Con: Christian Slater, Brendan Fehr, Amy
Matysio y Michael Therriault
Dirección: Roger Christian
Resulta que en una luna de juguete sembrada de bases
lunares de juguete y camioncitos de juguete, de pronto cae una lluvia de meteoritos
de juguete que hace volar varias bases lunares de juguete y algunos camioncitos
de juguete ante la cara de espanto de Christian Slater, capitán de este súper
malísimo film que tiene estos patéticos efectos especiales que serían la
envidia del creador del Capitán Escarlata y entonces, ante la necesidad de
tomar una determinación frente a la continua llovizna de meteoritos de juguete
que comienzan a destruir las bases de juguete, Slater ordena a su “soldador”
que vaya de inmediato a sellar el compartimento del juguete 4 pero el soldador,
justo cuando se disponía a acatar la orden es alcanzado por una piedrita que le
raspa apenitas la frente, por lo que no pude hacer el trabajo y es reemplazado
por la joven del grupo, quien intenta reparar los daños en la base de juguete 4
sin conseguirlo.
Entonces, derrotada, vuelve. Y Slater le dice
“Buen trabajo” (¿?) y ella le dice “Usted también” (¿? por 2) y le ordena que
se vaya a bañar ya que puede portar una espora venenosa y matarlos a todos, así
que la muchacha va a bañarse y los muchachos se quedan espiando por la
cerradura, no mentira, se van a hacer un estudio de los daños y descubren con
pavor que se soltó un montón de CO en la base de juguete y que si no lo
controlan de inmediato morirán diciendo pelotudeces, aún muchas más de las que
ya de por sí están diciendo en estado normal.
Preocupación. Terror. Inquietud. Caras de
circunstancia. Juguetes rotos.
Luego, en el laboratorio, el doctor del equipo
secciona al medio un meteorito de esos que destruyeron las bases y los
camioncitos de juguete y descubre con pavor que dentro hay como una mermelada
de pera o algo así, que se mueve y agranda, por lo que ordena a la muchacha (que ya está claro que es quien recibirá
órdenes durante toda la película), que haga un chequeo para ver si descubre
algo. La muchacha pone con una pipeta un poco de mermelada de pera en un tubo
de ensayo y lo mete en un centrifugador, pero luego, al abrir el equipo,
tontamente se corta un dedo con el tubo de ensayo roto que había dentro
presagiando una obvia contaminación o contagio de algo que veremos en breve.
Entonces, como bien todos supusimos, al día
siguiente la muchacha siente náuseas y de pronto está embarazada de 6 o 7
meses. Slater señala al soldador y le espeta: “¡No habrás sido tú, maldito!”, a lo que tanto el soldador como
nosotros, los espectadores, exclamaremos: “¡Ay,
por favor! ¿y ya así de embarazada la voy a dejar? Que tengo esperma de
criptonita, tengo?”, así que la ponen en cuarentena, la muchacha se embaraza
aún más y pare, presa de los más estentóreos alaridos, una criatura equis que
no nos es revelada.
Horror. Desazón. Búsqueda del curioso retoño no
revelado.
Más tarde, por la noche, la muchacha descansa
luego de haber dado a luz aquel retoño aun no revelado y despierta incómoda
sintiendo como si alguien le estuviese chupando bien las tetas. Y en efecto,
cuando mira sus senos no puede dar crédito lo que sus ojos ven: un peladito
horroroso le está meta chupar una goma con desparpajo y cuando ella grita de
horror, éste abre una boca como de langosta y huye despavorido. La muchacha,
enfurecida e indignada, comienza a revolear estanterías, remedios, botiquines y
aparadorcitos de esos que venden en el Easy para colgar escobas buscando al
petiso sobapecho, por lo que de inmediato es anulada por sus compañeros que no
entienden qué le dio a la pobre que está tan alterada. Y mientras Slater y el
médico intentan sin éxito atarla a un camastro, el soldador es mordido en la
pantorrilla por el peladito sobapecho, que luego lo mira con sarcasmo, riéndose
socarronemente y huye por un pasillo.
Soldador comienza a los gritos, avisando a sus
compañeros lo que le ocurrió con lujo de detalles: les cuenta que un extraño
peladito todo baboso y de color blanquecino le mordió la gamba y se escapó por
el pasillo no sin antes tomarse del marco de la puerta y reírse con sarcasmo,
pero el médico desestima esta versión y le dice que seguro se debe haber cortado
con un vidrio, a lo que la muchacha exclama: “¡Háganle caso al tipo, yo vi con mis propios ojos como ese mismo
peladito que él vio me chupaba bien las tetas!”, pero el médico, como todo
facultativo de película clase Z, hace oídos sordos de lo que manifiesta la muchacha
y le dice que no, que no paso eso y que nadie le chupó las tetas, que ella lo
que tuvo fue una alucinación, y que el soldador se cortó con un vidrio (¿?)
