lunes, 2 de diciembre de 2013

13 Eerie (2013)






Con: Brendan Isabelle, Brendan Shanks, Brendan Fehr, Brendan Fletcher, Brendan MoranBrendan Moss y varios actores más que también se llaman Brendan, así que vamos a dejarlo ahí que al fin de cuentas no es tan relevante.

Dirección: Brendan Dean


Resulta que en el más petético comienzo de film que alertaría al más inexperto cazador de películas malísimas, un grupo de inoperantes jóvenes se disponen a partir en un viejo autobús escolar hacia las entrañas mismas de Eerie, un pueblo abandonado donde unos profesores aún más horribles actores que los jóvenes protagonistas de esta mierda, están “preparando el terreno” para cuando sus alumnos arriben y así poder comenzar a dictar clases prácticas sobre muerte y cadáveres descompuestos en la impensada carrera para obtener el título de “Agente D-Mort” (Equipo de Respuesta Operacional para Desastres Mortuorios).

Así es que la cámara entonces nos va mechando partes del viaje en colectivo y escenas de los profesores ubicando los cadáveres debajo de un viejo automóvil, dentro de una casa abandonada, semi hundidos en agua estancada, etcétera. Y deben apurarse, ya que el alumnado está por llegar.

En la siguiente escena, los alumnos bajan del cascajo y saludan a su profesor con respeto y alegría, distendidos, pero éste los re ningunea y los trata con muchísima mala onda. A pesar de que le ofrecen la mano, él no solo no extiende la suya sino que, por el contrario, esquiva la mirada con una altanería muy poderosa, se hace el lindo y continúa enumerando las distintas vicisitudes a las que deberán enfrentarse en aquel agotador fin de semana donde el estudio, la práctica y el aprendizaje no darán lugar a otra cosa, ni siquiera a darle la mano al profe para saludarlo, así que deberán hacerse a la idea de que esto no es jauja, y que acá hemos venido a aprender (nunca queda claro por qué motivo los trata tan pero tan mal ya que todos los alumnos, ni bien bajan del colectivo, demuestran gran interés por las clases que recibirán y ya son gente grande, no adolescentes, pero bueno, es el constante flagelo de no tener material para rellenar escenas).

Entonces está todo listo para comenzar con esta boludez inescrutable. Profesor designa al más idiota del grupo, a quien no brindará educación alguna, y lo pone a preparar las baterías de los walkie-talkie ya que en ese pueblo abandonado no hay internet ni señal de teléfono.

Idiota toma un cajón de manzanas lleno de walkies talkies y parte rumbo a un ranchito donde deberá montar su centro de operaciones (cargar las baterías de los comunicadores, cocinar y fumarse de cuando en vez un charuto) así que ¿qué mejor momento que este ahora que todos se fueron para fumarse un charuto? Seguro que ninguno, entonces lo prende, pero de manera muy exagerada, y en la acción de prenderse el faso tira de una mesa un bidón lleno de un espeso líquido negro que gotea con espanto sobre los walkie talkies. Idiota no nota esto que le digo, sigue fumándose el charuto haciendo honor a su pobre condición intelectual mientras los jóvenes ingresan a la habitación donde dormirán y retiran de los colchones un sinnúmero de gatos muertos y esqueletos de animalitos que alguien les dejó con el oscuro fin de hacerles una chanza.

Luego, la película vuelve a los profesores, que se encuentran chusmeando por las cámaras de seguridad qué es lo que están haciendo sus alumnos mientras uno le pregunta al otro si estarán preparados para lo que se viene y el otro no le responde, haciéndose también el recio con su compañero de trabajo (¿?).

Mientras tanto, en el ranchito, el alumno sin muchas luces comienza a cocinar 3 pollos en una parrilla y apoya un suculento corte de bola de lomo sobre la mesada y toma un hacha enorme que eleva hacia el cielo con el fin de fetear dicha carne y ahí nomás la saqué, usted perdone, pero yo puedo soportar cualquier cosa, puedo ser testigo de la pelotudez inviable más absurda que usted imagine, pero esto ya es demasiado. Nadie en este mundo prepara milanesas de esa manera, ni siquiera el samurai más avezado que haya pisado este planeta.

Las milanesas se fetean despacio, con un cuchillote de hoja ancha muy afilado, poniendo siempre la palma de la mano abierta sobre el corte, para presionar y acompañar el suave camino del cuchillo en su anhelo por cercenar una lonja de seis o siete milíemtros de magra carne que luego será empanada y puesta al horno o en aceite. 

El sólo hecho de suponer que ese imbécil envión encomendando un hacha al cielo como quien luego bajará a toda velocidad y conseguirá el mismo resultado explicado en el párrafo anterior es suficiente para levantarme de mis aposentos, expulsar el DVD y ponerme a mirar otra cosa.

Ya estoy viejo y el médico me prohibió las emociones fuertes, así que no puedo calificar esta bosta incalificable, pero le advierto que absolutamente nada en esos 17 minutos que vi daban pistas de estar ante una película aunque sea mala.

Esto no es ni malo.

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