lunes, 7 de julio de 2014

Jack Ryan – Shadow Recruit (2014)






Con: Chris Pine, Kevin Costner, Keira Knightley, Kenneth, Branagh y gran elenco

Dirección: Kenneth Branagh




Resulta que un joven más patriota que el propio Sgto. Cabral, soldado heroico, se dispone a descansar luego de terminar una tesis de doctorado cuando de pronto, por el campus de la universidad londinense a la que asiste becado, hordas de estudiantes corren a mirar la TV: Unos terroristas malvados y locos acaban de estrolar sendos Boeings en las Torres Gemelas y nuestro protagonista, al anoticiarse de la terrible e injusta masacre, abandona los estudios y se alista en el ejército para acabar con los loquitos religiosos que, sin fundamento alguno aparente, asesinaran tantos inocentes en próspero suelo norteamericano.

Así es que, ya a bordo de un choper y dando órdenes a sus soldados de menor rango (Jack es universitario y muy inteligente, no como los demás soldados que ni siquiera saben colocarse el cinturón de seguridad como bien muestra la aparatosa escena) recibe el disparo de un misil, el helicóptero es derribado y termina la guerra para nuestro protagonista, quien con mucho pesar por no haber conseguido capturar a Saddam, Osama y a todos y cada uno de los fanáticos religiosos talibanes, deberá soportar una dura rehabilitación de su espalda, ya que casi pierde el paso.

Jack está muy depresivo y ansioso, quiere volver a caminar y así volver a Irak, pero sus piernas no tienen el mismo apuro (se ve que, o leen los diarios y tomaron inteligente postura en este hipócrita conflicto bélico o no son tan patriotas como su dueño) y las derrotas y fracasos de la rehabilitación tienen a mal traer a nuestro heroico amigo, atendido con serenidad y firmeza por “Boquita” Knightley, quien, a punto de recibirse de doctora y siempre haciendo trompita, despunta el vicio de sanar gente ad-honorem en un instituto de desmembrados bélicos donde Jack pasa sus tristes días esperando justa venganza.

En eso, entre fracaso y fracaso, un importante agente de la CIA observa con atención la difícil evolución de nuestro patriota y lo entrevista, preguntándole por qué motivo se alistó en el ejército siendo como es: un hombre súper inteligente, estudiado, bello y lleno de posibilidades y futuro –no como esos cuates mejicanos sin dientes que de pedo tienen 4to grado y que merecerían mucho más morir de un balazo talibán al haber pretendido vivir en la tierra próspera-, y Jack le dice que desde lo que ocurrió con las Torres Gemelas, su vida ya no tuvo el mismo sentido y blá blá blá, por lo que el experto agente le ofrece un trabajo de escritorio en donde pueda servir a su patria pero utilizando su inteligente inteligencia en lugar de sus puños -ya tienen montones de negros y mejicanos dispuestos a ello que no valen nada- para así lograr capturar a terroristas económicos que pretendieren destrozar la excepcional calidad de vida norteamericana.

Y Jack acepta gustoso, lo que sea por su patria. Así que, manos a la obra y diez años más tarde -y ya casado con boquita Kinghtley, quien se recibió de doctora y es una espléndida muchacha con su futuro asegurado y mucho trabajo de calidad por delante-, un día descubre que unos rusos están por hacer no sé qué barbaridad con la economía norteamericana y si no hacen algo pronto quedarán todos en calzoncillos.

Esto asusta a nuestro patriota amiguito, quien de inmediato va con el cuento a Kevin Costner, su jefe y mentor, y ambos deciden que lo mejor es viajar a Rusia y auditar a un magnate más malo que no sé qué, quien al advertir que vendrán a investigarlo, vende todas sus empresas y se dedica a la manufactura de panchitos al paso.

Sorpresa. Exclamaciones robinezcas del estilo “Santas cachuchas asesinas, Batman”. Imposibilidad de detener el ataque terrorista.

Pero a no desalentarnos, que Norteamérica siempre tiene un muchacho joven, apuesto, inteligente, universitario y muy preparado en lo físico para desarticular cualquier intento de ataque terrorista, así que el joven Jack se las ingenia para atravesar todos los sistemas de seguridad de la empresa del malo de la película y consigue por supuesto colocar un pen drive en la computadora más increíblemente inviolable que una mega empresa hubiese soñado, logra copiar todos y cada uno de los archivos escritos en ruso que, en apariencia, serían aquellos que dejarían a Norteamérica en calzoncillos y con un dedo en la nariz, y escapar del lugar en el último instante con el apoyo de Costner, quien dispara desde el edificio de enfrente a todo ruso que se interponga en su camino para terminar la película ambos esperando en un lobby con mucha ansiedad ya que se entrevistarán nada más ni nada menos que con el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien les concederá un minuto de su valioso tiempo para estrechar sus manos, esas patriotas manos que consiguieran desarticular aquel terrible atentado económico que jamás se entendió del todo y que, de haber sido exitoso, sin dudas hubiese dejado incluso hasta al mismísimo Presidente en calzones y sacándose con frenesí un tapón de cera de la oreja sentado en un viejo tronco de algún abandonado pueblo de New Orleans.

Así que ya lo sabe, si usted gusta del cine torpe, necio y pelotudo en donde EEUU siempre logra sus cometidos de la mano de un actorcito de medio pelo aunque muy apuesto y, no conforme con este deleznable gusto, también se siente atraído por esas películas que, a pesar de ser reediciones de viejos hitazos ("Jack Ryan" es el personaje de casi todas las novelas de Tom Clancy y ya fue protagonizado en el pasado por Ford, Baldwin y Affleck), no hacen otra cosa que mostrar a los norteamericanos como gente buena que no termina de entender por qué motivo el mundo es malo con ellos y por qué razón siempre intentan destruir su "libertad de vivir mejor" que el resto del planeta, vaya y alquílese “Jack Ryan”, que la va a pasar fenómeno.


Lo que es yo, le pongo 1 Juanpablo y no más que eso. Nada me indigna más que todo lo que le dije en el párrafo anterior.


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