lunes, 6 de agosto de 2012

And Soon the Darkness (2010)



Con: Amber Heard, Odette Annable, Karl Urban, Adriana Barraza, César Vianco, Michel Noher y Luis Sabatini

Dirección: Marcos Efron


Antes que nada quisiera hacer mención al temita de la contratapa del DVD, donde un impedido mental hace este resumen de la trama:

“La historia es la de dos jóvenes inglesas, Cathy  y Jane, quienes viajan por Argentina en bicicleta.
Al llegar a una solitaria carretera, Cathy desaparece y Jane queda completamente sola.
Un extraño joven, que dice ser policía, le advierte de la presencia de un maníaco asesino.
Las horas pasan, la noche acecha y Jane ignora qué le ha podido pasar a su amiga.
Entonces la angustia comenzará a apoderarse de la joven, que no deja de pensar en la historia del maníaco. PERO NADA SERÁ LO QUE PARECE”

No sé qué película vio este extraterrestre, pero ni las protagonistas se llaman Cathy y Jane, ni al llegar a una solitaria carretera “Cathy” desaparece, ni hay un extraño joven que dice ser policía, ni mucho menos les advierte de la presencia de ningún maníaco asesino, ni la otra protagonista se la pasa pensando en la historia del maníaco. Y todo es tal cual lo que uno supone, no pasa nada que sea tan distinto que uno pueda decir al final: “Mirá, ésta película al final no es lo que parece…”. Últimamente están haciendo muy seguido eso de mandar fruta mal en la contratapa, rescátense un toque porque ya es el colmo.

Hecha la aclaración, va la crítica:

Resulta que Rubia Escandalosamente Atractiva y Morocha Absolutamente Infartante deciden arriesgar sus vidas y abandonar su seguro y primermundista hogar y, jóvenes y lanzadas, apuestan sus vidas por pasar unas vertiginosas vacaciones en las temibles tierras del norte de Argentina, donde un sinnúmero de argentinos van y vienen como zombies, recolectando botellas viejas y observándolas pasar con muchísima cara de asesinos seriales o de comedores de cerebros, que es lo que somos nosotros, aparentemente, para el que escribió esta hijaputez inexplicable.

Así es que las jóvenes súper excitantes viajan semidesnudas en bicicleta, atravesando todo tipo de poblados donde los pobres argentinos venden baratijas y pulseritas gracias a la desinteresada bondad de los turistas del primer mundo que tienen la buena onda de recordar que el sur también existe y visitarnos de vez en cuando y comprarnos las pulseritas, que sino…, comeríamos tierra, o bosta de caballo.

Y ambas muchachas son muy bellas y contrastan mucho con el argentino común y corriente, que es feo, sucio e indígena. Y la vida les sonríe y se están pasando un gran momento yendo en bici por las provincias norteñas hasta que llegan a un hotelito de mala muerte, típico de Argentina, regenteado por una mejicana que se hace pasar por Argentina y que no le sale muy bien que digamos que las atiende, les toma los datos y les da la llave de la habitación, preguntándoles dónde está la otra parte del grupo, ya que aparentemente las chicas venían en un contingente más copioso, pero las jóvenes les dicen que no, que se abrieron y se lanzaron a recorrer Argentina solas, a lo que la mujer las mira, como diciendo: “pobres chicas, no saben que Argentina es el lugar más peligroso del mundo y que les quedan pocas horas de vida…”, advirtiéndoles con su rostro que haber decidido andar solas por nuestro país fue el error más grande que hayan cometido en sus cortas vidas. Y las mira con tristeza, como quien ve un par de futuros cadáveres. Pero las jóvenes no le dan bola, ni siquiera se dan cuenta de que la mujer las mira asustada y vaticinadora. Ellas se ríen, se hacen chistes y paran el culo.

Y se van a bañar, la noche está en pañales y hay que disfrutar, ya que al otro día deben tomar el único colectivo que pasa por el recóndito pueblito argentino que las llevará a su próxima parada turística, que creo que es “Las Cataratas”. Y se visten para rajar la tierra y salen a ver de engancharse algún argentino violador.

Rubia Escandalosamente Atractiva es más recatada que Morocha Absolutamente Infartante, ella llega con su vestidito rosa con florcitas y su pelo agarrado con hebillitas y se sienta y pide una cerveza, pero Morocha no va pasar la noche sentada tomando cerveza con su amiga, no. Ella está encauzada a que se la pongan, y a eso fue a aquel bar de chapa acanalada, horrendo y peligroso, de esos típicos que hay acá, en Argentina. Así que se acerca hasta una vieja rockola que hay un rincón y pone una canción y se empieza a mover sensualmente, levantándose el cortísimo vestido rojo que se puso, metiéndose los dedos en la boca como quien degusta una buena tararira y flexionando las piernas como si un invisible argentino le estuviera dando por detrás delante de todos.

