Con: Gerard Butler, Aaron Eckhart, Radha Mitchell, Robert
Forster, Melissa Leo, Alon Aboutboul y Morgan Freeman
Dirección: Babak Najafi
Hay una cosa que es indiscutible: No importa lo indignante
que sea una historia por completo propagandista del imperio Yankie y lo mal
hecha que haya sido construida. EEUU no se quedará solo con eso y por supuesto
publicará una secuela aún más indignante, por completo peor hecha,
empalagosamente propagandista de su imperio y apuntada sin sutilezas a ese
público que aún convive con nosotros que en pleno 2016 va al shoping, se compra
un buen balde de pororós a 200 pesos, una coca cola a 70, se sienta en la
butaca y se divierte y tensiona viendo cómo esos sucios tercermundistas árabes
vuelan por el aire a gente primermundista honesta e inocente mientras un
sinnúmero de terroristas que jamás hubiesen pasado desapercibidos en nada menos
que “el entierro del primer ministro inglés” de pronto se quitan sus disfraces
de policía y empiezan a los tiros matando a todo el mundo y comprometiendo para
siempre a “La Bestia”, ese auto blindado incomprometible, dejando a Butler a la
buena de Dios con el presidente a cuestas y sin resguardo seguro corriendo por
las calles de Londres en busca de un catre donde pasar la noche.
Y podría detenerme en la sacrificada lucha de Eckhart por
tributar los exactos gestos faciales de George W Bush logrando prácticamente
las mismas muecas –y dejándonos en el subconsciente que es de él de quien
hablan para redimirlo de sus recientes culpas mostrándolo como un hombre heroico,
patriota y bueno-, o podría resaltar con desprecio las tontas formas de
tratarse de Butler y Eckhart, quienes son grandes amigos pero como uno de ellos
es el presidente el trato es “perro fiel > amo”.
Pero como bien ocurrió en la primera entrega de esta
indignación concentrada en cápsulas, voy a transcribir lo que finalmente EEUU
quiso decirle al mundo con esta secuela.
Butler llega a último momento, justo antes que el malvado
terrorista decapite al presidente en vivo y por Youtube y los mata a todos,
entonces toma de la camisa al terrorista malo quien no murió y está aturdido
por las explosiones y los tiros y comienza a trompearlo al grito de:
“¿Sabes qué no entienden ustedes? (¡PAF!) No somos un
maldito edificio o una maldita bandera (¡Strock!). No somos solo un hombre
(¡CHAPLAF!). Imbéciles como ustedes han intentado matarnos desde hace mucho
tiempo, pero ¿sabes qué? (¡PIM, PUM, PAM!)¡Dentro de mil años vamos a seguir
aquí! (¡TRACK!)
Y al final del film, cuando Butler está firmando su renuncia
con una remera de cuello redondo sin marca en la calidez del estudio de su casa
genial que tiene por ser empleado del estado más poderoso del planeta, por TV
el vicepresidente protagonizado nada más y nada menos que por el otrora
respetado Morgan Freeman, pronuncia un discurso en cadena nacional explicando
que “Demasiadas personas murieron sin razón aparente en estos recientes
atentados y habrá quienes digan que esto jamás hubiese ocurrido si sólo nos
encargáramos de nuestros asuntos (¡Pero claro!). Nada más alejado de la verdad
(Ah, ¿no?). Vivimos en un mundo peligroso y tenemos pocas opciones (ahhh…). Y
la peor opción es justamente no hacer nada, porque involucrarnos se lo debemos
a nuestros hijos. Dios los bendiga a todos. Dios bendiga a Estados Unidos de
Norteamérica” (estoy por explotar), entonces Butler lo piensa mejor y borra el
mensaje de renuncia advirtiéndonos que habrá una tercera parte de esta basura
yankie desmedida.
Al comienzo del film el presidente y su guardaespaldas
corren por los parques de la Casa Blanca haciendo el ejercicio matinal y Butler
le gana porque es recio y más atleta entonces el presidente acelera y le grita
“Oh, Dios, Mike, ¿de qué diablos estás hecho?
“De whisky y malas decisiones”, contesta el imbatible protector.
En fin… ¿qué más puedo decirles? Si quieren les cuento la
película entera.
Basura es poco.
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