dónde pretendían ir con esos silencios y momentos de impasse que inundaban cada una de las escenas.

Así que ya lo sabe, si usted gusta de esas películas en donde un director filma minutos inacabables a un actor que está sentado en la cocina fumando un cigarrillo y no hace otra cosa que eso, no sé qué está haciendo leyendo estas líneas, vaya ahora mismo y alquílese una copia. Apúrese, no haga como Porumboiu, que se toma su tiempo para todo. Métale pata que a ver si todavía se la lleva otro como usted, porque seguro que hay otro como usted, sino ¿con qué fin harían una película así?


Le pondría algunos Juanpablos, pero como no la pude terminar de ver sería deshonesto de mi parte.

martes, 11 de noviembre de 2014

Third Person (2013)






Con: Liam Neeson, Mila Kunis, Adrien Brody, María Bello, Kim Basinger, Olivia Wilde y demás gente

Dirección: Paul Haggis



Pseee, qué sé yo. Es una película romántica, y vio que acá en este blog no hay muchas películas románticas desfilando por los posteos.

Hay dos cosas que no me gustan de este mundo. Una es el Fiat Regatta, en su versión Sedán o Weekend. Y la otra son las películas románticas, o de deportes. Así que ya lo sabe: Si hay alguien en este mundo que no puede ser objetivo, que se aburre como un tronco aburrido y que se duerme como una marmota cada vez que se clava sin querer una película de besos o de temática de liberación sexual adulta, ése soy yo. Por lo que le propongo, véala. Véala si usted no pudo perderse un capítulo de La Extraña Dama, o de Rosa de Lejos.

Lo que es yo, me voy ya mismo a buscar alguna de tiros en Netflix, quien sabe tengo suerte.


Ah, Olivia Wilde está muy linda, pero medio exagerada. Su lindura explota como volcán y medio que empalaga, deberían haberla afeado un poco, es demasiada belleza, por supuesto inaplicable a la vida real.

Y Liam Neeson…, como siempre, o te enamora o te dan ganas de recagarlo a patadas en el culo. En esta ocasión dan ganas de recagarlo bien a patadas en el culo.

Así que le pongo 4 Juanpablos, pero le garantizo que no estoy siendo objetivo.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Frogs (1972)





Con: Sam Elliott, Ray Milland, Joan Van Ark, Adam Roarke, Judy Pace, Lynn Borden y un montón de ranas toro

Dirección: George McCowan


Resulta que una bella tarde de verano, Sam Elliott, el famoso cowboy de bigotones y recia estampa que todos conocemos quien cuando era joven era un alarmante clon de Juan Martín del Potro consiguiendo que ni bien apareciera en escena saltemos de nuestras butacas exclamando: “¡Juan Martín del Potro!”, viene navegando su humilde canoíta meta sacarle fotos a los reptiles del lugar -está muy ensimismado con su tarea y la escena es flor de bodrio lento como comentario de Juan José Paso- cuando de pronto el director nos muestra con vértigo a unos jovencitos ricachones quienes, cerveza de lata en mano, dibujan las más arriesgadas cabriolas con su potente y exclusiva lancha deportiva tan contrastante con la humilde canoa de nuestro simple Juan Martín, quien sonrisita, camisa vaquera y cámara de fotos en mano, intenta sorprender a una rana para tomarle una foto.

Luego, lo inevitable. Juan Martín, volviendo de su día de trabajo en la canoa debe cruzar el río y los jovencitos alcoholizados le pasan por encima, dándole vuelta la canoa y haciéndole perder no solo su completo día de trabajo, sino también su cámara y sus pertenencias.

Por suerte Juan Martín ha salido ileso, solo un revolcón en el agua y unos vaqueros mojados. Los jovencitos ricachones son boludos pero buena gente, así que lo socorren y lo invitan a la mansión donde viven para que pueda cambiarse de ropa, darse un baño y hacerse del dinero necesario para reponer su equipo fotográfico. Pero cuando llega, el pudiente muchachito lo presenta con su abuelo, dueño de la mansión y de las vidas de todos aquellos que habitan su morada, quien lo recibe con cara de muy pocos amigos y con una mala actuación que sin dudas ha sido la estrella de aquellos setentas.

