Con: Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Jessie T.
Usher, Bill Pullman, Maika Monroe, Sela Ward, William Fichtner, Judd Hirsch,
Brent Spiner, Vivica A. Fox y elenco
Dirección: Roland Emmerich
Y sí, “lo venimo diciendo” decía Hugo Moyano y
ya estamos casi seguros de que lo nuevo, la vuelta de página y la brisa de aire
fresco y revolucionario del arte musical y audiovisual recién florecerán cuando
ya hallamos perecido, pero no pierdo las esperanzas.
A nadie se le ocurre nada y Hollywood sigue
revolviendo en el ático de los trastos viejos a ver qué puede encontrar, y nada
mejor que desempolvar Independence Day y pagarle un montón
de plata a sus viejos protagonistas (¿Qué
pasó con Smith? ¿Habrá pedido demasiado?, una verdadera estupidez que no haya
estado, como cuando Robert Duvall faltó a Godfather III, y encima sin la talla
ni del film ni del actor) para recrear una película que en su momento
estuvo buena y nos arrancó un par de sonrisas y ahora para nada, pero a los
niños les caerá simpática, con sus recontra plásticos protagonistas jóvenes
sacados de un concurso berreta (Hemsworth
zafa, pero el jovencito que hace de hijo de Will Smith… Dios mío, ni para
vendedor de tarjeta Naranja en la peatonal sirve) y sus viejos
protagonistas pasándose un buen rato mientras la seguridad de unos nuevos
dólares en la caja de ahorro los tranquiliza un par de años.
Luego, muy bien construida desde lo
tecnológico, buenos marcianos, buenas explosiones, como no podía ser de otra
manera siendo Emmerich su director, siempre detrás de este tipo de atracciones
apocalípticas ya sea por la naturaleza despiadada, por Godzilla o por una
invasión alienígena.
Así que le pongo 4 Juanpablos y lo dejo
advertido, se va a desilusionar como un anciano cascarrabias que siempre señala
que lo viejo fue mejor.
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