Y Rubia se lamenta y hace cara como diciendo “Ay, mi amiga… ¡Qué descocada!” Cuando en realidad debería plantearse que su amiga es más puta que las gallinas, más que descocada. Y se queda sola, tomando cerveza mientras Morocha continua llamando la atención de los argentinos violadores del bar, que de un momento a otro tomaránla de un brazo y llevaránla detrás de los yuyos para ajusticiarla, mientras aparece en escena el joven atractivo del film, protagonizado por Karl Urban, que entra en el bar, observa a Morocha que está haciendo explotar varias docenas de violadores testículos argentinos con su "menear pornográfico" y se acerca a Rubia y le advierte, en inglés, que le diga a su amiga que la corte, que no es el mejor lugar del mundo para hacer eso que está haciendo, que en realidad no hay un solo lugar en el mundo donde se pueda bailar así sin terminar con el tujes descuartizado a morcillazos, pero que muchísimo menos lo haga en Argentina, que es el lugar más peligroso y más infestado de violadores que hay en el planeta. Pero Rubia se encoge de hombros y le dice que no puede hacer nada, que su amiga es así.

Y tanto baila Morocha que finalmente aparece un violador candidato a cortarla en rodajas, morochón y de rulos, protagonizado por el hijo Jean Pierre Noher, Michel (Oh, sorpresa), que comienza a bailarle tipo lambada, apoyándole el surubí en una pierna, calentando aun más a Morocha, que, lejos de ponerle un coto ante la apoyada siniestra que le propinó delante de todo el mundo, se sonríe como diciendo “Sí, ponemela de una vez por todas, acá, delante de todo el mundo. Ponemela ya mismo”.

Y la noche se hace más noche y Rubia continua disfrutando de su cervecita, tranqui. Y Morocha sigue suplicando por una violación en masa hasta que Rubia decide irse a dormir, ya que mañana a las ocho pasará el colectivo que las sacará de ese peligroso páramo argentino lleno de violadores, asesinos seriales y tratantes de blancas, pero Morocha se queda, ya tiene varios candidatos que le romperán bien todas sus partes íntimas y ella está ansiosa porque eso suceda. Así que un par de horas más tarde, Rubia despierta asustada por un fuerte golpe que sintió fuera de su habitación, y sale a ver qué pasa y es el hijo de Jean Pierre Noher, que está intentando tener sus merecidas relaciones con Morocha, quien acaba de decidir que en realidad ella no quería sexo, solo quería calentar bien a un grupo de violadores de un alejado páramo argentino, y que “pido gancho”, que era una “jodita para VideoMatch”.

Y el hijo de Jean Pierre Noher está más caliente que reactor nuclear con una fuga, y no entiende muchas razones en ese calamitoso estado en que se encuentra, y si Morocha lo sigue esquivando le va a entrar a la pared o a la canilla del patio o a lo que mierda sea con tal de ponerla. Así que Rubia sale y lo increpa, y le dice que se detenga, y le pone una piña y socorre a Morocha, metiéndola dentro de la habitación de un empujón y cerrando de inmediato la puerta, para que el hijo de Jean Pierre quede afuera.

Rubia le recrimina todo lo que hizo, advirtiéndole que no podía pretender que el hijo de Jean Pierre Noher no intente atravesarla como a una brocheta de morrones después de todo lo que ésta le insinuó, pero Morocha se ríe y se duerme. Está re en pedo.

Y a la mañana siguiente, obviamente se levantan tarde, obviamente pierden el colectivo, obviamente se enteran de que deberán quedarse un par de días hasta que pase el próximo colectivo y obviamente deciden seguir llamando a la tragedia y van a pasar la tarde a un lago muy oculto en el medio de la nada misma, en plena Argentina, vistiendo unas bikinis que horrorizarían al más depravado violador que habite este planeta.

Y mientras toman sol empiezan a pasarse facturas por la pérdida del colectivo, y discuten y Rubia se pianta y la deja sola. Y el hijo de Jean Pierre Noher, que estaba detrás de un arbusto apuñalándose la entrepierna con vehemencia, secuestra a Morocha y la hace desaparecer.

Y así comienza esta ingrata película que trata sobre una historia real, ocurrida por desgracia en nuestro país, pero seguramente exagerada al recontra mango, donde nos describen como seres involucionados al mono más elemental, acusándonos de violadores, de tratantes de blancas, de corruptos y de gente sorete.

