jueves, 26 de noviembre de 2015

Max (2015)





Con: Thomas Haden Church, Josh Wiggins, Luke Kleintank y elenco

Dirección: Boaz Yakin


Ni siquiera puedo encontrar dentro mío la buena voluntad y objetividad libre de prejuicio necesaria para continuar viendo una película que empieza claramente pro yankie con un joven muy saludable y atleta hablando por Skype con su madre sobre cómo le está yendo en Afganistán –el joven atleta es soldado- mientras el director nos muestra la preocupación de su madre y la desfachatez del típico jovencito norteamericano religioso y familiero que le hace chistes a su rosada progenitora mientras el padre –Thomas Haden Church, dios mío, Thomas, qué demonios haces en este film??- sale de abajo de la mesada de la cocina porque está arreglando la tubería –¿no hay otra cosa para arreglar en las casas norteamericanas? O esta gente desecha por ahí lava volcánica o las tuberías norteamericanas son de las peores del mundo- y reprende a su hijo, aunque con ternura, señalándole que hable con respeto a su madre mientras el joven le pide perdón tratándolo de “usted” y luego se ponen a platicar sobre las diferencias abismales que claramente hay entre la guerra que está convocando al atleta hijo de familia y Vietnam, de donde el padre volvió vivito, coleando y con una llave inglesa en la mano para arreglar las tuberías de su casa hasta el día de su muerte.

Y si a todo esto le agregamos que -inevitable y obviamente- el joven es el dueño de Max, un pastor alemán que comanda las incursiones en atrasados poblados llenos de polvo y piedras marrones y carentes de libertad norteamericana por las dudas que haya algún terrorista que esté dispuesto a matar a la cuadrilla y el perro se para y ladra entonces Joven Religioso y Atleta detiene la tropa pero alguien le dice que continúe y entonces avanza y el perro le dice que no y algo explota y el jovencito muere pero el perro no, realmente le pido por favor que me disculpe pero no tengo ganas de seguir viendo esta mierda despiadada.

Habiendo tanto cine hermoso y atractivo al alma y a los ojos, ni se me ocurre perder más de los 7 minutos que concedí a Max, un film sobre un perro norteamericano que pierde a su amo y de seguro venga manteniéndose en las filas norteamericanas salvando a miles de marines de posibles explosiones corporales.

Incalificable.  

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