Con: Jonathan Kimble Simmons, Miles Teller,
Paul Reiser, Austin Stowell, Nate Lang y elenco
Dirección: Damien Chazelle
Bien. Buena película de Chazelle, jovencito
director que aún no ha hecho gran cosa y nos chanta así porque sí esta
interesante historia en la cara como si fuese el director de cine más
experimentado del mundo.
Teller está irreemplazable, no podrían haber elegido
otro actor, nació para hacer de Neiman, fue engendrado para enfrentarse con
Simmons, quien lamentablemente lo opaca con su majestuoso despliegue.
Y hablando de Simmons… ¡Bien! ¡Al fin le toca
un protagónico! Nunca desentonó, siempre a la altura de las circunstancias y
siempre en su rol de actorcito de recontra reparto... Gran compromiso con su
parte, más que merecidas vacaciones en un yate abrazado a la estatuilla dorada.
A veces hay que esperar demasiado para obtener lo que no quiere. Que lo
disfrute, Jonathan, se lo recontra merece. Siempre dije que era un grande y
nadie me daba pelota. Ahí lo tienen, giles.
No tengo mucho más para decir de Whiplash,
una película que no es ni remotamente una historia real de la que ya hemos
visto varias del género (en este preciso
instante se me ocurren Full Metal Jacket,
An Officer and a Gentleman y Wayne’s World 2 -aunque esta última parodia a la de Gere-, pero debe haber al
menos siete más) en donde de manera muy sutil iremos cambiando nuestros
sentimientos hacia uno y el otro en un viaje sin escalas hacia la escena del
bar y el desenlace final, tan genial que mejor me tapo la boca y no le digo más
nada.
Así que le pongo 8 Juanpablos y lo insto a que
la vea.
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