Realmente no sé cómo fue el episodio real donde ocurrió esto con esta turista inglesa, pero si de algo estoy seguro, es que la joven víctima no era ni la décima parte de ninfómana de lo que se la describe en esta película y supongo que lo que le ocurrió le podría haber pasado a cualquier mujer turista joven que tuvo la mala suerte que tuvo ella. Incluso le podría haber pasado en cualquier parte del mundo. Porque violadores, tratantes de blancas y depravados sexuales habitan todo el planeta y no acostumbran a amontonarse en tierras argentinas. Me da mucha bronca que nos dibujen como monitos enfermos sexuales, tengo muchas ganas de darle una patada en los huevos a Marcos Efron, así que lo mejor es que no se me cruce en el camino porque me va a costar un tiempo olvidarme esta indignación.

Un garrón esta película estúpida., Una lástima que Sabatini, Vianco y Noher se hayan prestado para esto, aunque reconozco que compartir cartel con Amber Heard es un buen trampolín para el futuro, así que no los voy a criticar. Cada cual con su cada cuala, decía mi abuela.

Le pongo 2 Juanpablos.

7 comentarios:

Gabriel dijo...

Desconocía totalmente esta película y debo decir que me cagué de risa, Don Juan Carlos Gilmour (?

He leído varias críticas del blog y están muy buenas. Posta.

Saludos desde Mendoza.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Gracias, amigo. Me halaga que le guste lo que hago.

Un abrazo.

Ricardo Cardinali dijo...

Felicito por el humor y el contenido del comentario. La acabo de ver por televisión. Y agrego que a Morocha Infartante la tienen cautiva en un matadero (¿Reminiscencia de "carne en tránsito", de la famosa película de la Coca Sarli?) Ese matadero en ruinas, está ubicado en la desaparecida Villa Epecuén, Provincia de Buenos Aires. De ahí la rubia cruza el río (?) y aparece en Paraguay. O en Colombia o en Guatemala. Se igual . Todos sudacas.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Gracias Ricardo por sus comentarios, la verdad es que no presté atención a esa reminiscencia de la que habla, pero es muy atinada.

Le mando un abrazo

Anónimo dijo...

Yo creo que hay que desdramatizar un poco y no tomársela tan a la tremenda por como nos deje parados esta película, tampoco digo agradecer que se hayan fijado en nuestro país para darle la chance de rodarla acá, pero en fín. Después de todo, si vamos al caso ¿Cuantas películas transcurren en tierras norteamericanas donde hay violadores, mutantes, asesinos o lo que se les ocurra? Distinto creo sí es el caso de la película Turistas de que transcurre en Brasil donde mostraban como un médico loco les sacaba los órganos para después comercializarlos si mal no recuerdo o peor aún una película extraña llamada precisamente Snuff, que también fué filmada en Argentina y en el 76 (Menudo año diría un español)y ahí sí la promocionaban algo así como: "Realizada integramente en Argentina, donde la vida no vale nada". Después de todo los yanquis siempre tienen una mirada prejuiciosa del resto del mundo, Europa del este no queda muy bien parada en Hostel por ejemplo y casos así se repiten por montón. En fín, finalizando, creo que no está tan mal la película, en mi opinión es para verla una vez, una vez y media no mucho más, pero es una más como hay tantas de ese estilo y tiene la particularidad de haber sido filmada en Argentina. Párrafo aparte para el Lago Epecuén que más allá que sea confuso que de ahí pasan a la frontera con Paraguay y rarezas de que dé todo lo mismo, creo que deja chico al Lago Cristal de Jason, como escenario sí que es espeluznante, con esos árboles secos y esa imagen tan lúgubre y tranquilamente podría filmarse allí cualquier película de terror. Saludos y buen blog.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Es que el problema es cómo nos ven y cómo nos representan para el resto del mundo. El pueblo que describe no existe con esa etnia oscura, sátira y violadora. Eso es lo que jode. si hubiesen hecho la película describiendo un pueblo humilde de nuestro país con gente laburante y buena que tuvo la desgracia de contar en sus filas con un asesino o un violador es más creíble y más cercano a la realidad. Para los yankies esto es la selva, y nosotros somos monos indocumentados con el pito duro ávidos de cazar rubias y morochas del primer mundo sin muchas luces que no saben de los peligros de viajar a nuestras tierras. Ese es el problema. Abrazo

Ruth Miró dijo...

Hola, amigo. Ayer vi un trozo de esta peli en la tele y me quedé fascinada por lo mala que es y al mismo tiempo por lo mucho que engancha. Parece que es un remake de una película inglesa de 1970, y sorpresa, adivina cómo se llaman las protagonistas de la peli original... Jane y Cathy! jajaja. Por cierto, la pillé a medias, y al principio creí que estaban viajando por México. Por lo menos no se bailaron un tango tipo Swarzeneger en mentiras arriesgadas. Saludos, gracias por el blog!!