Con: Sara Paxton, Dustin Milligan, Chris
Carmack, Katharine McPhee, Joel David Moore, Donal Logue, Joshua Leonard, Sinqua
Walls, Alyssa Diaz y Chris Zylka
Dirección: David R. Ellis
Resulta que un grupo de inconcebibles
jovencitos con cuerpos dignos del ensueño más delirante deciden pasar el fin de
semana largo en casa de la rubia perfecta del grupo, que tiene un costoso
caserón a la orilla de un copioso río compuesto por decenas de brazos que salen
para acá y para allá haciendo que el lugar sea de lo más tentador para pasar el
finde. Y todos son perfectos, todos tienen bíceps, todos son acreedores de impecables
abdominales y todos son pésimos actores, incluso para este film de clase B que
estoy describiendo con tanto lujo de detalles.
Y como nuestro director quiso llegar a todos
los públicos que hay en este mundo contrató a un pelirrojo, a un rubio, a un
castaño, a un morocho... Hay un negro, también (nunca falta el mulato, que para
colmo es el que siempre muere primero por su condición de negro), una morocha y
una negra. Solo faltó que los vista con ropa de Benetton.
Y entonces se encuentran en el campus de la concheta
universidad donde pasan sus días jugando a la play, haciendo abdominales y
tomando cerveza en botellita, y parten en una obvia 4x4 de tipo jeep con barras
“antivuelco” rumbo a la casa de fin de semana de Rubia Perfecta para tomar
cerveza, comer barbacoas, cogerse unos a otros y ser devorados por un tiburón
muy pero muy mal hecho por computadora que se encuentra en el río porque se
pasó para ese lado la vez aquella de las inundaciones en New Orleans y creció y
se acostumbró al agua dulce.
Así es que llegan a la guardería náutica y se
suben a la potente y zarpada lancha del padre de Rubia Perfecta, que tiene un
lanchón del carajo, típico de yankie que puede comprarse lo que se le ocurra
total después el pato lo paga el tercer mundo o sea nosotros. Y viajan hacia el
paradisíaco paraíso terrenal de Rubia Perfecta dándole al mango al motor de la
lancha, escuchando música de rock insulso, tomando cervecitas en lata y
gritando “Ooooohhh!!”, que es lo que gritan los jóvenes yankies como diciendo: “Uau,
qué divertida que es la vida y qué poco me importa que en el mundo haya niños que mueren de
hambre”.
Y llegan y las chicas se ponen en bikinis y
muestran sus cuerpos excelentes sacados de la tapa de alguna Sport Illustrated
y los jóvenes pelan sus cueros mostrando sus inconcebibles abdominales y de
inmediato agarran la lancha y se van a hacer ski acuático con el negro, como no
podía ser de otra manera, ya llevamos un cuarto de hora de película y
deberíamos comenzar a aniquilar protagonistas si pretendemos que la multitumbre
no apague el reproductor de dvd y se ponga a jugar al teto.
Y bueno, viene el tiburón, que está muy pero
muy mal hecho, y prende al negro del brazo y lo hunde en el agua. Los jóvenes,
espantados por haber sido testigos del cruento episodio, vuelven para atrás con
la lancha intentando rescatar al negro, que flota seminconsciente en el agua
como si un tiburón lo hubiera prendido de las pelotas. Y lo rescatan y cuando
lo recuestan en la orilla y
advierten que al negro le falta un brazo, uno de los jovencitos, el más amigo
del negro, se tira al agua en busca del brazo derecho de Mulato. Y yo le estaba
por decir al loco, que no busque al pedo, que seguro el tiburón se había comido
el brazo del protagonista, pero me equivoqué. Al parecer, esto no lo sabía y
ahora lo acabo de descubrir siendo un tipo ya grande (y esto me señala, como
decía mi abuelita que “uno nunca termina de aprender”), hay tiburones que son racistas,
porque el flaquito se manda al agua en busca del brazo de su amigo y luego de
buscar un rato lo encuentra, oculto entre unas algas. Así que el tiburón lo
agarró y le arrancó el brazo pero después, cuando vio el color de su víctima,
decidió no comerlo y desecharlo.
Y el joven vuelve del agua con el brazo del
negro e intentan ponérselo de nuevo pero no rosca bien, así que deciden
llevarlo al hospital, que está en la vulva de la psittacidae, más o menos, por lo que empiezan
a discutir, como siempre ocurre en estas producciones cinematográficas. Así que
la negra del grupo opta por ir ella en busca de ayuda y cuando sale en una moto
de agua (porque Rubia Perfecta tiene una casa perfecta a orillas de un río, una
lancha perfecta y varias motos de agua perfectas, por si un día pinta un fin de
semana perfecto y uno no tiene lo que hacer en la ciudad. Quiero ir a vivir a
EEUU, ¿ya se los dije, no?), pero el tiburón también asesina a la negra por su
condición de mulata e inferior a la rubia y la morocha, dos caucásicas con el
piné necesario para durar un toque más en la película que una simple negra,
pero bueno, es este mundo racista en el que vivimos.
Y el negro despierta y es notificado de que la
negra (su novia) fue devorada por el tiburón y se levanta como puede y se
interna en el agua de río blandiendo una lanza (que no sé de dónde la sacó) con
valor y desparpajo mientras el tiburón se acerca para propinarle flor de tarascón
y se funden en violenta lucha de Titanes en el Ring, el Negro manco y el
Tiburón de agua dulce, solo faltaba William Boo. Y el negro le mete flor de
lanzazo en un costado y el selacimorfo huye herido a ocultarse detrás de algún
matorral de algas a esperar agazapado a su nueva víctima.
A esta altura de la película, uno ya tiene
muchas ganas de que el tiburón, así como mutó y aceptó sin peros vivir en agua
dulce, agarre y se cope con eso de respirar fuera del agua, así sale y se los
morfa a todos y se termina este bodrio inaudito, pero no todo termina ahí. Resulta que no tienen
señal en los celulares para pedir ayuda, es de noche y deben esperar sí o sí
hasta el otro día, y aparece un ex novio de Rubia Perfecta, que tiene una cicatriz
debajo del ojo y les brinda ayuda.
Rubia Perfecta se queda intranquila cuando
Morocha y Pelirrojo se van en el barco de su ex en busca de socorro, y uno no
sabe si darle bola o no a su inquietud porque ¿qué peor que un tiburón
hambriento? Nada, el ex de Rubia Perfecta no puede ser más malo que el tiburón.
Pero sí lo es. No solo es malo como persona, también es muy mal actor y tiene
una sed de venganza inusitada contra Rubia Perfecta porque años atrás, cuando
aún eran novios, él la quiso ahogar cuando ella le batió que se iba a la
facultad y que no se verían más, pero ella logró zafar y en su escape le
cacheteó sin querer la jeta con la hélice de la lancha haciéndole ese profundo
corte que aún muestra con recelo.
Así es que Ex novio y su colaborador sin
dientes detienen el barco en el medio de la nada y obligan a punta de pistola a
Pelirrojo a tirarse al agua para que sea devorado por el tiburón, y Pelirrojo prefiere un par de tarascones muy dolorosos y una lenta muerte por desmembramiento a
un certero y rápido tiro en la sien. Y se tira al agua y es desmembrado por el
tiburón, que lo descose todo y se lo manduca. Y luego obligan a Morocha a
meterse en una jaula infestada de unos pescaditos tipo pirañas que se la comen
de a poquito mientras ellos disfrutan del espectáculo meta cerveza y risotadas
ignorantes.
Mientras tanto, en la súper casa de fin de
semana, Rubia Perfecta se quedó intranquila, como dije, y logra obtener señal y llamar a la
policía, y viene el comisario, que la conoce desde que era chiquita y la quiere
mucho, pero en estos últimos años todo cambió mucho y ahora es malo, y está
entongado con Ex Novio y todo lo que está ocurriendo en realidad forma parte de
un oscuro plan de Ex Novio, Sin Dientes y Comisario, que quieren divertirse
viendo como el tiburón se come a los jóvenes para después vender el video al
mejor postor, ya que hicieron un riguroso estudio de cálculos y notaron que en
Youtube, los videos que más se ven de todos, son los de “tiburones comiéndose
gente”, así que pretenden hacerse millonarios.
Y todos mueren, menos Rubia Perfecta, que logra
escapar y entongarse con el tiburón que se come como postre a los tres malos.
Una real hijaputez que no solo no tiene ni ton
ni son, sino que, para más sorpresa, esta dirigida por David R. Ellis, director
que filmare en sus años en que andaba bien de la cabeza Scarface, Fatal
Atraction, Patriot Games y Lethal Weapon, por poner cuatro contundentes
ejemplos de cómo un tipo puede caer tan pero tan bajo y escopetearse las pelotas de esta manera.
Horrenda película de tiburones y jóvenes
norteamericanos.