lunes, 23 de mayo de 2016

Terminus (2015)






Con: Jai Koutrae, Kendra Appleton, Todd Lasance, Bren Foster, Brendan Clearkin, Vincent Andriano, William Emmons y elenco

Dirección: Marc Furmie


Envuelta en una tremenda malísima producción, Terminus nos relata triste la historia de un ananá fosforescente que arriba al planeta con fines médicos y es encontrada por un anciano mexicano (el director vio Close Encounters, estoy seguro), quien queda catatónico repitiendo una frase religiosa cuando al polvoriento lugar (porque México, Irán, Irak, Palestina y ese tipo de lugares solo está rodeado de piedras polvorientas y ciudadanos incapaces de sumar dos más dos) llega un cuarteto de modelos bien vestidos con espléndidos trajes negros quienes deben hacer expresiones de estar muy preocupados por lo que acaba de suceder pero cuando van a buscar el ananá fosforescente que dejó un cráter en el polvoriento y tercermundista lugar no pueden encontrarla porque ya ha sido capturada por un cuarentón grunge de camisa rayada e hija rubia y linda quienes consiguen un montón de viejos pedazos de hierro para construir un caparazón y ocultar el ananá fosforescente ahí dentro ya que han descubierto que cura cualquier cosa, incluso la piernita de un soldado quien perdiola en Irak y ahora pasa sus días embriagándose en un bar de poca monta y entonces le frotan el ananá por la pierna y le empieza a crecer el muñoncito lleno de baba y deben apurarse porque el cuarteto de modelos que no tienen nada que envidiarle al grupo Il Divo le pisan los talones y en cualquier momento los encuentran y les confiscan el ananá fosforescente para utilizarla con algún diabólico, corporativo y bélico fin.


Pero lamentablemente no pude saber si le quitan el ananá al remedo de Eddie Vedder, el film es tan pero tan recontra boludísimo que preferí quedarme con la duda, así que ni un Juanpablo podría ponerle. No vaya a ser que justo cuando dejé de verla apareció en escena Marlon Brando y la trama dio un inesperado giro convirtiéndose en esa película bisagra que, hasta el momento en que la abandoné, no lo demostraba ni para nada.

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