Con: Thomas Kretschmann, Troy Garity y Franka Potente.
Dirección: Robert Young.
Nombre que le hubiera puesto el Sr. que traduce los títulos de las pelis:
Aquellos años felices.
Eichmann es una radiografía de las entrevistas que tuvo el susodicho con un capitán israelí antes de morir enjuiciado.
No lo muestran en Argentina, ni muestran el ajusticiamiento, es sólo una entrevista tras otra con el tipo que trata de agarrarlo en una, para enjuiciarlo con fundamentos, y no lo logra.
Muy bien actuada por Kretschmann, le sale bastante parecido, pero por la mitad me dieron ganas de revolear el DVD por la ventana, y voy a explicar el porqué:
El israelí trata de que Eichmann confirme si hizo esto u lo otro todo el tiempo y Eichmann sólo responde que recibía órdenes de Hitler, entonces el tipo insiste preguntando cosas, hasta que le pregunta si es cierto que mantuvo una relación amorosa con una baronesa, que por cierto, no era lógico por la diferencia social entre Eichman y ésta delirante mujer millonaria.
Entonces Eichmann pone cara de nostalgia y la película viaja al pasado en donde lo muestran a Eichmann sentado en una silla en el medio de una sala de estar y la baronesa bajando en pelotas, sentadose de frente encima de él (con las patas abiertas) y calentándolo metiéndole la lengua en el oído preguntándole cuantos judíos ya había acabado y cuantos le faltaban, entonces Eichmann le dice, muy acalorado y cachondo, que le faltan 100.000 más o menos y ella, también a punto de estallar en un orgasmo, le dice que son muchos, que se apure...
Luego de ésta lamentable escena, muestran a esta desequilibrada tomar posesión de un bebé judío que es extirpado de los brazos de su madre y se lo lleva en una canasta al despacho de Eichmann y lo obliga a ejecutarlo de un tiro. Y Eichmann duda pero lo hace, delante de los ojos despavoridos de su secretaria que, impertinente, entra sin golpear.
Quiero que quede clara una cosa: ESO ES MENTIRA. ES UN ABSURDO. UNA PELOTUDEZ.
Eichmann no ejecutaba judíos por mano propia, era demasiado el rango del tipo, tenía miles de secuaces que lo hacían por él. Es absurdo siquiera suponer que esa historia del bebé es cierta. Es como que el día de mañana se haga una película sobre la vida de Massera y lo muestren en su despacho de la casa Rosada ejecutando al retoño de una pareja de Montoneros, por pedido de una amante que se caliente con la muerte.
NO EXISTE.
No sé qué quisieron demostrar con eso, todos sabemos lo enfermos y psicópatas que eran tanto Eichmann como Goëring, como Hitler, como Menguele. No hace falta inventar historias para mostrarlos mas salvajes. No podrían haber sido mas salvajes de lo que fueron.
Me desilusionó esa estupidez.
Mas allá del episodio, es una película mas de historia política que de otra cosa, muy tranquila y siempre dentro de un cuartito donde Eichmann recibía a Less.
Para los que conocen sobre el holocausto es interesante, para los que busquen una película de guerra, alquilen Rambito y Rambón. Esta no tiene nada que ver.
Le pongo 3 juanpablos. El episodio del bebito se llevó 3 puntos para abajo.