Juan Martín nota el descontento, pero no se aflige demasiado. Solo necesita una ducha, un par de pantalones, una camisa y ver de empomarse a la hermana del pudiente muchachito, quien incluso en la lancha ya lo miraba con hambre de sexo casual.

La mansión es bellísima, y los actores del reparto, horrorosos. No saben ni pararse con estilo. El abuelo, en perenne silla de ruedas, utiliza una manta para taparse las piernas y ordena que le sirvan un Campari detrás del otro mientras su nietos, todos tipos en sus treintas que no tienen lo que hacer, juegan al croquet haciendo honor a su apellido (son los Crocket's) y beben vodka luciendo camisas con los cuellos más impactantes que usted imagine. Y todo es placer y lujos, salvo por el tedioso e infumable croar de miles, qué digo miles, millones de ranas toro que han copado la isla y acechan a los humanos en clara posición de ataque.

Pero ni la familia, ni los sirvientes ni el invitado toman nota de esto. Una rana nunca le hizo daño a nadie, así que de pretender llamar la atención quizás deberían haber portado armas, o ponerse a hablar en húngaro, pero ¿acechar con esos ojos saltones y nada más? Qué sé yo...

Y el ruido, decía, es tan molesto que no deja dormir a estos ricachones. Y todos elevan quejas al abuelo y le solicitan volver a la ciudad, pero en dos días el abuelo cumplirá equis cantidad de años, y una vieja y persistente tradición familiar obliga a pasar esa semana todos reunidos en la mansión de descanso. Así que Abuelo pide a Juan Martín que vea de terminar con el flagelo de las ranas. Juan Martín es fotógrafo, no fumigador de ranas, pero acepta el reto y se interna en el bosque, intentando descubrir por qué carajos hay tanta cantidad de ranas toro alfombrando el condado. Pero al poco tiempo descubre con pavor -con el pavor que podría describir en su rostro Juan Martín del Potro- el cadáver masticado por ranas (le juro) del jardinero de la mansión, así que Juan Martín vuelve y le informa esto a Abuelo en privado, quien le agradece no haber mencionado el tema delante de todos porque una vieja tradición familiar obliga a la familia a pasar la semana de su cumpleaños meta tomar alcohol y dar órdenes a los sirvientes hasta el día de su aniversario. Juan Martín no comparte la idea de continuar adelante con los festejos pero advierte que al viejo no le afecta en lo más mínimo la muerte del jardinero y que no va a deponer su actitud de continuar con la fiesta de cumpleaños.

El problema es que las ranas ya dieron órdenes a los demás reptiles (iguanas, lagartijas, cocodrilos y víboras del lugar) de que tomaren cartas en el asunto y liquidaren de una vez a toda la familia.

Así que un nieto va a buscar unas azaleas para un arreglo floral al invernadero y las iguanas le tiran frascos de veneno (si no me cree, véala, está en Netflix), asfixiándole. Juan Martín, al descubrirlo le informa su deceso a Abuelo, quien le agradece que se lo haya hecho en privado para no levantar la perdiz y poder continuar con los festejos. Juan Martín no puede creer el temple frío de este viejo lisiado, pero tampoco puede hacer nada. Él es sapo de otro pozo y solo puede esperar que alguien le dé un aventón y lo saque de allí en el momento justo en que otro familiar grita de espanto. Otro nieto ha sido asesinado y se encuentra muerto y enfundado en telas de araña. Juan Martín, al descubrirlo le informa su deceso a Abuelo, quien le agradece que se lo haya hecho en privado para no angustiar a los demás invitados y así poder continuar con los festejos. Juan Martín no puede creer el temple frío de este viejo, pero tampoco puede hacer nada. Él es sapo de otro pozo y solo puede esperar que alguien le dé un aventón y lo saque de allí en el momento justo en que otro familiar grita de espanto. La abuela de la familia, o la madre de los nietos –no me queda claro, es una vieja- salió con su red atrapa mariposas en busca de una que le faltaba en su colección y ¡zas! ¡Miguel Mateos!, una víbora cascabel le muerde la cara. Juan Martín, al descubrirla, le informa su deceso a Abuelo, quien le agradece la discreción de no andar contando esto a boca de jarro para no preocupar a los demás familiares y así poder continuar con los festejos. Juan Martín no puede creer el temple frío de este viejo, pero tampoco puede hacer nada. Él es sapo de otro pozo y solo puede esperar que alguien le dé un aventón y lo saque de allí en el momento justo en que otro familiar grita de espanto. Y a pesar de que usted no lo crea, Juan Martín, al descubrirlo le informa su deceso a Abuelo, quien le agradece que se lo haya hecho en privado para no llamar la atención de los demás comensales de manera de poder entonces continuar con los festejos.

