Con: Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie
Gyllenhaal, Jason Clarke, Richard Jenkins, Joey King, ¡James Woods! y gran
elenco
Dirección: Roland Emmerich
Resulta que Cale, un apuesto jovencito muy mal compuesto
por Channing Tatum, es un policía del montón que intenta sin
éxito conseguir un empleo mejor para enorgullecer a su hija, así que decide
presentarse en la Casa Blanca ofreciéndose como guardaespaldas del Presidente
de los Estados Unidos de América. Pide poco, el tipo…
Pero Cale es un joven macanudo, con gran pasión por
su trabajo, aunque cometió un terrible error en el pasado: no asistió a la
universidad. Y todo el mundo sabe perfectamente que los guardaespaldas del
presidente de los Estados Unidos de América deben sí o sí haber estudiado una carrera
universitaria para así poder agarrar mejor el arma o tomar de manera perfecta del
forro del culo al presidente de los Estados Unidos y revolearlo dentro de un
helicóptero o proteger con maestría de bioquímico de renombre, meta balazos
infernales, la salud del presidente de los Estados Unidos de América así en ello perdiese
la vida misma.
Y, para colmo de males, en su pobre currículum
Cale porta la triste realidad de ser separado y tener una hija.
Ilusión quebrantada. Oficio inalcanzable.
Desazón. Discriminación lisa y llana.
Pero Cale es testarudo y cuando quiere algo, lo
consigue, como todo norteamericano. Así que se presenta en las oficinas donde
eligen a los próximos guardaespaldas presidenciales y, oh sorpresa, el lugar es
regenteado por una vieja novia suya de la secundaria quien, lejos de seguir sus
desdeñosos pasos, triunfó, fue universitaria y entonces sí pudo ingresar en la
Casa Blanca para proteger al presidente de los Estados Unidos de América. Y ni
bien lo ve se lo dice: “¿Pero cómo
pretendías aparecerte por aquí a pedir este trabajo si tú no eres
universitario? Sabes bien que sólo los universitarios triunfan en la vida y
pueden ser guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos de América”, lo regaña, con aires de altanera y galardonada universitaria.
Pero Cale la toma de los hombros y le pide que no vea sólo el lado negativo,
que tiene razón, que no es universitario y que ese error jamás podrá
enmendarlo, pero que le dé una oportunidad ya que la relación con su hija de 12
años está en juego. Debe demostrarle que no es un fracasado. Debe demostrarle
que también se puede conseguir ser guardaespaldas del presidente de los Estados
Unidos de América por más que uno haya cometido el fatídico error de no haber
asistido a la universidad.
Esto hace estallar en carcajadas a un
guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos de América que recluta a
los nuevos y trabaja codo a codo con la joven ex novia de Cale, y ambos lo
miran con ternura, y le muestran la puerta.
Y Cale sale, cual pollito mojado, sin fuerzas
para enfrentar a su hija, que espera ansiosa en los pasillos de la Casa Blanca la buena nueva de que su padre
finalmente triunfó en la vida y ahora es guardaespaldas del presidente de los
Estados Unidos de América, pero Cale no va a decirle que no consiguió el
empleo, intentará al menos pasar ese día sin tener que aguantar su cara de
desazón, así es que la invita a conocer el histórico edificio y se cuelan en un grupo
de gordos y rosados norteamericanos en chaquetas floreadas que comenzarán en
breve el paseo guiado mientras detrás de Cale pasa el famoso actor Jason Clarke,
con cara de póker y vestido de
maestranza. Y uno se da cuenta en ese mismísimo instante que ése no es un
maestranza más del edificio sino un terrorista o algo así, porque Clarke es un
actor que ya tiene una reputación y una carrera hecha y no da para que lo hayan
puesto tan de extra remoto. Y mientras la hija de Cale da lecciones de historia
al propio guía ya que es una fanática de la historia de la Casa Blanca (y sobre todo para que nosotros sepamos y nos quede bien claro cuán
difícil de violar es ese famoso edificio), Clarke comienza a pergeñar el
atentado junto con un grupo de desconocidos que harán explotar el lugar con
Cale y su hija dentro.
Y ¿a que no saben quién termina rescatando y
resguardando al presidente de los Estados Unidos de América sin siquiera haber
pisado un solo día de su vida la universidad pero a pesar de ello actuando de manera mucho más
expeditiva que aquellos que sí se recibieron de médicos o abogados o
economistas o químicos o matemáticos para poder resguardar la salud del
presidente de los Estados Unidos de América con el más implacable criterio y la más pomposa sabiduría?
¡Sí!, ¡adivinó! ¡Cale!
Pero lo más disparatado, lo más recontra re
tonto y lo que más ha hecho que este humilde servidor se crispara al punto de
la ebullición volcánica es preguntarse cómo pueden haber hecho una película
copiada a rajatabla de Olympus Has Fallen a pocos meses de
que Olympus
Has Fallen haya sido estrenada. Y esto pinta de cuerpo entero y de manera muy
didáctica qué necios, torpes, abusivos, egoístas y mentecatos son quienes
llevan las riendas de Hollywood, que no les importa un pito la deshonra ni el
ridículo y que ya, casi como si las órdenes las diera una computadora sin
sentimientos cívicos, las elecciones sobre qué producir y qué no apuestan a lo
que funciona de inmediato y a un ritmo y una velocidad que alarma.
Y copiar tan pronto Olympus
Has Fallen, una de las películas más malas que he visto el año pasado
solo porque fue muy vista, es lo más tonto que se les pudo haber ocurrido en
el siglo.
Así que ya lo saben, amigos, Hollywood va por
todo y se volvió loco. Y a nadie le importa un carajo de nada.
Le pongo 1
Juanpablo.
PD: El otro día salió una nota que hablaba sobre las 10 personas más inteligentes del mundo, entre los que estaban Stephen Hawkins, Gary Kasparov y ese tipo de gente, y en un puesto 5 o 6 se encontraba James Woods.
PD: El otro día salió una nota que hablaba sobre las 10 personas más inteligentes del mundo, entre los que estaban Stephen Hawkins, Gary Kasparov y ese tipo de gente, y en un puesto 5 o 6 se encontraba James Woods.
Y miren que de Jamie Foxx no dije nada, eh? Aún recuerdo la conferencia de prensa que dio cuando Tarantino lo eligió para el rol de Django, cómo le brillaban los ojos, lo feliz que estaba... ¿Qué habrá pasado por su cabeza? ¿Tan rápido se quedó sin plata?
En fin...
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