Con: Emma Watson, Daniel Brühl, Michael
Nyqvist, Richenda Carey, Vicky Krieps, Jeanne Werner, Julian Ovenden y elenco
Dirección: Florian Gallenberger
La verdad es que da pena ser oriundo de estos
lares, tener una edad en donde al menos éramos chicos cuando todo ocurrió y por
ello de alguna forma haber vivido y padecido en estricto daño colateral
habiendo conocido gente que no está más, gente que se tuvo que ir a los santos
pedos, gente que aprovechó la misericordia de otros que poniendo en juego su
propia vida, familia o trabajo ayudaban en el escape y ahora viene Emma Watson
–quien nunca jamás podrá quitarse la
varita mágica de la mano y siempre la veré como la niña maga de Harry Potter
(pero no la culpo a ella, esto sucede por el esfuerzo ansioso de Hollywood por
intentar quitársela haciéndola actuar en cuanta producción disímil aparezca,
mostrándola en tetas o haciendo de desquiciada mental o luchando por la libertad
chilena cuando lo ideal sería tomarse un lustro sabático y volver más tranquila
y olvidada)- y, de la mano de Daniel Brühl, se encomiendan a perseguir sus
ideales de izquierda en un Chile de principios de los setentas y a instantes de
perder a su honorable presidente de un tiro mientras Daniel, Emma y el séquito
de extras con cara de condorito que consiguieron elevan sus puños
revolucioarios y sus melenas al viento y no convencen ni remotamente aunque más
no sea a la menos objetiva abuela de ninguno de ellos.
Nyqvist salva un poquito las papas, pero solo
las suyas. “Nyqvist salva un poquito sus propias papas” -sería mejor enunciado
este párrafo- al conseguir un poco de asco en la escena con los niños cantores
en los vestuarios, pero volvemos a lo mismo de siempre: que vengan Nyqvist,
Emma Hermione Watson y Daniel Brühl a contarnos una historia autóctona de
nuestra Sudamérica violada en perfecto inglés y esforzándose inútilmente y como
papanatas eclécticos en enunciar las pocas líneas en castellano que les dieron…
Da pena.
Colonia da pena. Chile da
pena. Los muertos chilenos no merecen ni el Chile que subsistió luego de
Pinochet ni esta película patética e incalificable que lo único que hace es
seguir violando nuestra memoria.
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