Más tarde, Médico revisa el corte en la pierna
de Soldador, quien claramente tiene una tremebunda mordida con forma de mordida
en la pantorrilla, pero le dice “te has
hecho un corte profundo con ese vidrio” (¡Ay, por favor! ¡¡Ya te dijeron mil
veces que lo mordió un pelado, imbécil del poto!!), insistiendo hasta la
boludez más plena con su boba teoría de pavote necio y le pide a Soldador, sin
siquiera curarlo, que descanse.
Mientras tanto, en la pieza de Soldador,
Peladito Sobapecho comienza un proceso de crecimiento inusitado que lo pone en
una asquerosa situación todo untado de mermelada de pera y en bolas aunque con
un calzoncillito que claramente se nota entre los pliegues de pegote, y crece y
crece y nada lo detiene, se forma y aumenta y llama a otras miles de manos con
fuerza y con coraje, siempre hacia delante y crece hasta que se transforma en
un Soldador nuevito e igual a nuestro protagonista. Y va y lo enfrenta, para
asustarlo. Soldador se asusta y grita unos gritos que son escuchados por
Médico, que lo va a ver y le dice: “Es suficiente, en este mismo momento
dejarás la bebida y te pondrás a correr en la cinta para exudar todo el alcohol
que tienes en la sangre, y luego te haré un estudio para determinar cuán loco
estás” (¿?) (puedo seguir por los siglos
de los siglos poniendo signos de confusión luego de cada necia aseveración de
este médico incompetente, quizás debería dejar de citarlo, si es al pedo, usted
ya sabe que el tipo es un imbécil).
Entonces, ya inmersos en la más absurda
película mala que vi –puedo garantizar- en los últimos dos años, Marciano,
caracterizado por Soldador y haciendo muy pero muy mal de Marciano, al punto en
que uno duda si aquellos extraterrestres creados por Ed Wood en Plan
9 From Outter Space hayan sido los peores que hemos visto, comienza a
hacer de las suyas haciéndose pasar por Soldador, quien se hunde más y más en
el alcohol y comienza a creer que es la bebida quien le hace ver al Marciano
con su cara corriendo a su lado en la cinta desnudo y con mermelada de pera en
el cuerpo.
Y todo se va al carajo, finalmente Slater
intenta encarcelar a la muchacha por orden de la compañía (¿?), la muchacha
ofrece resistencia, Slater forcejea y recibe un bisturizazo en el abdomen.
Médico lo cose, le da unos antibióticos y va a visitar a Soldador, que ya está
muerto en su litera, todo cortajeado y hecho un revuelto gramajo de persona
mientras Marciano va a visitar a Slater con intención de aniquilarlo, Slater
forcejea, le da una piña y Marciano huye, justo cuando Médico vuelve de lo de
Soldador y le pregunta a Slater qué ocurrió, pero para sorpresa de todos
nosotros, cuando Slater le cuenta que fue Soldador quien intentó reducirlo, en
lugar de decirle que seguro fue un vidrio u otra persona que justo pasaba por
ahí como nos tenía acostumbrados desde que comenzó esta burrada, esta vez
Médico toma instantánea y criteriosa conciencia y le dice que no, que no fue
Soldador, que seguro es ese marciano que se engendró dentro del cuerpo de
Muchacha hace solo unas horas, ¡y no solo eso!, comienza a describir con lujo
de detalles todos los movimientos del marciano como si hiciera unos segundos no
hubiese estado todo el tiempo aduciendo delirantes teorías sobre todo lo que
ocurría a su alrededor y delante de sus tontas narices ¡en lugar de creer lo
que le decían sus colegas!! ¡¡Dios!! ¡Quién escribió esto! ¡¿Abal Medina?!
Así es que entre los tres intentan reducir a
Marciano sin conseguirlo. Médico muere hecho una explosión de carne picada al
abrirse una compuerta hacia la intemperie lunar y Slater y la muchacha no
consiguen llegar a tiempo al módulo eyectable que vuelve a la tierra mientras que
Marciano sí lo hace y consigue llegar vivito y coleando a nuestro planeta con
oscuros y temibles propósitos como ser: seguro que estos te filman una secuela.
Le pongo 2 Juanpablos, las escenas de los
meteoritos de juguete no serán superadas jamás y merecen un Oscar a la torpeza
universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario