martes, 11 de octubre de 2011

Sacrifice (2011)





Con: Cuba Gooding Jr., Lara Daans, Christian Slater, Kim Coates, Devon Bostick (una bosta actuando, jeje), Arcadia Kendal (la única que zafa), Zion Lee (este es pariente del director, por eso actuó) y la participación estelar de Athena Karkanis (¿?)

Dirección: Damian Lee (Sí, mejor que siga leyendo en lugar de dirigir películas)


Y seguimos insistiendo, no hay caso. Cuba Gooding Jr. está muy perturbado y muy confundido. Perdió el eje y no lo encuentra ni lo va a encontrar. Hace 8 meses que perdió el eje diría el Tano Pasman pero bueno, en fin. Mejor para mí, que me encanta mirar películas pelotudas.

En esta simpática historia Cuba es “John Hebron”, un temerario policía al que acaban de matarle a la mujer y a su pequeña y dulce hijita (como en el 73% de las películas de policías).

John está destruido por la reciente muerte de su familia (como en el 73% de las películas de policías) y se chupa como loco (como en el 73% de las películas de policías), trabaja bajo los efectos del Jack Daniels y toma del pico dudosos fármacos en cantidades desquiciadas, bajándolos con whiskey (como en el 73% de las películas de policías). Y perdió la fe en Dios, no cree más en él. Incluso no solo eso, aparte está muy enojado con el todopoderoso (como en el 73% de las películas de policías).

Entonces todos las tardecitas llega a la casa que hasta hace poco habitaba con su espléndida mujer y su dulce hijita y llora y se emborracha hasta que llegue el nuevo y perturbador día. Todos los días igual.

Su compañero, que no solo no es conocido sino que incluso ni siquiera figura en los créditos del filme, lo llama todas las mañanas y lo despierta pidiéndole ayuda (es bastante timorato el tarambana éste porque no es tan complicado lo que está haciendo y podría arreglarse solito, pero no es el caso) y Cuba se despierta y atiende sus llamadas luchando para que el sol no le reviente la cabeza, despedazada por el alcohol; y se sube a su camioneta y va a socorrerlo mientras, ya manejando, se clava otra botella de Jack Daniels con pastillas. Un lujo el negro.

Y bueno, hay un tipo que vende merca en un partido de hockey sobre hielo y entonces Cuba va en su búsqueda y luego de un momento de distracción en donde Dealer le mete un culatazo en la cabeza noqueándolo y llevándose su arma reglamentaria, Cuba despierta y lo corre. El partido terminó y toda la gente está casi fuera del estadio, incluso ya está el pasador de la máquina de hielo nivelando la cancha. Y entra en el field Dealer y toma de rehen a Nivelador mientras un sinnúmero de policías se esconde en las gradas y lo apuntan, tensionando solo la objetividad del director del filme. Y es en ese instante que la cámara muestra unos patines de hielo ingresando de manera sigilosa en la cancha. Es Cuba, que entra y se pone a patinar como un poseído a toda velocidad en dirección a Dealer, que está de espaldas y no lo ve. Y entonces lo agarra y le hace un tackle terrible, tirándolo a la mierda y salvando la vida de Nivelador, que vuelve a calzarse la gorra y continúa con su trabajo, como si fuera lo más natural del mundo (¿Hacía falta esa escena? ¿Qué necesidad tiene Cuba de mostrarse patinando como un paparulo? Qué tipo salame, dios mío) Y su compañero lo reta y le dice que por qué hizo eso, y él se defiende aduciendo que le “había sacado la pistola y que debía recuperarla” y entonces Compañero exclama, agotado: “Oh, Cuba, tu sí que estás loco…” mientras Cuba enfunda su pistola y se va caminando con cara de “ya nada me importa y todo lo hago al límite de la muerte porque en realidad lo que quiero es morirme y reencontrarme con mi familia en el cielo ya que mi vida no tiene más sentido(como en el 73% de las películas de policías)
.

Y la película gira y viaja a una bôite en donde hay muchas minas en pelotas bailando y moviendo el culo obstinadas mientras fornidos patovicas de brazos cruzados ni se mosquean con sus sensuales bailes vigilando atentamente que no haya desmanes (deben ser trolos más que patovicas) y en la planta alta del boliche, una veterana que está bastante buena (Lara Daans) también vigila la noche en compañía de un mastodonte todo tatuado y ruso con una cara de malo que no asusta a nadie. Y vienen dos taraditos a comprar merca, entonces Veterana le cabecea a un Jovencito que trabaja para ella para que les venda en el baño y entonces van los tres para el baño y hay una pareja dándole a la matraca, la mujer está agachada y apoyada sobre la mesada y hace caras de sexo con la boca abierta (¡Ah!, ¡ah!, ¡oh!, ¡uh!, ¡ah!) mientras su parteneire le rompe la retaguardia también haciendo exageradas caras de sexo (¡Ah!, ¡eh!, ¡ih!, ¡oh!, ¡uh!), una poronga la escena.

Y bueno, los tipos venden drogas, y son sólo una parte de una pirámide de poder y corrupción muy escueta pero bien definida (como en el 84% de las películas de droga), y llegó el momento de encarar una operación muy grande (como en el 84% de las películas de droga) en donde deberán movilizar todos sus recursos delictivos para transportar veinte estatuas de la vírgen María de tamaño natural hechas de heroína. ¡Ah, si Luca viviera…! ¡Se haría una panzada!

Y los que dirigen la operación son dos jovencitos inexpertos que hacen del capítulo en que actúan el más contradictorio del mundo. Rook, el hijo del jefe, es muy idiota, muy metrosexual, muy exasperante, muy ineficiente y, por sobre todas estas cualidades, pésimo actor. Y vive gritando (que es lo que hacen los malos actores, será que creen que el micrófono no los toma bien, qué sé yo) y Mike, que es el jovencito que vendía drogas en el baño de la bôite.

Y se pelean mucho: que yo soy mejor que vos, que vos me tenés envidia, que mi equipo de música es mejor que el tuyo, que mi papá es re pulenta y re narco y vos ni siquiera tenés papá, cosa muy cierta ya que Mike es huérfano y tiene a cargo a una dulce hermanita de 10 años. Mike es muy bueno con ella y cada vez que la cámara los toma, él la mira emocionado como si estuviera actuando en una absurda película de Carlos Gardel o de Zully Moreno o de Libertad Lamarque, es muy pelotudo Mike en ese aspecto. Y decide que ya no va a trabajar más vendiendo droga, porque debe proteger a su hermanita. Así que se chorea una de las vírgenes y pide el rescate (esto es mucho más peligroso que vender drogas, pero él no lo sabe) escondiéndola en una iglesia regenteada por Christian Slater, que hace el papel de un cura muy pero muy mal actuado que antes era soldado en Irak y que ahora se hizo eclesiástico.

Y Slater le dice al joven que le agradece la donación (más que agradecerle debería besarle los pies con lo que cuesta esa montaña de heroína) y el joven se va a buscar a su dulce hermanita que está en la guardería y entra en la iglesia Cuba, que va todos los días religiosamente (nunca mejor puesto este adverbio) a prender unas velas y Slater se le acerca y le dice que para qué las prende si él no cree en dios, y Cuba le dice que no sabe, con cara de escéptico, que lo hace porque su mujer lo hacía. Y le ofrece un trago de cinta scotch. Y el curita se prende como lechoncito en la ubre.

Luego de esto Cuba va a su sesión de terapia y se desnuda y comienza a bailar en pelotas mientras espera a su psicóloga, que cuando entra en la clínica es advertida por su secretaria de que el negro está bailando en bolas todo aceitado dentro del consultorio (otra vez Cuba necesitado de mostrar al cuete su espléndido físico) y la psicóloga no le cree y entra (aunque en realidad no sé si no le creyó o en realidad quería sacarse la duda sobre el mito de los negros que, como me imagino que ya sabrán, es una burda mentira). Y entonces entra y lo reta y él agarra sus prendas y se va diciéndole que él también debería haber muerto, a los saltitos y con el culo al aire (Sí, créame. Cualquiera).

