Con: Taylor Kitsch, Jennette McCurdy, James
Woods, Carla Gugino, Tom Green y elenco
Dirección: Kyung Ho y Wonjae Lee
La verdad es que sorprende ver en pleno 2016
una película animada tan patética e infradotada en todo sentido.
En primer lugar, los gráficos no tienen nada
que envidiarle a la vieja serie de Nickelodeon Jimmy Neutron. Pero nada,
¿eh? La misma bosta sin una coma corrida. Gráficos de serie berreta de
principios de siglo –no quiero
fanfarronear advirtiendo que quizás podríamos decir “del siglo pasado”- a
los que no les daba el piné para film ni siquiera en aquella lejana y
vastamente superada era.
En segundo lugar, el casting. Si usted me
decía que vería a James Woods recientemente señalado como uno de los 10 tipos
más inteligentes del mundo colaborando en esta tontísima película que nada
nuevo trae para los niños, no le hubiese creído. ¿Carla Gugino? Por favor…
Y en tercer y último lugar, la estúpida,
arcaica y pasada por completo de época trama en donde un vulgar pero muy
inteligente protagonista muere de amor desde pequeñito por su amiga millonaria
de la infancia y ahora ésta es una famosísima periodista que trabaja para el
gran canal de televisión de su millonaria madre y entonces él, sin un maldito billete
de dos pesos con olor a culo, deja la vida y empeña todo su futuro para
obsequiarle un estúpido anillo que ella no necesita para nada siendo como es,
ultramillonaria, mientras un gordito mal cagado intenta conquistar a la madre
de ésta y es una suerte de villano de la ciudad que va rompiéndolo todo de aquí
para allá con un robot estilo Largo de los Locos Adams, y todo lo rompen a los
gritos despiadados acompañados por la más insoportable banda musical y las más
despiadadas y súper coloridas explosiones de flash que lastiman los ojos.
Ofrecerle a mi hija de tres años esto u
obligarla a comer 10 kilos de caramelos en una hora, es más o menos lo mismo.
Dios mío, qué película hija de puta.
Ni se le ocurra.
Incalificable.
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