lunes, 13 de junio de 2016

Gods of Egypt (2016)






Con: Brenton Thwaites, Courtney Eaton, Nikolaj Coster-Waldau, Gerard Butler, Geoffrey Rush (dios mío) y un montón más

Dirección: Alex Proyas



Resulta que en una nueva, burda e insuperable intentona por seguir generando divisas a costas de tentar preadolescentes, Alex Proyas (Dark City, I, Robot, The Crow) nos entrega esta singular atracción egipcia sin un maldito actor de esos lares e infestada de galancitos sacados de programas del estilo “New Talent” que no tiene más que buenos músculos, o impactantes cejas o excelso corte angular de rostro que les redituará éxito y aplauso inmediato –aunque no perenne en el tiempo (siempre me intriga e ilusiona saber qué será de la vida de estos hijos de puta cuando pasen los 50 y la bella juventud quede en el pasado, ¿se pondrán un maxikiosco en el barrio? Algún día lo sabremos)-, en donde nos cuentan de manera por supuesto hollywoodeana en extremo la cruel historia de los hermanos dioses Horus y Set quienes pelearon poderosamente para quedarse con el poder y reinar con dura mano Egipto mientras se transformaban en monstruos cromados con implacable poder luchando en un escenario de oro photoshopeado con fulgor ante los ojos impávidos de un sinnúmero de extras quienes, si ponemos como vara de medida que aquellos que consiguieron un protagónico en este film no tienen una maldita habilidad, imaginen lo que son los extras que rellenan espacios vacíos…

Luego, debo hacer mención párrafo aparte a dos intrépidos actores que aportaron su firma luego de terminar de contar los billetes recibidos: Butler, Gerard; en mi vida he visto montones de imbéciles actuaciones suyas y hace muy poquito padecimos su última entrega como intrépido e imbatible patriota guarda espaldas de Bush, y habiendo visto aquello uno aseguraba estar padeciendo su peor actuación para siempre, pero ya lo dice el dicho: “todo siempre puede empeorar”. Increíble mala actuación de Butler (increíble y –espero- insuperable). Y el otro actor con quien debo detenerme es Rush. Dios mío, Geoffrey… ¿Un tipo grande, serio y querendón como vos participando de esta súper imbecilidad plena? La verdad es que no se puede creer.

Así que ya lo saben, amigos, si andan con ganas de disfrutar de una didáctica sesión de historia egipcia para pavotes, no tienen más que ponerse a verla.

La van a pasar fenómeno mientras se sacan los mocos con la mirada estrábica. Eso sí, cierren la boca, que les van a entrar moscas.


Le pongo 2 Juanpablos.

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