Con: Tom Cavanagh, Kathleen York, Lawrence
Hilton-Jacobs y elenco
Dirección: Tony Krantz
Resulta que en una cruzada sin parangón por
construir una impecable mala película solventada puramente con la jubilación
ahorrada durante largos 5 años de la tía del director en donde debió
alimentarse a arroz frito y agua de la canilla por toda esa temporada, Tony
Krantz nos cuenta entonces la cruel historia de Jorge o Juan Carlos, un insulso
cuarentón más inocuo que no sé qué quien debe someterse a una simpática
operación de estricta rutina y para nada preocupante hasta que algo sale mal y
entonces se le pudre una pierna que hay que amputar, la familia lo visita y le
habla de confusos episodios, su enfermera no pierde oportunidad para desnudarse
y enfiestarse con él de las maneras más absurdas e inaplicables y su enfermero,
un mulato grandote y de vos gruesa, vive amenazándolo con que le hará esto o
aquello mientras él clama por hacer un juicio a las autoridades del nosocomio
que lo dejó en ese lamentable estado de salud pero sus abogados le dicen que no
le pueden hacer juicio al hospital porque aún está en construcción y la
enfermera se hace un tatuaje que cubre toda su espalda y el enfermero mulato
comienza a visitarlo vestido de diablito y justo, justo cuando uno decía “dios
mío, qué es esta súper hijaputez que estoy barriendo con mis ojos”, despacito
se da cuenta de una cuestión por la que ha sido concebida la historia que la
aleja de Película Mala de Lunes pero solo por un pelito.
Así que mejor no le digo más nada y si no tiene
qué hacer, ya se vio todo y acredita buena tolerancia a las películas muy mal
hechas, de recontrabajo presupuesto y filmadas con estilo serie televisiva de la
década del 80, mírela, mírela que no va a poder creer cómo no fue hecha de otra
forma.
Le pongo 3 juanpablos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario