Con:
Oscar Isaac, Jessica Chastain, David Oyelowo, Elyes Gabel, Albert Brooks
y elenco
Dirección: Juan Carlos Chandor
Bien, Buena película de Juan Carlos –si así fuera el secreto nombre de pila de
este singular director que se hace llamar J.C. y ni siquiera en un Wikipedia
podemos develar el misterio-.
Isaac está bien. Chastain, hermosa como
siempre. Brooks con el pelo lacio. Oyelowo no desentona y Gabel siempre
corriendo con un arma en la mano, habría que darle una oportunidad como médico,
presidente de los Estados Unidos o monja y ver qué pasa. Siempre viene con un
tiro en la panza o lo cagaron a piñas o está involucrado en algún confuso episodio.
Es esa fea manía de Hollywood de encasillar actores por lo que expresan sus
rostros… Pasa con Michael Peña quien siempre hace de bombero mejicano que muere
y deja a una dulce esposa embarazada y a un hijo pequeño. O con Clark Gregg, a
quien siempre lo visten de agente del FBI, o con con Clifton Collins Jr., a
quien le quedan fenómeno los papeles de colombiano narco. Lo mismo comienza a
suceder con este simpatico actor ingles: da a tucumano cagado a patadas en el
culo. Es esa expresión de tucumano cagado a patadas en el culo que lleva en su
rostro, y Hollywood va a los bifes e intenta no arriesgar, eso ya lo sabemos.
Entonces si hay una escena en donde un pobre muchacho debe recibir un tiro y
dar pena o debe ser cagado a patadas en el culo cuando no lo merece, van y lo
llaman a Elyes Gabel y ni se preocupan demasiado por ver cómo queda ya que
seguro garpa.
Luego, y volviendo porque me fui un pelito por
las ramas, la película está muy bien, la historia nos atrapa contándonos cómo
sucedían algunas cosas en la Nueva York de principios de los ’80, así que mis
respetos para Juan Carlos Chandor –o como se llame- y lo invite a que la vea.
Ah, otra cosa, se está poniendo feamente de
moda tomar sin tapujos y de manera desfachatada escenas de The Godfather sin
siquiera cambiarle una coma. Ya fui testigo el otro día en Run All Night con el
pelotudo de Ed Harris queriendo parecerse a Vito Corleone y daban ganas de
darle una cachetada fuerte y con la mano abierta. Y acá Isaac llega a un lugar
con su sobretodo de pana, toma una silla que hay contra la pared y la ubica en
el medio del salón para sentarse en ella exactamente igual que cuando Michael
Corleone lo hace al momento de informar a Carlo Rizzi que debe dejar la familia
mostrándole un pasaje en avión que luego no usará porque acogotaránlo en el
remisse a el aeropuerto. Dejen de joder con The Godfather porque no
corresponde, es un film demasiado visto por todo el mundo y choca esa falta de
respeto.
Más allá de este tropiezo, le pongo 7
Juanpablos hacienda un poco la vista gorda.
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