Y ya no queda nadie en la mansión. Todos han muerto a excepción de la jovencita que desea que Juan Martín la penetre de una vez, Juan Martín, dos pendejitos que trabajan muy mal sus papeles y el viejo cabeza dura, quien no se doblegará ante la incesante lluvia de infortunios que están amenazando con cancelar los festejos. Y a pesar que tanto Juan Martín como Muchachita le aclaran que ya no habrá cumple y que ellos se las toman, invitándolo a que fuese con ellos, el viejo desecha el convite, se sirve un enésimo Campari y se queda mirando por la ventana como su nieta, Juan Martín y sus bisnietitos huyen del lugar mientras una horda incalculable de ranas toro copan la mansión, toman el estudio donde el viejo se está mamando y, aparentemente, lo matan. Digo "aparentemente" porque lo que se ve es que el viejo pone cara de espanto, cae al piso y unas ranas le saltan encima.

Mientras tanto, cerca del lugar, Juan Martín, Muchachita y ambos retoños logran escapar de las ranas y encuentran ese aventón que hacía tanto les venía siendo esquivo.


Le pongo 3 Juanpablos. La sola idea de haber pergeñado esta estúpida historia merece tanta cantidad de puntos, de lo contrario se llevaba solo un cero.


viernes, 7 de noviembre de 2014

Splinter (2008)





Estreno de la Semana


Con: Shea Whigham, Jill Wagner, Paulo Costanzo, Rachel Kerbs y elenco

Dirección: Toby Wilkins


Bien. Simpática.

Empieza medio tonta y uno imagina que está por ver una de esas boludeces recontra malas y típicas de película patética de lunes. Ambos actorcitos pedorros que la inician dan esa pista, pero luego aparece en escena Whingham, quien de inmediato nos apena imaginándolo habiendo caído tan bajo de colaborar en un film de clase B, pero no. Tranquilos. Tranquilos que después se pone interesante.

Ojo, tampoco vaya a creer que Splinter es un peliculón insuperable. Es una película de terror, y está bien hecha. Punto y aparte.

Whigham está bien y los tres o cuatro que lo acompañan logran su cometido.

Eso sí, tenga cuidado, que si usted es de esos que se intimidan con películas asquerositas donde las escenas explícitas de órganos y sangre riegan toda la pantalla, ni se le ocurra, vaya y alquílese Mary Poppins y el deshollinador.

Spliter vino a este mundo a entregar una nueva película de terror de un extraño virus que se apropia de las víctimas y las une y conforma un absurdo manojo de pedazos humanos que corretea por ahí en busca de más piezas para su espantoso rompecabezas.

No busque más que eso.

Le pongo 6 Juanpablos a este estreno de la semana que, a falta de nada mejor, se ha ganado por mérito propio su puesto.



jueves, 6 de noviembre de 2014

Deliver Us From Evil (2014)






Con: Eric Bana, Édgar Ramírez, Olivia Munn, Sean Harris y elenco

Dirección: Scott Derrickson


Pseee, qué sé yo. Póngale que está bien…

Hay varios obstáculos en Deiver Us From Evil que no dejan que uno pueda disfrutarla como corresponde. El primero: “Basada en hechos reales”. Hollywood debe entender que ya no engañan a nadie con esta tontería. Está basada en hechos reales. Es cierto. El Sargento Sarchie existe, de ahí a que le hayan pasado las cosas que describen en el film, bueh… Más o menos. Más menos que más.

