Con: Lauren Cohan, Rupert Evans, James
Russell, Jim Norton, Diana Hardcastle, Ben Robson y alguien que hace de Brahms
adulto que ni siquiera fue mencionado entre los colaboradores.
Dirección: William Brent Bell
Resulta que la bella Greta, quien no divide a
los argentinos y argentinas solo por favorecerse al no contar en su nombre con
la letra i, decide escapar de las garras de su ¿golpeador? ¿ladrón? ¿embustero?
¿hombre lobo? ¿testigo de Jehovà? novio quien en apariencia sería más malo que
no sé qué y muy de temer pero jamás en todo el film detallan en qué sería tan
malo dejándonos con la intriga inútil que no condimenta el suspenso sino que
queda a todas luces como un tonto error pasado por alto, y entonces agarra y
huye de su EEUU natal hacia Inglaterra donde de inmediato consigue trabajo como
niñera de un jovencito multimillonario que vive con sus casi seniles padres en
un castillo de fantasía enclavado en medio de la colorida campiña inglesa sin
internet ni cable ni ocho cuartos de manera de no poder pedir ayuda en caso de
necesitarla.
Así es entonces que la joven llega al
imponente castillo todo revestido en caoba pero nadie la está esperando –muy
original- y entonces se descalza y comienza a subir la majestuosa escalera de
caoba anunciándose con voz inquietante –más original aun- hasta que de pronto
una mujer muy mayor le sale al cruce como si fuese el mismísimo Blas María
Giunta haciéndola cagar bien en las patas –a ella solamente, nosotros ya
estamos hartos de estas resoluciones para generar susto repentino y sabemos
cuándo aparecerán casi con exactitud milimétrica- y se presenta como la madre
del niño preguntándole de mala forma porqué está descalza y que en esa casa no
está permitido andar descalzo demostrando en una práctica toma cuán estricta es
y cuán pirula está.
Así que la bella Greta baja los peldaños de
caoba en busca de sus zapatillas pero ya no puede encontrarlas y la vieja le
dice que no se preocupe, que seguro el liero Brahms se las escondió para jugar
y en eso entra en escena el padre del jovencito, otro viejo sin futuro quien la
acompaña al dormitorio de su hijo para presentarlos, pero no bien abre la
puerta de caoba, dentro del dormitorio hay una admirable colección de juguetes
de otrora y un niño de unos 8 años de porcelana en tamaño real.
Greta no da crédito a lo que está viendo, y
nosotros tampoco. Los viejos no solo son malísimos actores sino que, además, perdieron
hace 20 años al verdadero Brahms y creen tener un niño de en serio pero lo que
tienen es un muñeco. Y a Greta le cuesta unos minutos entrar en el juego pero
sabe que si no lo hace la despedirán y deberá volver con el malvado Cole (su
novio con incierta maldad) así que les dice a todo que sí como a los locos y
los viejos le enumeran las 10 cosas que no debe dejar de cumplir todos los días
(cepillarle los dientes, hacerle el desayuno, estudiar juntos matemáticas,
hacerle una manuelita, tocar el piano, leer un cuento y darle un beso de las
buenas noches, por ejemplo) y se van en taxi a un lago, se llenan los bolsillos
de los sobre todos con grandes piedras y se suicidan como Alfonsina Storni pero
sin talento alguno dejando a la joven Greta y al pequeño muñeco en el palacio
de caoba.
Y por supuesto que no bien los viejos cierran
la puerta y hacen tres cuadras hacia el pedrusco suicidio Greta revolea el
muñeco por ahí y se toma todo el vino se saca las zapatillas y anda en patas,
caga con la puerta abierta y no tiene aunque sea la deferencia de luego prender
un fósforo y pone la música fuerte y eructa por los pasillos ante la mirada sin
vida de Brahms, quien pocos días después comienza a pedirle que cumpla con su
deber abriendo y cerrando puertas, apareciendo en lugares inadmisibles y esas
cosas tan trilladas que ya dan pena ver.
Y a eso agréguele que la bella Greta se
enamora del joven que todos los días lleva la comida que Brahms no come y
empiezan a salir y Brahms se pone celoso y una noche viene Cole, el malvado ex
novio, a buscarla para llevarla devuelta a su EEUU natal bajo la promesa de que
esta vez será un hombre bueno si es que hay alguien bueno en ese lugar, que pagó
todas sus deudas, que incluso pagó su oportunidad de amar y sin embargo está
tirado y nadie se acuerda de él pasando a través de la gente como el fantasma
de Canterville, pero forcejean, Delivery Boy aparece en escena y piña va piña
viene Cole agarra al muñeco y lo revienta contra el suelo y entonces aparece el
verdadero Brahms, un hombre adulto que vive detrás de las paredes y es el niño
que no murió incinerado en aquel incendio, que es quien esconde las zapatillas
y los mata a todos.
Así que déjeme de joder con esta tonta burrada
que más mala no podría haber sido.
Le pongo 2 Juanpablos. La actuación del novio
malo es tan mala que no se puede creer. Es incluso más mala que la actuación de
la vieja, y eso es mucho decir.
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