Mientras tanto, en otra escena, Hermano Mayor pide un palo verde de rescate por la estatua. Veterana y Narco comienzan a perseguirlo y a cercarlo. Hermano Mayor logra dejar a su dulce hermanita nuevamente en la guardería en manos de Rachel, una mulata a la que Cuba se curte (otra vez Cuba y las contradicciones maritales: tan compungido y perturbado no debe estar si se empoma a una jovencita…) y Hermano Mayor cuando vuelve a la penosa habitación de hotel donde está parando con su dulce hermanita, lo agarran Ruso y Pésimo Actor y lo recagan a patadas, pero Hermano Mayor consigue sacar un cuchillo y le corta la cara a Pésimo Actor, quien se enoja y lo pone de un tiro. Perfecto. Ahora sí que no sabremos nunca más dónde diantres está la estatua de la vírgen.

Entonces secuestran a Dulce Hermanita y se la llevan y le preguntan si ella sabe dónde está la vírgen, y la niña contesta que está en la iglesia, pero nadie le interpreta lo que quiso decir y suponen que está hablando “en general”.

Y entonces Cuba es advertido por Mulata de que tiene un joven que le dejó a una niña y que se lo notaba preocupado y que ahora no aparece y Cuba lo llama por teléfono, pero Hermano Mayor ya está muerto.

Así que cuba llama a Narco y le dice que le devuelva a la niña, que si lo hace él le dirá dónde está la estatua (que a todo esto ya descubrió que está en la iglesia de Slater porque siguió yendo y hablando de esto y lo otro y sumó 2 + 2 y adivinó). Y entonces se juntan con Narco e intercambian secuestrados. Dulce Hermanita se queda con Mulata y Cuba sube al auto de Narco y van para la iglesia, y cuando Slater ve que están por entrar mira hacia arriba y dice, en una de las más patéticas actuaciones que le he visto hacer: “Oh, Dios, dame la fuerza para enfrentarme a esta cruzada que has puesto en mi camino”.

Y entonces entran los tipos con Cuba y Slater tiene una bibliota en la mano y ven la virgen y está todo bien pero en seguida comienzan a patear a Cuba y a romperlo todo y Slater abre la bibliota y saca una .45 y empieza a los tiros y Cuba aprovecha y saca un escopetón de debajo de un banquito de feligrés y los caga a cuetazos a todos. Y los mata.

Y la película se pone toda negra y dice: “8 meses después” y muestra una escena en donde Cuba clava el cartel de “vendido” en su casa (¿vio que fácil que se clavan esos letreros en EEUU?, más que tierra fértil yankielandia está infestada de arenas movedizas…) y se sube a su camioneta de yankie en donde lo esperan Dulce Hermanita y Mulata. Y se van, como quiénes encaran una nueva y próspera vida.

FIN

Qué cosa este negrito… No hay caso. No pega una, pobre. Y lo de Christian Slater es igual de desesperante. ¿Qué habrá pasado con estos dos? Para mí, y saben que detesto hablar al pedo, hace unos años tenían una reunión para actuar junto con Val Kilmer en una superproducción de Hollywood y como ya eran muy famosos y entraban a los estudios como Pancho por su casa, se sobrepasaron y entraron sin golpear en la oficina del pez más gordo de todos y lo engancharon culeándose una tortuga galápagos. Y el tipo les fulminó la carrera a los tres, a pesar que ellos insistieron con que de sus bocas no saldría ningún comentario al respecto.

No le pongo ningún Juanpablo y espero que ese pez gordo muera de una vez así estos tres vuelven a actuar en serio.

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