lunes, 14 de abril de 2014

Bereavement (2010)






Con: Alexandra Daddario, Michael otrora Biehn y ahora Mahl, Brett Rickaby, Nolan Gerard Funk, ¡¡¡¡¡John Savage!!!!!! y gran elenco

Dirección: Stevan Mena


Resulta que en un pueblo de mala muerte donde todo el mundo se conoce con detalle hasta las tripas mismas, una madre está entrevistando a una futura niñera de su enfermo hijo, quien posee un extraño mal que le imposibilita sentir dolor (Oh, dios santo, seguro que éste niño será secuestrado y sometido a los más cruentos sufrumientos que no sufrirá...) y la mujer le advierte a su próxima empleada doméstica sobre todos los exhaustivos cuidados que deberá tener minuto a minuto con el niño, quien a pesar de tener que estar siempre custodiado por un mayor, justo en esta escena se encuentra solo, abandonado y desprotegido, hamacándose lejos en el patio trasero de su casa cuando aparece en escena la camioneta más horrible, más vieja, más descolorida y con más look de “vehículo de asesino serial”  que usted haya visto en su vida entera. Y su conductor, ataviado con ropas de perfecto asesino despiadado al que solo se le ven sus botas de pervertido, se acerca al niñito y le ofrece regalarle una bicicleta si antes lo acompaña a su casa en la desvencijada camioneta. Y el niño acepta gustoso, solo tiene que ir de este hombre, recibir unos cuchillazos o unas violaciones o lo que fuere que pretende el sádico y, en su carácter de “niño indoloro”, pasar estas aflicciones de manera neutra para así recibir la bicicleta que le prometieron. Y cuando la joven y no tan precavida madre invita a la niñera a conocer a su retoño no puede creer lo que sus ojos ven: La hamaca está vacía y su hijo desapareció. ¡Diantres!

Horror. Desesperación. Y ahora, quién podrá protegerlo de lastimaduras que no le dolerán.

La policía hace un minucioso rastrillaje durante muchos años buscando al niño pero nunca lo encuentran. Y a pesar de que es un pueblo chico y todos se conocen y toda la gente es buena, amable y social a excepción de un único vecino que hace añares es un obtuso ermitaño que nunca habla con nadie y que vive solo dentro de un abandonado matadero vacuno, única propiedad en varias leguas a la redonda con pinta de “depósito de niños y jovencitas secuestrados”, a la ley ni se le cruza por la cabeza revisar esa vieja fábrica abandonada a pesar de que ya van varias jovencitas y niños que han desaparecido y donde para cualquier otro mortal que hubiere pisado esta tierra, claramente este era un predio donde podría vivir un sádico y pervertido enfermo asesino que pasare sus días despuntando el vicio de depravado asesino raptando jovencitas y niños pueblerinos para guardarlos ahí dentro y flagelarlos por doquier, pero no es el caso de esta particularmente necia policía rural.

Mientras tanto, una joven bellísima que tiene unos ojos que no se pueden creer y que cada vez que el director la enfoca queda uno hecho un imbécil contemplándola con un hilo de baba goteando por la comisura de sus labios, acaba de perder en un triste accidente a sus padres y tiene dos caminos: o se va a vivir a New York con una abuela hipocondríaca o desembarca en la casa de su tío, en medio del campo con la nada misma a su alrededor y con un asesino que no oculta su condición de tal ni siquiera en su postura frente a sus vecinos más cercanos o la policía.

Ojazos es corredora, le gusta hacer maratones por la ruta, así que decide irse al campo con su tío, quien la recibe gustoso pero con dolor por haber perdido a su entrañable hermano.

La joven está un poco incómoda, le costará algunos meses re ubicarse, así que comienza a salir a correr más de la cuenta por la ruta. Y tanto corre que un día llega al terreno donde está enclavado el viejo matadero. El lugar mete miedo, es intimidante y cualquiera que pasara por el lugar se quedaría un instante contemplando las ventanas rotas. Y de seguro que en estos cinco años pasados desde la desaparición del niño indoloro habrán caminado el lugar un sinnúmero de pueblerinos, pero solo Ojazos, seguro por tener esos tremendos ojos, es quien ve al niño apoyado con desinterés en una ventana, mirando hacia afuera como quien no tiene lo que hacer. Ojazos vuelve a su nuevo hogar y le cuenta a su tío que en el viejo matadero abandonado le pareció ver a un niño apoyado en una ventana con apariencia de indigente, o salvaje, pero su tío, lejos de preocuparse y llamar a las autoridades pertinentes para así rastrillar el lugar le dice que nunca más vuelva a pasar por ese viejo matadero y que ni se le cruce por la cabeza dirigir la palabra a su dueño, que es un hombre enfermo y solitario que nunca habla con nadie (¡Seguro que es el asesino! ¿Nunca nadie pensó en esta opción o son todos idiotas?).

Y la vida sigue y el asesino continúa paseando su camioneta de asesino serial por el condado entero y secuestrando jovencitas pero nadie siquiera contempla como opción allanar el matadero, y las jovencitas siguen desapareciendo hasta que un buen día Ojazos vuelve a correr por el lugar y vuelve a ver al niñito y no puede evitar entrar al matadero a rescatarlo pero el asesino la estaba esperando detrás de la puerta y la golpea y la encierra en el frigorífico. Esto es terrible porque Ojazos solo viste una musculosa que deja ver, como siempre que Daddario no colabora en una película para adolescentes, sus increíbles tetas. Y el frío que la toma por sorpresa le activa sus pezones y uno se queda batallando como un soldado patriota por contemplar sus ojos mientras otra parte de nuestro cerebro lucha por detenerse en sus senos y la locura invade al espectador al momento en que aparece por el lugar su noviecito de estreno, vecino de su tío, quien advierte a la joven dentro del frigorífico y le avisa que buscará algo para liberarla en el preciso instante en que Asesino le da un palazo en la nuca y luego lo remata en el piso mientras su tío se pregunta si su sobrina, que ya hace mucho que salió a correr y aún no ha regresado, no estará en el viejo matadero (¿?), así que decide pasarse por el lugar y preguntarle a Asesino si no vio por casualidad a una joven con unos ojos increíbles y una musculosa que sugería unas imponentes tetazas, pero Asesino le advierte que salga de su propiedad y le da un tiro en el abdomen mientras Niño Indoloro libera a Ojazos/Tetazas y entre ambos acaban con Asesino y huyen del lugar rescatando a Tío, pero cuando vuelven a la casa de éste, Niño Indoloro sufre una terminante crisis psíquica y se convierte en un flamante asesino 0 kilómetro y mata a todo el mundo.

Nunca imaginé que vería a Michael Biehn colaborando en tan tonto film. Ni mucho menos a Savage, quien hace el papel más chiquito e irrelevante de toda su carrera habiendo salido nada menos que The Deer Hunter, pero bueno. Al menos Daddario nos regala una nueva opción para delitarnos con su belleza.


Le pongo 3 Juanpablos, dos por sus ojos y uno por su otra parte del cuerpo, tan interesante, por cierto.

2 comentarios:

cocodriloais dijo...

jajajaja esta critica fue tremenda loco , me rei muchisimo. Segui haciendo magía

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Gracias!