jueves, 24 de abril de 2014

47 Ronin (2013)






Con: Keanu Reeves, Hiroyuki Sanada, Ko Shibasaki, Tadanobu Asano, Min Tanaka, Rinko Kikuchi y gran elenco

Dirección: Carl Rinsch


Hay una costumbre ya arraigada desde hace muchos años en Hollywood, la costumbre de contar historias épicas asiáticas pero con un héroe que ni remotamente es asiático pintando con gran esmero la diferencia abismal que existiría entre la inteligencia / fuerza / coraje / patriotismo / respeto / habilidad o incluso muñeca para hacer buñuelos de banana entre un genial protagonista norteamericano si se lo compara con cualquier simple gil asiático nacido en una tierra tan pero tan falta de héroes, carisma, músculos, honor o destreza alguna que no les quedaría otra que rezar porque en todas sus anécdotas mitológicas tuvieran la bendición de contar con un buen yankie. Y eso pinta de cuerpo entero esta boludez inaplicable que puede servir solo para confundir a los niños que pudieran ver esta interesante historia sobre cómo 47 samurais que quedaron sin amo por una traición terminan vengando su muerte sin importar el triste destino que les espera, suicidándose delante de sus familiares en un acto multitudinario y en un día de sol.

Es como si un día en Hollywood contaran la proeza de José de San Martín cruzando los Andes, pero la distorsionaran explicando que el pavote general erró la dirección por donde debía cruzar las montañas y, en el preciso instante en que ya no tenían posibilidades de sobrevivir porque el frío estaba terminando con sus vidas apareciera Keanu Reeves a caballo y les marcara el camino por donde poder pasar del otro lado para así poder libertar a toda Sudamérica juntos.

Es una pena, porque bien podría haberse hecho con respeto por la historia y con actores completamente japoneses. De seguro no habrá nadie en este mundo que pueda suponer ni siquiera ahogado en el más oscuro pedo tísico que se pegara con vino berreta que los japoneses la tuvieron suerte de encontrar a Keanu Reeves corriendo por el bosque que si no, hubieran muerto todos deshonrados.

El flagelo monumental de ver películas hollywoodenses.






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