Con: Yael Grobglas, Yon Tumarkin, Danielle
Jadelyn, Dibi Ben-Yosef, Tom Graziani y elenco
Dirección: Doron y Yoav Paz
Resulta que Sarah cumple finalmente esa edad
que le permitirá salir en tetas más o menos por la mitad de la película saltando
encima de un recién conocido en el viaje que su padre le regaló para que visitara
el mundo con su mejor amiga ahora que es grande y puede mostrar las tetas y,
además del pasaje, el hombre le regala unos exclusivos lentes de Google para dar
inicio así a la nueva modalidad de película estúpida de terror que ya nadie se
cree que iniciara Blair Witch Project hace más de 20 años al estilo “camarita en
mano” que ahora ha evolucionado a “lentecitos con cámara encajados en la cara
de actriz que no se los sacará ni siquiera para echarse un garco”.
Entonces Sarah le agradece a su padre
diciéndole “te quiero, papi, eres el mejor” y prepara la maleta con las prendas
más descocadas para así dar rienda suelta a su reciente madurez ávida de
diversión sexual.
El problema es que con Rachel, su mejor amiga
y única jovencita que sale todo el tiempo en el film ya que Sarah es quien
lleva la cámara en sus lentes y solo en un par de ocasiones se los quita aunque
dejándolos bien ubicados desde donde pueda seguir registrando los hechos,
deciden viajar a JeruZalem, lugar desprovisto de joda y sexo como pocos podrían
haber elegido si tenían esa meta en mente.
Y bueno, viajan y ya en el avión conocen a un
jovencito que debe haberse paseado por años por las productoras de películas
desplegando su única virtud de ser parecido a Justin Timberlake y como a nadie
–con razón- le pareció un talento descollante semejante magro logro terminó
trabajando en esta tontería, y Sarah se la quiere poner y Rachel le dice que al
menos espere a llegar a JeruZalem y entonces llegan y se divierten y los lentes
captan rostros en la calle y de inmediato le abre ventanas del Facebook de las
personas que advirtió y bailan y toman shots y gritan Whooo con los brazos en
alto pero dos por tres Sarah recuerda a su hermano muerto y mira un
portarretrato y los lentes reconocen ese rostro y le abren el Facebook de su
hermano con la triste enmienda que advierte “Muerto” pero después se le pasa y
sigue buscando enfiestarse no sin antes dejar los lentes estratégicamente
colocados en la mesita de luz de manera de poder encuadrar bien cómo salta en
tetas encima del remedo de Timberlake y un día deciden ir al Muro de los
Lamentos y Sarah comete el improperio de dejar un papelito entre los ladrillos
pidiendo, de mala manera, “devuélveme a mi maldito hermano, hijueputa”, o algo
así, entonces todo se oscurece Dios recoge el guante y, vengativo por tamaña
osadía, abre las puertas del infierno y miles de demonios alados cubren el
cielo e inician un banquete a base de jeruzalecinos y todos corren por las
viejas calles de la ciudad mientras Sarah no se quita las putos lentes y filma todo
con agilidad de estudiante de cine que estuviera por recibirse y los demonios
comen gente y al que arañan o muerden o le hacen popa mancha lo demonizan y la
pobre Rachel se transforma y Sarah y el remedo de Timberlake terminan en una
cueva negra como culo de gorila y todos mueren excepto ellos y los jadeos y
gritos y corridas se entremezclan en la negrura de la cueva cuando de pronto
los lentes captan en la cerrada oscuridad un rostro y entonces se abre una
ventana de Facebook que muestra al hermano muerto de Sarah cuando éste prende
una linterna como lo hacía Narciso Ibáñez Menta y se ilumina la cara desde abajo
entonces podemos contemplar un demonio de ojos grandes y por completo negros y
una boca destrozada como la del Guasón pero con mucha sangre y coágulos
colgantes pero los lentes, sin duda poderosísimos, lograron advertir al bueno
de Joel detrás de esa demacrada y destrozada expresión que nada tiene que ver
con el jovencito apuesto que engalana el portarretrato.
Entonces Sarah le dice “¡Joel, eres tú!”, y
Joel los lleva por el camino que deben encarar para salir de ahí y salen pero
Sarah comienza a toser y a hablar con la voz de Coco Basile y el remedo de
Timberlake le dice “¿Qué ocurre, Sarah, te encuentras bien?” y los lentes
comienzan a elevarse y de pronto el remedo de Timberlake se hace chiquito mientras
vemos por el rabillo de los lentes unas alas y Sarah se convirtió en demonio y
se va volando a unirse con sus hermanos y la película termina.
Así que a pedido del público que solicitara
semanas atrás que vuelvan las películas malas de lunes contadas con detalle y hasta
la estupidez más plena, aquí va entonces un ejemplo más que contundente.
Le pongo 1 Juanpablo. Google debería haber
puesto plata de otra manera para promocionar sus copados lentes
internetísticos. Así no, diría Mirtha Legrand de Tinayre
2 comentarios:
Volvió la magia! De a poco pero vuelve... Estas como Eber Ludueña... un 35%. Todos sabemos q nos podes hacer reír mucho mas... Vamos capoooo!!!!
Jajaja, bueno gracias por tanto cariño
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