Con: Matthew McConaughey, Reese Witherspoon,
Seth MacFarlane, Scarlett Johansson, John C. Reilly, Taron Egerton y elenco
Dirección: Garth Jennings y Christophe
Lourdelet
Ando viendo mucha película para niños. Es lo
que ocurre cuando la varicela entra en casa sin golpear.
Horrorosa película que amasa, amolda y entrena
la mente de nuestros niños para que el día de mañana no solo se anoten en esos infrahumanos
concursos de mierda sino para que, una vez fracasados, se queden en sus casas
comiendo palomitas de maíz viendo cómo fracasan los futuros niños concursantes.
Una espantosa pintura de la actualidad
artística mundial que describe a la perfección el patético contraste entre la
época en que los artistas venían de ningún concurso, de conocerse en la escuela
y tocar en un garaje o de anhelar ser bailarines a costa de sus padres que lo
pretendían neurocirujano, enterrando para siempre la verdadera causa del éxito
de Freddie Mercury o Nirvana o Klaus Kinski o Maya Plisétskaya o quien fuera
que un día decidió bailar, cantar o formar una banda de rock sin la necesidad
de participar en un estúpido, fofo, plástico y televisivo concurso de mierda en
donde tres incompetentes jueces determinarán la veracidad del talento que están
presenciando y encausarán, en caso de admitir estar delante de uno, para dónde
debería rumbear su carrera dejando de lado cualquier anhelo personal del
participante.
Sing es un verdadero insulto, no solo para
quien la padece como público sino para los tremendos actores que se prestaron a
este juego perverso de la fábrica de talentos actual en donde se pretende
vender a Mambrú o Bandana como si fueran Led Zepelin.
Incalificable mierda inaguantable.
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