jueves, 22 de septiembre de 2011

Double Identity (2009)




Con: Val Kilmer, Isabella Miko, Julian Wadham y Hristo Shopov

Dirección: Dennis Dimster



Val Kilmer es un partero o algo así y está en un lugar bien remoto intentando olvidar a su ex mujer, de la que aún no está divorciado pero sí separado. Y en lugar de rentarse un departamentito de morondanga como hicimos el resto de los separados del mundo el tipo no, el tipo pintó Kasajistán, se fue bien a la mierda. Al lugar más peligroso del mundo, en donde los atentados son moneda corriente (se ve que estaba harto de ver volar platos en la casa y decidió que sería más interesante ver volar kasajistaníes, qué sé yo... Un gilipollón importante, Val Kilmer).

Entonces un amigo kasajistaní le pide que lo acompañe a su lejana casa en el medio del bosque más pobre del mundo a ayudar a parir a su mujer y Val Kilmer le dice que no, que cómo van a salir a la ruta a esa hora y con toque de queda. Y Kasajistaní insiste, aduciendo que su mujer no puede esperar.

Entonces salen, en uno de esos autitos de la Europa pobrísima, un Travant o un Dacia, uno de esos, y llegan a una barricada en la ruta donde unos soldados muy estrictos y enojados no los dejan pasar, pero Kasajistaní les dice que van a hacer parir a su mujer y les da unos rublos o unos pesos kasajistaníes y los tipos se quedan re conformes y los dejan pasar como si nada, como si no hubieran sido tan hostiles hace unos segundos. Al final no era tan impenetrable esa barrera…

Y bueno, hacen parir a la Kasajistaní, que alumbra un Kasajistanito re hermoso, con barbita y nariz ganchuda y cutis grisáceo y tuniquita y turbantecito, que levanta un dedo índice y empieza a amenazar a los congregados en la pieza en un idioma inentendible ante la mirada de orgullo de sus padres, que aprueban la actitud confrontativa de su retoño asintiendo emocionados.

Y luego de un rato de felicidad, Val y su amigo vuelven para el centro, pero en la barricada que antes atravesaron con garbo y rublos de dádiva ahora hay unos jefes de traje y lentes que le dicen a Val Kilmer que él es John Charter, que qué hace ahí a esa hora y con toque de queda. Val Kilmer les dice que no, que él no es esa persona que ellos dicen, que él es Val Kilmer, pero los tipos no le creen un pomo y lo meten preso.

Y unas horas más tarde, otro amigo kasajistaní logra ponerlo en libertad demostrando papeles que acreditan su nombre y su oficio de partero y lo dejan salir.

Pero dos por tres lo vienen a buscar, lo recagan a sopapos y le dicen que es John Charter. Y al final Val Kilmer se hincha las pelotas, porque son muy pesados los que lo siguen, entonces les dice que sí, que adivinaron, que él es John Charter. Bingo. Mi perro cazó una mosca y demás maneras de demostrar aciertos en el blanco.

Y entonces lo llevan a un descampado y le hacen cavar su propia fosa para que se entierre (al final hubiera sido mejor que no les siga la corriente), pero en un momento de distracción de esos que abundan en las películas malas, Val Kilmer logra escapar y llega a un pobladito kasajistaní más morondanga que cualquier otro que ya haya visto. Y ahí me dormí un toque, porque esta película es más pesada que diadema de motonetas.

Y cuando desperté, la rubia que trabaja en la película y que figura en la tapa le está diciendo a Val Kilmer que él no es John Charter, que John Charter no existe, pero que le hacen creer que John Charter existe y que es él al “malo” de la película, así lo tienen entretenido.

Y no sé cómo termina. Porque me volví a dormir. Es un plomazo esta película.

Otra vez Val Kilmer sigue insistiendo con actuar mal o con trabajar en una mala película. Se vé que está pasando por un mal momento, de esos que cuando vienen se instalan por décadas.

Igual te bancamos, Val Kilmer. El cielo tiene guardado un lugar para ti por Top Secret.

No le pongo ningún Juanpablo porque me dormí 20 minutos y sería poco serio calificarla. Ahora, eso sí, es una película muy mala y muy somnífera. Está advertido.

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