Con: Analeigh Tipton, Emile Hirsch, J.K.
Simmons y elenco
Dirección: Gavin Wiesen
Qué triste es el día después de un actor que
pega un éxito hollywoodiano. Sin importar lo que le haya costado llegar ahí, de
inmediato le ofrecen una torta para hacer de monito y siempre –y todos- agarran
viaje.
Comienza el film y una desconocida rubia de la
mano de Hirsch –quien otrora nos angustiara con su gran film Into the
Wild- deben almorzar con el chapado a la antigua padre de la joven
desconocida que no es otro que el cascarrabias de Simmons, el cual hace mucho
no ve a su hija y entonces se citan en un almuerzo y de paso le presenta a su
para nada calificado novio.
No pude seguir viéndola, con la presentación
del plato me alcanzó. Simmons me cae demasiado bien para ser testigo de esta
basura de manual de “padre estricto y exitoso con pocas pulgas que debe aceptar
a timorato novio de su princesita”.
Dios mío, qué estupidez incalificable.
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