El segundo obstáculo: Édgar Ramírez. Ya pudre con su estampa de cogedor insaciable al que las mujeres idolatran cuando se pasea por las calles en busca de un fugaz polvo. No entiendo por qué siempre le dan roles de tipos sin el sex-appeal que Ramírez porta con orgullo en cada composición que enfrenta. La otra vez hizo del Chacal Ilich Ramírez, quien en la vida real es un hombre bastante feucho, parecido al soldado Chamamé. Acá lo eligieron para que compusiese a un exorcista latino hot quien, junto con Bana, deberán extirpar el demonio de un pobre marine enfiestado. Y realmente pierde toda seriedad eso. Y es una boludez inaplicable.

Pero bueno, justo ahí me quería parar, en el temita de la seriedad. Si uno mira Deliver Us From Evil en estado relajado, como quien pretende divertirse con una de demonios exorcizables, la va a pasar fenómeno, porque a medida que el film fluye, se va acomodando y deja atrás la tonta forma que eligieron para arrancarlo. Y al final se pone bueno. Y el desenlace está muy bien logrado.

Bana funciona con poco y Harris es perfecto, ese hombre tiene cara de rata y le cae muy bien el rol de poseído.

Así que deje de lado todo lo que pueda contaminar su diversión, haga de cuenta que Ramírez está puesto a propósito, para exagerar un rol, y diviértase con Deliver Us From Evil, va a ver que la va a pasar fenómeno.

Le pongo 6 Juanpablos


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Come Out and Play (2012)




 Película NETFLIX de la semana


Con: Ebon Moss-Bachrach, Vinessa Shaw, Daniel GIménez Cacho y unos niños

Dirección: Makinov



Sí. Está bien. Con estética Jodorowsky/Kubrick/Sergio Leone y otros emblemáticos, Come Out And Play nos lleva por una historia muy setentosa en donde una joven pareja de pronto se encuentra con una impensada situación en donde los niños de un pequeño poblado –enclavado en una remota isla de veraneo- de repente fueron atacados por  colectivo trance y asesinaron a todos los adultos del lugar.

Bien filmada. Bien actuada. Buena historia. De pronto me vi viendo esta película y me sentía disfrutando de spaghetti-westerns, o de Shinning, o de La Montaña Sagrada, y ¿la verdad?, es genial poder disfrutar de un film así en este presente tan “que ya todo se ha visto”.

Me molesta que su director se haga llamar “Makinov” y no se muestre en público y todas esas pelotudeces que hace. Ahí la caga, ferozmente. Sobre todo porque estamos en 2014. Me hubiese gustado mucho poder poner su verdadero nombre “Dirección: Juan Carlos “Makinov” Gutiérrez”, por ejemplo. No creo que esta película sea lo suficientemente bisagra como para que su director utilizase sólo un pseudónimo y en caso de dar notas lo hiciese encapuchado como un integrante del Ku Klux Klan. Me parece la tontería más grande del siglo y quita protagonismo a la película en sí, quien debería ser la estrella ya que es la que nos entretiene. Un director de cine nunca debe pensarse más grande o más importante que su película, y para colmo Makinov, o como mierda se llame este absurdo ser, acaba de salir al ruedo, ésta es su primera película. Así que recomendamos desde aquí, y para poder aplaudirlo como correspondería, que deje esta infantil actitud, quite su capucha y diga su verdadero nombre.

De lo contrario ningún esfuerzo hecho por construir una buena historia tiene verdadero sentido.

Le pongo 7 Juanpablos.



martes, 4 de noviembre de 2014

Muerte en Buenos Aires (2014)






Con: Chino Darín, Demian Bichir, Dolores Petric y elenco

Dirección: Natalia Meta


No, para nada. La verdad es que no entiendo qué es lo que quisieron hacer con esta sonsa y obvia película policial argentina infestada de tontos clichés para el olvido. No entiendo qué necesidad tenía Bichir de venir a mostrar qué lindo que le sale el argentino ochentoso, habiendo tantos actores argentinos que bien podrían haber hecho su papel, se la voló gratuitamente.

