Con: Tom Sizemore, Johnny Messner, Taylor
Cole, Jon Foo, Michael Paré, gran elenco y la participación especial de Mickey
Rourke como profesor Clarence Peterson
Dirección: Timothy Woodward Jr.
Resulta que un equipo de desesperados productores
de muy baja estofa necesitados de generar algún manguito para pagar aunque sea
las expensas de la oficina de cuarta que regentean en los suburbios más
alejados del Sillicon Valley de los films exitosos, agarraron y contrataron a
Tom Sizemore, otrora actor que solía frecuentar pomposos estrenos y hoy hace
años que solo aparece en descerebrados films como éste que les cuento para que vista
al ambicioso “Kyle Norris”, una suerte de megamillonario quien provee al estado
armamento de última generación (como Stark pero cero onda) y que acaba de
descubrir la forma de evitar que los marines mueran y solo lo hagan inocentes iraquíes.
Se trata de un extraño aditivo que el señalado ingiere y de ahí en más acata
órdenes como un torta frita sin criterio, por lo que para poner un simpático
ejemplo, Norris convoca a un extra que muy mal hace de general del ejército y
le muestra como le dio la pastillita a un talibán y este entró en una importante
reunión de terroristas que iban a perpetrar una violación en masa y se inmoló
matándolos a todos en el recinto.
El general no puede creer las bondades del
nuevo producto y, recontra mal actuando su parte, le da la mano felicitándolo,
saluda con un vaivén de cabeza a una morocha tetona y por demás de sugerente –se
le salen las tetas por todos lados- que nada tiene que hacer en la escena –pero
es quien sabe al detalle cuándo estará lista la pastilla: “2 semanas” ¿por qué
ella lo sabría? ¿Quién es ella?, ¿la bioquímica?- y se retira cuando de pronto
el film nos muestra al herócio detective Walker, quien separado de su mujer
como todo policía norteamericano, lleva a tomar un helado a su dulce hija de 8
a 10 años e interactúa con ella sin una coma corrida y como bien ordena el
manual de tramas imbéciles de acción en el capítulo “Padre policía visita a
hijo/a de relación trunca” cuando de pronto un auto los choca pero no había
tanto dinero para generar la escena así que nos muestran un auto con el baúl
abierto y los faroles desatornillados y colgando de sus cables con cuidado de
no rayar la pintura de quien prestó el vehículo acompañado de un desconcertante
fuego hecho por computadora que sale del baúl abierto.
Y si había algo que el megamillonario Norris
no debía hacer es no solo meterse con el detective Walker sino, para peor,
producirle una pequeña laceración sobre la ceja a su dulce hijita, quien queda
en coma todo el film a pesar del tonto raspón que le produjo el incidente, en
donde más que un choque lo que hubo fue un señor con un destornillador quitando
los faroles traseros.
Y a pesar de que el jefe del detective le
prohíbe a los gritos que investigue lo ocurrido (como en todo film recontra
obvio y pelotudo de acción policial), Walker no puede dejarlo y le da un chip
(siempre hay un chip involucrado) a un chino (siempre hay un chino involucrado
que debe un favor) quien le dice que no podrá desencriptarlo (nunca pueden
desencriptarlo en el primer intento) y Walker le pide por favor (siempre piden
que lo vuelva a intentar) y el chino acepta a regañadientes (siempre aceptan a
regañadientes) y lo desencripta (siempre lo hacen) y aparece el nombre del “profesor
Peterson”, un bioquímico de universidad quien diseñó la pastillita.
Así que Walker lo visita y uno ni bien lo ve
dice “¿Quién es este tipo que me suena tanto?” y le juro que está tan cambiado
que solo pude reconocerlo por sus manos –Mickey Rourke tiene caricaturescas manos
de muppet, si aún no advirtió este detalle ponga en imágenes de google “Mickey
Rourke hands” y verá que no miento como también advertirá que no importa lo que
este actor otrora genial y hoy en las diez de última le haga a su rostro: si no
se pone guantes, será reconocido a 15 cuadras. No hay manos más espantosas e
impresionables que las de Mickey Rourke.
Y la verdad es que no pude seguir
soportándola, así que la empecé a pasar.
Walker es capturado, Norris le explica que
todo es por el bien de la nación y que el debería ser más patriota en lugar de
estar investigando tanto. Aparece un negro en escena que jamás debería haber
decidido colaborar en un film que hace de amigo de Walker y ya ni tiene edad
para serlo y Walker insiste en dejar expuesto a Norris delante de los extras
que hacen de altos comandos del ejército y al final, cuando uno ya creía que
todo lo había visto, aparece una suerte de Iron Man muy mal hecho y con un
programa bastante arcaico, porque quien lo anula no es otro que el negro
oficinista de más de 60 flaquito como gato hambreado que aparece de pronto a
socorrer al fornido actor de pacotilla que protagoniza esta inviable pelotudez.
Y eso estaría siendo todo lo que podría
decirles de esta inmundicia, así que ni lo intente.
No sirve ni para película mala de lunes.
Espantosa
ResponderEliminarNo se acerque.