lunes, 21 de enero de 2013

The Watch (2012)






Con: Ben Stiller, Vince Vaughn, Jonah Hill, Richard Ayoade, Rosemarie DeWitt, Will Forte, Mel Rodriguez, la soprendente colaboración de R. Lee Ermey y Joe Nunez

Dirección: Akiva Schaffer


Resulta que en esta nueva ocasión, Ben Stiller hurgó en el arcón donde guarda sus composiciones más viscerales y, luego de una muy sesuda elección, decidió construir este nuevo personaje dándole vida de la misma exacta manera que lo hiciere en sus últimas 60 películas invocando a ese petiso bonachón al que siempre garcan o le pasan por encima pero él se la banca con una sonrisa plena y en silencio, aleteando dulcemente con las manitos, caídas con desgano a cada lado de su cadera. Siempre haciendo de fracasado de clase media con un trabajo de lo más gris y neutro que exista, que pinta de cuerpo entero a ese adulto joven norteamericano con la vida resuelta de la manera más monótona al que el aburrimiento y la colección de fastidios que lo oprimen y no lo dejan ser  lo transformaren, desde 1987 hasta el presente, en uno de los actores que más fácilmente ha ganado su sustento componiendo siempre pero siempre el mismo papel.

Así es que aquí tenemos entonces a Evan, un aburridísimo hasta el absurdo cuarentón que vive en un paradisíaco y plástico poblado tipo “country cerrado” donde las casitas, los vecinos y el clima son tan pero tan iguales que de solo imaginarnos viviendo una sola semana en ese lugar haría que fuésemos de inmediato a buscar la escopeta del tío Camilo y nos diéramos un certero tiro en la ingle.

Y el director necesitaba mostrarnos un Evan bien amplificado en cuanto a su condición de aburrido, así que debemos fumarnos toda una larga parte en donde nos lo muestra haciendo un sinnúmero de actividades completamente innecesarias que no suman ni restan para nada en la conducción del pequeño poblado aunque él sienta que hace algo por éste y eso lo colme de felicidad. Para colmo es el gerente general de la sucursal del barrio de una importante cadena de multipelotudeces  (tipo WalMart), y ese trabajo conlleva una gran responsabilidad.

Y ahí está él, todo bien vestidito con su planchadísima chomba de la empresa, sus pulcros pantalones y su insufrible conducción “Buena Onda” haciendo que realmente den ganas de sacar el DVD cuando recién vamos por los primeros cinco minutos. Pero muy a nuestro pesar, justo cuando ya habíamos decidido el cambiazo, va un sereno de la noche del WalMart y se pone en pedo porque consiguió la ciudadanía norteamericana pero viene un marciano y se lo come.

Y son muy desubicados, porque si no fuera por esa escena uno ya hubiera sacado la película y puesto otra, pero ahora se queda con la intriga de saber qué pasará. Así que, sin más remedio, continuaremos viendo esta insoportable película demasiado yankie, con los gags más trillados que usted pueda contabilizar, con un Vaughn que ya no causa la más mínima gracia, un Jonah Hill (que acaba de colaborar en la última de Tarantino) que continúa intentando participar en estúpidas producciones cinematográficas cuando había logrado salir airoso de sus primeros patéticos roles de gordito boludo o gordito psicótico pero se ve que es un ramo que lo erotiza. Con la intrascendente participación de Richard Ayoade en el papel de “boludo alto con rulos inadmisibles”, que no solo no aporta nada sino que pasa su actuación por nuestros ojos sin conseguir siquiera que lo odiemos con furia. Y con el indignante aporte actoral de R. Lee Ermey, que intenta destruir su buen nombre ridiculizando su papel del Sgt Hartman, tan respetado y admirado por todos los que lo vimos pelar ese increíble rol de la mano de Kubrik en Full Metal Jacket haciendo que, sin que nos demos cuenta, arribemos al final de esta película hija de puta inundada de malas ideas que, mezcladas de esta ingeniosa manera, solo consiguen potenciar hasta el ridículo la boludez, el hartazgo y la irascibilidad de los televidentes.

Así que ya lo sabe, si esta semana anda con ganas de perderse 102 minutos de su vida viendo como Ben Stiller vuelve a componer de manera admirable a Ben Stiller, o como Vaughn y Hill siguen cavándose la fosa, o como los chistes baratos de sexo y semen inundan la pantalla sin tapujos, vaya ahora mismo a alquilar The Watch. Quedará ampliamente satisfecho.

Lo que es yo le pongo 1 Juanpablo por ponerle algo. Amerita un punto esa estúpida manera de mantenerte interesado en ver qué pasa con los marcianos.


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