El Chino Darín, como bien se hace llamar el hijo de Ricardo para no entorpecer el camino de su padre al llamarse de la misma manera, no está mal. La verdad es que no se puede decir que sea quien arruina la historia, pero deja la sensación de que han hecho esta película con el solo fin de presentar en sociedad al hijo de Ricardo Darín, porque el film es tan irrelevante e inútil que no se explica uno para qué lo han lanzado.

Trabada. Mal actuada por el resto. Llena de momentos torpes (La escena en donde felicitan al Chino por haber capturado al presunto asesino, que están con otros policías en un bar, es patética. Salvo este momento, jamás se ve a los protagonistas con estos señores que se muestran súper amigos, y queda obviamente como el culo. Hubiesen mechado aunque sea un par de estos extras en el resto del film para hacer ver que realmente son compañeros de trabajo, o hubiesen evitado esta tonta escena. Inexplicable).

Luego debo admitir y sacarme el sombrero en honor a la ambientación. Aún no entiendo cómo lo lograron. Muy real, muy bien montada en los ochentas. Gran mérito. Pero esto no alcanza para hacer una película, hace falta una trama interesante, fresca, original y unos actores que se sientan cómodos haciendo sus partes. Y acá no pasa nada de todo eso.

Así que le pongo 3 Juanpablos y espero que el Chino Darín tenga más suerte la próxima, ya que su papá es macanudo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Transformers – Age of Extinction (2014)





Con: Mark Wahlberg, Nicola Peltz, Stanley Tucci, Jack Reynor, Titus Welliver y gran elenco

Dirección: Michael Bay



Resulta que justo cuando uno había pensado que en lo que a desparramo de vómito yankilezco ya había visto todo y habiéndome jurado que no vería la cuarta secuela de esta inútil historia de robots extraterrestres que se transforman en los más zarpados camiones, helicópteros, colectivos y autos deportivos de extrema alta gama ya que no solo no entiendo el fin de la historia, dónde es que nos lleva o cuál mensaje pretende inculcarnos, me encontré este finde con toda esta lluvia inusitada y todos los estrenos ya alquilados y me dije –equivocadísimo- “Bueno, qué sé yo. La llevo y la veo”.

Entonces aparece en escena Mark Wahlberg. Sí. Mark Wahlberg. Quien no debería haber colaborado en esta película ya que no lo necesita, pero ahí está. ¿Y haciendo de qué? De estricto padre de una jovencita que parte la tierra en dos, que usa los más extremos shortcitos vaqueros que se le meten dentro de la vulva, y a la que su padre, don Mark Wahlberg, no deja salir con sus amigas con temor a que la muchachita termine besándose con algún noviecito cuando claramente, por la actitud que la joven porta y la ropa que viste, viene acogotando gallinas desde su más temprana infancia.

Y la vida es dura en Texas. Don Wahlberg es un caprichoso ingeniero que hace décadas pretende salvarse inventando algún robot copado pero las cuentas se acumulan y acumulan, el banco ya le envió montones de intimidaciones y en poco tiempo tendrá que entregar su rancho mientras su empleado en viejo Mini Cooper intenta ayudarlo sin muchas luces y su hija va y viene de la escuela partiendo la tierra que camina con esas piernas inconcebibles y esos shortcitos de recontra putarraca ninfómana y se lamenta cuando su padre no la deja salir porque le ha prometido a su esposa, recientemente fallecida (no se les cae una idea), que no permitirá que la niña se pusiera de novia antes de los 37 años, o algo así.

Así es que un buen día sale a la venta un viejo cine del pueblo tejano donde don Wahlberg intenta salvarse económicamente y se acerca con su hippie asistente para ver qué podría comprar ahí dentro que le pudiese servir para sus locos inventos cuando descubre entre las butacas un viejo y abandonado, aunque poderosísimo, camión frontal del estilo del que usare BJ McKay y se enamora y se lo compra (cómo llegó semejante voluminoso camión dentro del cine donde están las butacas, sólo el director de esta pelotudez lo sabe).

Esto enfurece en demasía a su increíblemente cogible hija, quien al ver llegar la grúa con el camionazo oxidado y vistiendo los shorts más diminutos y más enterrados en la vagina que usted pueda imaginar, le pregunta “¡Por qué compraste este viejo camión! ¡¿Y ahora cómo pagaremos las cuentas?!” Pero a nadie le importa, realmente, si podrán o no con las deudas ya que es imposible dejar de ver las piernas de esta jovencita que raja el planeta en dos con su incomprobable belleza.

