Con: Ving Rhames, Robert Patrick, Robert LaSardo, Erick Nathan, Gillie Da Kid y Nipsey Hussle
Dirección: Ryan Combs
Resulta que en un
intento de inmediato conseguido por destrozar para siempre sus currículums-vitae, Rhames y Patrick
decidieron unirse para demostrarnos con gran altanería de lo que son capaces
en lo que a construir una de las películas más malas de la historia de este mundo
se trate. Así es entonces que Rhames
es dueño de una afamada bôite nocturna y, con un tontísimo sombrerito blanco
que le queda como si un pequeñito plato volador sobrevolara su cabezota de
chocolate, y con un gigantesco habano en sus labios nos muestra, en dos
trompadas, cómo era su vida antes de caer preso, dibujándonos de muy mala manera
el bar y su bienestar de famoso ricachón mientras, por otro lado, Peladito Tatuado que trabajó en las últimas cinco "muy malas" hace de traficante de droga
que vende éstas en la puerta del boliche de Rhames, por lo que el negro se le
acerca y de muy buena manera le manifiesta que no debe vender esa basura en la
puerta de su boliche ya que él no quiere tener problemas. A lo que Peladito Tatuado le señala que ése es "su
territorio" y que él no tiene la culpa de que su bar esté en su territorio y
todas esas sandeces boludas que se hacen en este tipo de
flagelo lapidario a la vista y la mente para rellenar minutos y así conseguir los ochenta y pico deseados.
Y mientras tanto, en
otro lugar y en otra fecha, Peladito Tatuado está por hacer una importante transacción con un nuevo cliente al que
venderále flor de paquete de merca gracias a la pericia de Slipi, un muchacho
con mucha cara de yupi de la bolsa de valores al que, en esta ocasión, el encargado del casting le
pidió que hiciera de "negro latino rapero", cuando se nota por todos lados que jamás ha siquiera hecho
una mueca de rapero aunque más no sea frente al espejo de su baño por simple
hobbie, componiendo, créame que no le miento, el papel más detestable, más mal
actuado y más necio que he visto en mi vida, gesticulando como un pelotudo y
moviendo su cuerpo como un enfermito en los dos o tres minutos que le tocan
aparecer en el ¿filme?
Y obviamente es una
emboscada, y obviamente Peladito Tatuado cae preso junto con el tonto Slipi y obviamente habrá bronca carcelaria,
ya que tanto Peladito como Rhames, que ya se encuentra preso de antes, se odian
desde el día en que comenzaron a odiarse, la vez que Peladito entró con gran
odio en su despacho y empezaron a los tiros, Peladito protegiéndose detrás de
una puerta y Rhames ocultándose detrás de una monumental gorda en tanga que
tiene calzada en la tarasca, componiendo la escena más grotesca de la que tenga
memoria, con su traje azul oscuro a gruesas rayas, su tonto sombrerito blanco,
sus zapatos color crema y su gorda colgando de la pinchila.
Iconcepción. Asco. Vergüenza ajena.
Así es entonces que
Peladito comienza a buscar roña y una tarde un policía traslada a Rhames todo
encadenado de tobillos y muñecas a un sector aislado del pabellón y lo deja ahí dentro para
sorpresa de éste, que descubre con pavor que le hicieron una jugarreta ya que
por la otra punta de la pieza viene Peladito con una faca, desencadenado y dispuesto a todo.
“Todo” en este caso es
tirarle el cuchillazo más mal tirado del mundo, mientras Rhames logra retenerle
el cuchillo y darle un suave codazo en el abdomen que hace que Peladito viaje
con gracia y sin la más mínima violencia hacia la pared, donde se queda
esperando que el lento Rhames tome más firmemente la cuchilla (demora un montón esta acción) y se disponga a
atacarlo nuevamente, construyendo la escena más grotesca que la anterior,
dejándonos a todos patitiesos, sin poder creer que veríamos semejante
superación tan rápido.
Tedio. Enojo. Crispación inocultable.
Meanwhile, en la
libertad de las calles, el hijo de Rhames vende droga y mal actúa con tesón, y
se reúne con un sinnúmero de delirantes que se suponen actores mientras
intentan con gran tosquedad describir escenas trilladísimas de venta de merca, de
discusiones sobre merca, de sexo con merca y de pases de factura por merca y no
les sale ni una, hasta que el joven Rhames es encarcelado y de ahí en más
comienza una nueva historia muy mal contada sobre cómo debe hacer Rhames grande para
explicarles a su hijo y al enemigo de su hijo, que acaba de caer también preso, que en realidad son hermanos de distinta madre, justo antes de morir de un tumor
cerebral que lo tiene desde hace semanas (capítulos) haciéndose el loquito pero no
saliéndole ni por puta.
Así que bárbaro, realmente me
sorprendió, porque esperaba una gran mala película, pero esto es el colmo.
Jamás, con toda la experiencia que tengo, hubiese imaginado que vería semejante
hijaputez insostenible.
Entonces ya lo sabe, si
usted gusta del cine malo con riguroso paladar negro, no se pierda “The
Wrath of Cain”, no lo va a poder creer.
Le pongo 1 Juanpablo, la escena de la gorda desnuda que hace de "chaleco antibalas" del negro es tan pero tan idiota que me causó gracia.
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