lunes, 9 de diciembre de 2013

“Bait” (2012)






Con: Richard Brancatisano, Xavier Samuel, Chris Betts, Sharni Vinson, Simon Edds, Miranda Deakin y la invalorable colaboración de Julian “cejitas depiladas” McMahon

Dirección: Kimble Rendall



Resulta que en una paradisíaca playa en donde el sol, la arena, el verde azulado de las olas, los jóvenes con torneados cuerpos y las muchachas esculturales sin una estría o un solo pozo celulítico a la vista disfrutan con vigor de un día de sol, arena, verde azulado de las olas, torneados cuerpos varoniles y muchachas sin estrías ni celulitis a la vista.

Y la vida es perfecta, aunque quizás esa no sea la palabra más adecuada ya que de solo leerla siento que me estoy quedando corto, así que mejor digamos que la vida es inestimablemente maravillosa. Y todos corren, escuchan música y se besan tras las rocas y se tocan el culo y toman cervecitas cuando de pronto, Brendan (pongámosle ese nombre, ya no recuerdo el real) decide salir a nadar mar adentro a bordo de una pequeña tablita cuando la alarma “tiburón a la vista” es soltada con desparpajo por nuestro director haciendo que la escultural Tina y el imponente Josh dejen para otro momento sus caricias y manoseos y salgan detrás de las rocas a correr la playa con desesperación en busca de su hermano/amigo para advertirle y/o rescatarle.

Pero todos sus esfuerzos son en vano. Josh no consigue llegar a tiempo. El tiburón come al pobre Brendan ante la mirada espantada de su hermana, Tina, quien ha quedado petrificada en la orilla, con ambas manos cubriendo su boca.

Estremecimiento. Dolor. Espanto. Desazón.

Y el tiempo pasa, como cantaba Pablo Milanés, y la película nos describe la actualidad, algunos años más tarde, donde Josh, ya alejado de su rol de guardavidas inexacto que deja morir a su mejor amigo  a manos de un tiburoncete de ocasión ahora se gana la vida trabajando en algo menos peligroso para la sociedad dentro de un supermercado cuando de pronto Cejitas Depiladas se dispone a ingresar al súper con el fin de robar el dinero de la caja amenazado por otro secuaz -muy mala persona y, sobre esta deleznable cualidad: horrible actor- llevándose al encargado hacia la oficina.

Y todo fluye con normalidad cuando de pronto un tsunami invade la ciudad balnearia y todo el mundo queda atrapado dentro del supermercado y con el agua al cuello.

Horror. Frío. Mercadería arruinada.

Y de inmediato vienen los tiburones, que entran al súper con el fin de conseguir alimento como lo hacemos nosotros, solo que ellos en lugar de agarrar changuitos y pasearse entre las góndolas con cara de zombie bajo la ténue melodía de alguna canción de Ricky Martin lo hacen nadando con destreza de escualo mientras los sobrevivientes deciden que lo mejor en estos casos es subirse a las góndolas y esperar ahí a ser rescatados. Pero esto no ocurre ni ocurrirá, nadie los rescata ni rescatará y los tiburones comienzan a ingeniárselas para lastimarles.

Y mientras tanto, en el subsuelo del supermercado que debería estar tapado completamente de agua siendo como es: un subsuelo de un lugar donde el agua en la planta alta llega al cuello de las personas, una parejita queda atrapada dentro de un BMW rojo sellado al vacío al que no le entra una sola gota en su interior a pesar de tener el agua a mitad de la ventanilla y que les brinda a los muchachitos la tranquilidad de quedarse ahí dentro intentando pescar señal con el celu o sintonizar una radio sin suerte.

Pero dentro del súper la cosa se pone cada vez más tensa –entre los actores, usted no sentirá tensión alguna- y aquel secuaz que, encapuchado, intentare robar el negocio por la fuerza cuando Cejitas Depiladas mostrara poca firmeza en su intentona de atraco, finalmente es descubierto por los demás luego de una sonsa discusión del momento y todos deciden tirarlo como carnada para entretener a los pescadotes hambrientos mientras el japonés novio de Tina decide sumergirse para cortar la luz todo cubierto de changuitos y jaulas de pájaro construyéndose así un traje-reja muy copado siendo que están todos parados sobre una góndolas de súper sin acceso a conseguir ni las herramientas, ni los precintos ni las jaulas de pájaro con las que atavían al oriental salvador, quien logra cortar el suministro eléctrico aunque no así mantenerse con vida, ya que se le enreda una cosa y termina ahogándose.

Y todos los extras comienzan a morir de a poco mientras Josh y Tina amenazan con perdonarse por el episodio de años atrás y la vida vuelve a sonreírles sobre aquellas góndolas de supermercado mientras los que estaban en el subsuelo encuentran la forma de subir al mercado y así entre todos lograr salir de ese lugar para poder contemplar el daño causado por el paso de este inoportuno tsunami que nos regalare esta pelotudísima película de tiburones, culos, malos actores e imbécil trama que, como un perfecto idiota, tomé aquella tarde de las estanterías de mi videoclub amigo para intentar entretener un fin de jornada sin conseguirlo.

Así que ya lo sabe, si usted gusta de perder el tiempo como un trastornado, no deje de mirar “Bait”, la va a pasar fenómeno.


Le pongo 2 Juanpablos. Los momentos en los que el malo abría la boca fueron desopilantes. Un aplauso para este horrible actor que es Dan Wyllie, un experto de la vergüenza ajena.

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