Y los días pasan y las cuentas se acumulan y de pronto el viejo Wahlberg se da cuenta de que ese camión que adquirió por dos con cincuenta no es otro que “Optimus Primus”, el jefe de los Transformers buenos quien ha sido mortalmente herido y ahora Wahlberg lo curará de sus lastimaduras, justo cuando el Pentágono descubre que Optimus está siendo reparado en un rancho tejano y entonces van y lo buscan y comienzan las explosiones, los robots que se transforman en vehículos y las más disparatadas corridas y saltos en donde Estados Unidos de América despliega como nunca antes un reguero de efectos especiales, ruidos ensordecedores y peleas infundadas que ocultarían el fin incluso de una película aún más carente de objetivo, presentando a unos absurdos robots Transformers que hablan y gesticulan como si fuesen norteamericanos nacidos en el corazón mismo de New York (incluso hay uno que hicieron parecido a Blane de Predator, que fuma un habano de metal –hay que ser despiadado e hijo de puta para hacer un robot que fuma un habano de metal, ¿para qué lo hicieron? ¿cuál sería la ventaja? ¿Un robot necesita relajarse con un puro gigantesco de metal?) que nada tendrían que envidiarle a la tontísima escena de Plan 9 From Outter Space donde los marcianos se apoyan de brazos cruzados en los pasillos de la nave para platicar sobre los terrícolas y lo único que les faltaba era estar tomando un café de Starbucks mientras departían sus opiniones.

Y justo cuando ya comenzaba a pasar capítulos sin remedio, de pronto don Wahlberg y su calienta vergas hija son rescatados por el noviecito de esta, quien hace años le viene alegrando las noches y solo don Wahlberg no lo imaginaba, montando así, una vez rescatados y ocultos, una patética escena en donde Mark pide explicaciones ya que jamás hubiese imaginado que esa frágil muchachita que con tanto sacrificio educó y guió por el buen camino en realidad hacía años que se aferraba con fruición del ganso de este apuesto y afortunado jovencito que tiene la bendición de entrarle a aquellos excitantes minishorts.

Así que ustedes perdonen, pero realmente no puedo soportar a los Transformers. No los tolero. No puedo siquiera comprender, por ejemplo, cómo es que nadie dice nada sobre la inaplicable situación de que, en plena pelea, explosiones y fuegos artificiales de suculento volumen, las voces de estos sonsos robotitos se escuchan a la perfección. No puedo entender por qué imbécil motivo estos Transformers viven, se mueven, gesticulan, se lamentan o se divierten como si fuesen marines norteamericanos siendo como son, simples extraterrestres de metal. No comprendo cómo puede ser que haya habido 4 películas de esta basura solo por contar en sus filas con las guarras más escandalosamente infartantes, los autos más espectaculares y las explosiones más desmedidas cuando la trama no tiene ¿nadie se dio cuenta? ¡NINGÚN SENTIDO!

Y lo peor de todo, lo que más me ha hecho enojar, es la solución que encuentra Optimus para luchar contra los robots malos, que es excavar y desenterrar a los más primitivos Transformers que ha visto esta tierra, que son unos Transformers-dinosaurio… ¿Qué mierda es esto? ¡¿Qué sentido tiene?! ¡¿En la quinta secuela irán a luchar contra amebas unicelulares Transformers??? ¡Dios!

Lamentablemente sé que seguiremos siendo víctimas de este absurdo atropello. Transformers vino para quedarse y habrá al menos siete secuelas más en donde no importará que ya no haya nada que contar de la historia y por donde desfilarán nuevas pendejas parapitos y jovencitos que pretenden saltar a la fama con sus torneados cuerpos mientras estos boludísimos robots siguen cagándose a trompadas en medio de las más estruendosas explosiones mientras hablan lo más bien y se escucha perfecto lo que se dicen.

Pero también sé que no me enganchan más, eso se los aseguro.

Imposible de calificar.

Insoportable.