lunes, 29 de diciembre de 2014

Maze Runner (2014)






Con: Dylan O'Brien, Kaya Scodelario, Will Poulter, Thomas Brodie-Sangster y montón de jovencitos más

Dirección: Wes Ball



Resulta que un muchachito despierta y está encerrado en una gigantesca jaula de canario gigantesco subiendo como por un ascensor y unos roídos engranajes abren con pesar unas metálicas y herrumbrosas compuertas y de pronto la luz todo lo envuelve y el joven se protege demostrando que estuvo mucho tiempo con los ojos cerrados hasta que comienza a advertir las suaves siluetas de un grupete de jovencitos que, con informales poses, esperan a que despierte del todo.

Y la posta la toma Coloradín, un típico jovencito tejano de la década del ’50  a quien la madre debería haberle escondido y/o tirado a la basura aquella pincita de depilar ya que se le hizo un vicio y se construyó unas cejas diminutas y muy bien curvadas que le irían fenómeno a Edith Piaf y no a un boludo diecisieteañero y tejano que pretende demostrar lo recio que es.

Así es entonces que Coloradín salta dentro de la gran jaula, toma por la camisa al “nuevo” y le da una calurosa bienvenida.

Nuevo está muy confundido, no sabe qué hace ahí, porqué lo creyeron gigantesco canario ni quiénes son todos estos diecisieteañeros mal vestidos, bien parecidos, sucios y atrapados que viven en ese enorme predio abrazado por monumentales muros metálicos imposibles de escalar. Y para colmo de males ni siquiera recuerda su propio nombre.

Así es que los días pasan y la vida continúa y Nuevo observa cómo se las rebuscan para subsistir en ese extraño lar donde están hacinados mientras puede avistar que todas las mañanas, un grupo de “corredores”, mochila al hombro, se pierde en el imbatible laberinto  que ocultan las enormes paredes, el cual es accesible solo de día para cerrar su puertas por la tardecita, y si aquellos que se dignaron a visitarlo ya están de vuelta, genial, si no: “ajo y agua”, decía mi abuela Teresita y cuánta razón tenía.

Así es que una mañana Mulato (jefe de la manada de jovencitos por ser el primero en llegar al lugar) sale a dar una enésima recorrida por el laberinto en busca de la salida pero, qué macana, con su compañero chino tienen un confuso inconveniente y no llegan a volver antes que cierren las compuertas, y todos los advierten con pasmo, del lado seguro, y nadie se anima a entrar y ayudarlos a acelerar el paso, solo Nuevo, en el último minuto, decide entrar a dar una mano, esa mano que debería haber dado por lo menos tres minutos antes y no entrar como un boludo justo cuando las compuertas ya están cerrándose, porque eso que hizo no sirve para nada y acaba de matarse en vida, como bien le advierte con pesar Chino, que trae colgado del hombro a Mulato mal herido con dificultad.

Así que los tres quedan dentro, a merced de unas gigantescas arañas metálicas que por largo tiempo no solo fueron imbatibles sino que aquel que osare enfrentarlas moría en el más inmediato primer intento pero no contaban con Nuevo, quien sin la más mínima experiencia consigue escapar toda la noche, esconder a Mulato para que no se lo coman e incluso aniquilar al bicho, quien posee una pila recargable o algo así, toda llena de baba y moco, que es la que señala el camino hacia la libertad.

Y así comienza entonces esta nueva atracción adolescente hecha por completo para jovencitas dispuestas a deleitarse con un desfile de modelos masculinos salidos de una propaganda de Benetton, que no es tan pero tan infumable como todas las demás que están saliendo a borbotones por el caño roto que es Hollywood, pero tampoco para no formar parte de este singular segmento “Película Mala de Lunes”

Así que ya lo sabe, amigo. Una más para chicos, igual de boluda, igual de plástica y con cejas depiladas.


Le pongo 3 Juanpablos

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