Con: Al Pacino, Helen Mirren, Jeffrey Tambor
y Chiwetel
Ejiofor, el actor con nombre de marca de alfajor. Ya probaste
el chiquito, ahora, probá el grandote. Ejiofor grandote. Probalo, te va a
gustar.
Dirección: David Mamet
No, muy boluda.
Boludísima. Al Pacino debe ser el tipo al que menos le calza el rol de Phil
Spector en el mundo entero. Aunque en realidad, el problema es otro: Al Pacino
está atravesado, enjaulado, conquistado, domado, sedado y poseído por esa
manera de actuar su cuerpo y sus expresiones faciales que hicieren las delicias
de grandes y chicos en Godfather III y en Scent of a Woman, y es impensado
pretender que el espectador no vea todo el tiempo a Michael Corleone viejo o a
Frank Slade. Deberían dejarlo tranquilo y contratar a otro actor para este tipo
de roles tan disparatados donde deben meterse en la piel de un tipo tan
excéntrico, ególatra y abandonado por él mismo como Phil Spector, ser que jamás me cayó bien
pero eso ya es un tema personal.
Luego Mirren
acompaña con seriedad, pero se la nota incómoda, como que ella también ve esto
que le subrayo de la actuación de Pacino y no puede salir rajando porque ya cobró.
Tambor está bien,
un rol chiquito pero bien construido, y Ejiofor ofrece pocos alfajores en un
par de escenas, casi que ni hacía falta contratarlo.
En definitiva, un
documental de HBO sobre cómo zafó Phil Spector del primer juicio por el
asesinato de una actriz de películas clase B en su propia casa que deja más que claro que es
inocente a pesar de su actual estancia en un calabozo luego de que lo
encontraran culpable en el segundo juicio hace un par de años atrás mostrando razonablemente bien la decrepitud de un viejo solitario y carcamán al que la vida le pasó por encima y lo encerró en un castillo lleno de dólares y sin ninguna alegría por la que levantarse todas las mañanas.
Al menos sirve para ver qué triste y solitaria puede ser la vida de un pobre tipo por más dinero que éste disponga.
Le pongo 4 Juanpablos.
Le pongo 4 Juanpablos.
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