Con: Thomas Haden Church, Josh Wiggins, Luke
Kleintank y elenco
Dirección: Boaz Yakin
Ni siquiera puedo encontrar dentro mío la
buena voluntad y objetividad libre de prejuicio necesaria para continuar viendo
una película que empieza claramente pro yankie con un joven muy saludable y
atleta hablando por Skype con su madre sobre cómo le está yendo en Afganistán
–el joven atleta es soldado- mientras el director nos muestra la preocupación
de su madre y la desfachatez del típico jovencito norteamericano religioso y
familiero que le hace chistes a su rosada progenitora mientras el padre –Thomas
Haden Church, dios mío, Thomas, qué demonios haces en este film??- sale de abajo
de la mesada de la cocina porque está arreglando la tubería –¿no hay otra cosa
para arreglar en las casas norteamericanas? O esta gente desecha por ahí lava
volcánica o las tuberías norteamericanas son de las peores del mundo- y
reprende a su hijo, aunque con ternura, señalándole que hable con respeto a su
madre mientras el joven le pide perdón tratándolo de “usted” y luego se ponen a
platicar sobre las diferencias abismales que claramente hay entre la guerra que
está convocando al atleta hijo de familia y Vietnam, de donde el padre volvió
vivito, coleando y con una llave inglesa en la mano para arreglar las tuberías
de su casa hasta el día de su muerte.
Y si a todo esto le agregamos que -inevitable
y obviamente- el joven es el dueño de Max, un pastor alemán que comanda las
incursiones en atrasados poblados llenos de polvo y piedras marrones y carentes
de libertad norteamericana por las dudas que haya algún terrorista que esté
dispuesto a matar a la cuadrilla y el perro se para y ladra entonces Joven Religioso
y Atleta detiene la tropa pero alguien le dice que continúe y entonces avanza y
el perro le dice que no y algo explota y el jovencito muere pero el perro no,
realmente le pido por favor que me disculpe pero no tengo ganas de seguir
viendo esta mierda despiadada.
Habiendo tanto cine hermoso y atractivo al
alma y a los ojos, ni se me ocurre perder más de los 7 minutos que concedí a
Max, un film sobre un perro norteamericano que pierde a su amo y de seguro
venga manteniéndose en las filas norteamericanas salvando a miles de marines de
posibles explosiones corporales.
Incalificable.
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