Con: Alexander Skarsgård, Christoph Waltz,
Margot Robbie, Samuel L. Jackson, Rory J. Saper, Christian Stevens y elenco
Dirección: David Yates
Entiendo y soy consciente de que los niños del
presente necesitan revivir historias del año del pedo que para algunas personas
pudiesen haber estado buenas y sé, con irremediable certeza, que no podríamos
mantener quieto en su silla y atento al film a un niño de 8 años mostrándole “Tarzan
The Ape Man” de 1932, lo más probable no solo es que salga rajando sino
que además nos lastime vengativo con algo contundente en su huida, pero qué le
vamos a hacer, no puedo más que señalar que han enviado al joven hijo del gran
Skarsgård al gimnasio como en años atrás lo hicieren con el hoy deterioradísimo
Brendan Fraser y lo único que despliega es su inconcebible cuerpo, que Margot
Robbie jamás me cayó bien y aquí solo suma puntos a mi desagrado, que Samuel L.
Jackson pasa tan desapercibido que podrían haber contratado a otro y pagarle
mucho menos y que Christoph Waltz no tenía ninguna necesidad de esto, pero ninguna
ninguna, ¿eh?
Así que ya lo sabe, amigo, como bien dijo una
vez el gran Cassius Clay, si usted tiene ganas de mostrarle a su hijo una
película en donde un humano blanco y rubio puede hablar como si nada con los
monos mientras los negros africanos que vivieron en aquel continente por siglos
jamás pudieron debatir ni siquiera sobre el clima con ellos, vaya y lleve a su
retoño. Él la va a pasar más o menos bien. Usted se va a aburrir como un hongo,
pero como un hongo abandonado en el medio de un bosque recientemente talado por
el avance de la humanidad.
Le pongo 2 Juanpablos
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