Con: John Lloyd Young, Vincent Piazza, Christopher
Walken, Erich Bergen, Michael Lomenda y gran elenco
Dirección: Clint Eastwood
Mmm, más o menos. Más menos que más.
Clint está viejo e impreciso, las actuaciones
de muchos dejan bastante que desear y la historia es tan pero tan larga y rica de historias que, o
resumían un poco o le agregaban media hora de film, pero pasar a las apuradas
por esos momentos bisagra en la vida de este cantante petisito que cantaba como
una ardilla a la que le hubiesen dado una sorpresiva piña en el estómago es aún
peor que pasarlos por alto. Toda la etapa de la muerte de la hija hubiese
necesitado ser revisada con más atención, es re patética.
Luego, el detalle de maquillaje que intentaron
envejeciendo a los actores es aún más torpe que el que hicieren en J
Edgar, por lo que llego a la conclusión de que: o nadie de su entorno le dijo nada sobre esto o
a Clint le gusta mucho arruinar sus películas con maquillajes que no pasarían
el control de calidad de una película clase B y lo hace como un guiño gracioso y no nos damos cuenta.
Así que ya lo sabe, si anda con ganas de saber
cómo fue la vida de Frankie Valli y sus cuates, este es un buen documental -de
bajo presupuesto- para ver. En cambio, si lo que pretenden es sorprenderse con
una peliculaza de este recio director otrora actor, miren el Gran
Torino, o Millon Dollar Baby, For a Few Dollars More o alguna de
esas. Yo invito.
Le pongo 4 Juanpablos
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