Con: Liam Neeson, Vera Farmiga, Patrick
Wilson, Sam Neill, Clara Lago y elenco
Dirección: Jaume Collet-Serra
Resulta que el sesentón intrépido jovial
saludable y atlético al que consiguió acceder Liam Neeson en su madurez plena
gracias a una vida controlada a estricta dieta de castañas de cajú y leche de
mípalo se pone esta vez (otra vez) en la piel de un maduro libre de artrosis vendedor
de seguros que tiene la vida razonablemente resuelta con su esposa
protagonizada por una actriz que usted jamás vio en su vida que actúa
malísimamente las tres escenas en las que aparece y que demuestra, muy de
inmediato, que no pinchará ni cortará en todo el film que acaba de comenzar mientras
el director nos presenta la rutina diaria de esta familia de clase media de la
manera más tosca que pudiera abrazar un director de cine de medio pelo como es
el tal Jaume Collet-Serra (Sin Identidad,
Infierno Azul, La casa de Cera, La Huérfana).
Y entonces el viejo pero atlético Liam sale a
trabajar todos los días en tren y se saluda con los pasajeros con los que
comparte el viaje desde hace ya diez largos años cuando abandonó la policía y
consiguió trabajo en esa compañía de seguros que justo hoy lo va a rajar de la
empresa para depositarlo nuevamente en el tren de regreso a su casa con el
gesto adusto, la incertidumbre de qué hacer ahora que ya tiene 60 y no va a
conseguir trabajo por más carencia de artrosis que presente y blá blá blá hasta
que de pronto una sugestiva cincuentona se le sienta al lado y le ofrece un
juego: hacer una pequeñita e insignificante cosa a un pasajero del tren a
cambio de 100 lucas verdes.
Liam se horroriza pero lo echaron y necesita
las 100 lucas para la universidad de su hijo así que a regañadientes acepta el
trato y la cincuentona sugestiva le recomienda que vaya al baño a buscar 25
lucas de adelanto y desaparece.
A regañadientes, Liam va al baño y, presa de
un implacable alelo, descubre el sobre con las 25 lucas verdes –qué bien me
vendrían en este momento, usted no se imagina, haría la misma cara de estúpido
que hizo Liam Neeson cuando abrió el sobre- y sale a buscar al pasajero que no
encaja en el habitual y rutinario viaje en tren, metiéndose de pronto en un
sinnúmero de disparatadas situaciones en donde varios lo cagan a piñas y él los
trompea, quedando atado a no poder zafarse de haber agarrado las 25 lucas
verdes sin llevar a cabo su parte del trato (poner un chip en el bolso de esa
persona que ni siquiera conoce ni se la señalaron) porque si no cumple le matan
a la extra que hace de su mujer que usted jamás vio ni verá en otro film, así
que no es para tanto tampoco.
Y podría enumerarle cien mil estupideces que
todo el tiempo riegan las escenas, pero no tengo tanto tiempo y usted tampoco.
Podría comenzar diciendo que Clara Lago no puede hacer de extra en un tren y es
cantado que tiene preponderancia al final del film, Jaume Collet-Serra…, mucho
nombre complicado pero como director de cine bastante estúpido resultaste ser.
Pero me quedo con las tres escenas que más
risa me dieron:
Risa 1:
En un momento Liam debe esconderse de la
policía que detiene el tren en una parada para hacer una revisión y, sin tiempo
para esconderse en ningún lado lógico levanta una tapa del piso y se oculta ahí
debajo mientras el policía pasa caminando por encima de él, Liam transpira y
lee un cartel que tiene a centímetros de la cara que advierte “Solo personal
autorizado puede estar en este compartimento”. Y sí, ¿a quién se le ocurriría
pagar un boleto de tren y en lugar de sentarse cómodo en un asiento abrir la
tapa del piso y meterse ahí dentro rodeado de fierros y ruedas de tren con la
espalda a pulgadas de las vías???
Risa 2:
Uno de los 5 sospechosos de llevar el bolso
que debe chipear anda con una guitarra Fender Stratocaster en una funda, se
pelean, se recontra cagan a palos, Liam toma la Fender y lo empieza a reventar
a guitarrazos hasta que quiebra la guitarra en dos y se queda con el mango, y
siguen peleando y peleando hasta que rompen un vidrio. Liam con la cabeza
afuera, el tren va a 200 km/h y viene otro de frente, morirá decapitado.
Forcejean y el mango de la Fender entre ellos pareciera intentar separarlos y
que busquen el sano diálogo y Liam se aviva y agarra una cuerda suelta y se la
encaja en el ojo a dos milisegundos de ser decapitado, componiendo la situación
más imposible de llevar a cabo del mundo y de la galaxia.
Risa 3:
Sobre el final del film con los malos ya
encarcelados y el héroe dejado de ver como terrorista, Liam, enfundado en esas
frazadas metalizadas que les ponen mientras le pasan Pervinox en las pequeñas
raspaduras que presenta en su cuerpo (tuvo mucha suerte, cualquiera en su lugar
estaría todo quebrado y con fracturas expuestas, pérdida de masa encefálica, luxaciones
en todas las bisagras y no sé cuántas cosas más, da envidia cómo se la aguanta
el viejo éste…) describe el aspecto físico de la cincuentona sugestiva
protagonizada por la insufrible de Vera Farmiga y dice “Era una joven de 30
años, muy bien vestida…”
¡¡¿¿30 años Vera Farmiga??!!! ¡Andá la puta
que te parió, infeliz!
Le pongo 3 juanpablos. Uno para cada escena
idiota recién descripta.