Con: Helen Mirren, Aaron Paul, Alan Rickman,
Barkhad Abdi y elenco
Dirección: Gavin Hood
Resulta que en otra intentona por demostrarnos
que Dios a veces actúa de maneras misteriosas o que EEUU y las potencias
mundiales a veces deben actuar de maneras misteriosas igual que Dios, Gavin
Hood (Tsotsi, X-Men Origins) nos revela -de manera
bastante torpe- la cocina de cómo a veces las grandes potencias no tienen otra
alternativa que despedazar a un pobre niñito iraquí, nepalí, kenyano o de algún
país de esos llenos de polvo marrón, extrema pobreza y despiadada opresión
religiosa, sobre todo para que quede claro que no es que justo el encargado de
lanzar un misil para reventar talibanes ese día había amanecido con resaca o
con conjuntivitis y no veía bien la mira y le erró por varias casas, no. Acá
nos muestran bien claramente la cantidad exagerada de trabas burocráticas
resguardadas en montones de frenos legales mundiales (seguramente pergeñados por la ONU, ese lugar que no sirve para nada y
ya dije varias veces: Hagan un hotel ahí que tiene linda vista, dejen de gastar
plata en esos secretarios que no hacen la gran cosa por el bienestar mundial)
que debe padecer un equipo triangulado de generales ingleses, norteamericanos y
kenyanos quienes no pueden apretar el maldito botón para acabar con un grupo de
terroristas nivel 2 que están por salir de una casa con dos niños bomba porque
justo en la vereda de esa casona una dulce niñita kenyana dispuso su mini
tienda para vender pan casero. Y por supuesto que ni EEUU ni Gran Bretaña ni
ninguna de las potencias mundiales que nos oprimen desde hace más de 100 años
está dispuesta a tomar la cruda decisión de gatillar a sabiendas de que aquella
niñita podría morir colateralmente.
Así que de eso se trata este film que nos
muestra a un terminado Alan Rickman (se
nota por todos lados que ya sabía su condición final, una pena que haya dejado
esto como última colaboración en su vida, nosotros siempre lo recordaremos por Die Hard, y que Harry Potter se vaya a
cagar) y a una siempre dispuesta a embarrarse Helen Mirren, quien también
padece una enfermedad difícil y debería buscar films más elevados para cerrar
una carrera por momentos importante.
Y eso es todo lo que puedo decirles de Eye
in the Sky, el film que vino a demostrarnos que no solo estamos
vigilados con insistencia por unos soldados encerrados en containers en Texas
sino que antes de dispararnos y hacernos volar en pedazos, un equipo de
coroneles y generales de alto mando triangulados deben presentar un montón de
trámites burocráticos que impiden decisiones rápidas que puedan costar la vida
de una niñita que vende pan al lado de unos terroristas, quien finalmente y a
pesar de la burocracia muere en la explosión y todos aquellos que decidieron
gatillar terminan lamentando con hipócritas lágrimas la pérdida de un inocente.
Los dejo, me voy a vomitar que me están dando
arcadas.
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