lunes, 29 de octubre de 2012

Black Gold (2011)








Con: Mark Strong, Antonio Banderas, Tahar Rahim, Freida Pinto y Riz Ahmed

Dirección: Jean-Jacques Annaud


Resulta que en una árida y súper maquillada zona desértica en donde claramente se ve que espolvorearon toda esa arena para el filme mientras debajo, a pocos centímetros, la semana que viene volverá a lucir el piso de baldosas de siempre, se disponen a enfrentarse dos poderosos, adustos, muy mal elegidos por el casting y muy mal maquillados jeques árabes compuestos horrorosamente y a los pedos sin reparo en el ridículo por Antonio Banderas (…) y Mark Strong (…).

Y parece que hubo una gran guerra sin fin entre estos dos temibles jeques que de temibles no tienen nada (y solo “parece” por lo que ellos muy mal cuentan en la primer escena, ya que la arena que pisan no tiene una mancha de sangre y no hay más que un par de extras disfrazados de árabes tirados en el piso tomando sol y haciéndose los muertitos). Entonces ahora Banderas, ataviado como un pedorro jeque árabe de baile de disfraces, llega a este lugar donde la producción espolvoreó arena, con el fin de llevarse a su pueblo a los pequeños hijos de Mark Strong, ya que, aparentemente, en la arabia de principios del siglo XX era común que tu enemigo se lleve a tus hijos pequeños para educarlos hasta la plena madurez, conformando así una especie de delirante tregua, como diciendo: “No, quedate tranquilo que no voy a hacer "tal cosa", ¿no ves que me llevo a tus hijos para educarlos como si fueran propios y re entregártelos algún día cuando ya seas viejo y ellos sean lo suficientemente maduros como para haber perdido sentido engendrarlos?” .

Así es entonces que Strong baja de su pulcro e inmaculado caballo, típico de telenovela “El Sheik”, con Gustavo Bermúdez y Araceli Gonzáles, y, con el gesto más adusto y más sobreactuado que usted pueda imaginar, toma de los hombros al más alto de sus dos hijos, que claramente es el mayor, y le dice: “Alí, tu eres mi hijo mayor y el heredero al trono, pórtate bien y bla, bla bla”, haciendo que me den fuertes ganas de encontrarme con el soquete que escribió esta idiotez y recagarlo bien a cachetazos con un matamoscas de buena calidad porque otra vez volvemos a la “aclaración innecesaria” que subestima al público presente, que no necesita que Mark Strong le señale cuál de los dos es su hijo mayor ya que éste, el mayor, le lleva una cabeza larga a su hermano menor y claramente se nota que “es el mayor”. Luego toma de los hombros a Auda, su hijo menor, y le dice: “Auda, tu eres mi hijo menor, no llores” (Auda no está llorando, no cae una sola lágrima  por sus mejillas, aunque puede que sí esté llorando y en el lejano Zahara las lágrimas se sequen antes de salir de los ojos y solo los árabes que pueblan esas áridas tierras sepan a ciencia cierta quién está llorando y quién no, pero no lo sé) le dice: “tu eres mi hijo menor y debes…” no sé qué pavada que finalmente le dice, ya que esas escenas pelotudísimas me ponen totalmente del tomate y me cierro y las rechazo y no logro administrarlas en mi memoria.

Entonces Banderas se acerca, toma a Auda por los hombritos como si fuera el manosanta de Olmedo, e incluso haciendo el mismo pícaro gesto que hacía el Negro cuando Portales le dejaba a la nena, consiguiendo que se prenda una alarma en este humilde servidor, que de inmediato supuso que se lo violaría en el carruaje de regreso a su pueblo pero no, se lo lleva para “su lado” del plató espolvoreado con arena y luego se acerca nuevamente a Strong, que espera con los ojos más maquillados del mundo, haciendo que “Lawrence de Arabia” o “Ben-Hur” sean desbancadas para la siempre del trono de “Películas más idiotamente maquilladas de la historia” y le dice: “Quédate tranquilo, respetable enemigo, que cuidaré de tus hijos como si fueran propios y les daré la educación que merecen, como si fueran mis hijos”. Y Strong, muy seco y enojado le espeta: “El cordón amarillo será nuestra tregua” y se marcha (el “cordón amarillo” no es, como usted supone, una línea hecha por un mamado con un chorro de meo en el piso como delimitando un perímetro, en realidad es una suerte de sector arenoso entre ambos pueblos, que es lo que viven disputándose como nenes caprichosos desde hace mucho y nunca logran adjudicárselo).

Y de ahí en más comienza esta ingrata, estúpida y maloliente producción cinematográfica compuesta a los resantos pedos con una trama digna de telenovela berreta de finales de los 80, con un casting que da calambres estomacales y con unas actuaciones de Banderas y Strong que, realmente, a pesar de que uno sabe que Banderas es imposible y que Strong no es la gran cosa, superan con creces lo que uno imaginó que vería apenas se notificó de sus presencias actorales en el film.

Deberían asesinarse. Todos. Asesinarse y tirarse en algún río playo lleno de pirañas asesinas, por las dudas.

Vergüenza debería darles, hijos de su madre.

Le pongo 1 Juanpablo. Los momentos en que aparece Freida Pinto, que está más buena que no sé qué, lo merecen.

Y gracias a todos por leer mis críticas de cine. Cuando empecé con esto jamás hubiera imaginado que llegaría a las 50.000 visitas. Estoy emocionado.


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