Con: Daniel Craig, Christoph Waltz, Léa
Seydoux, Ralph Fiennes, Monica Bellucci (¿para qué?), Ben Whishaw, Naomie
Harris, Dave Bautista, Andrew Scott, Rory Kinnear y elenco
Dirección: Sam Mendes
Debo hacer un honorable mea culpa ante una
crítica que hice a este actor de trompita sexy quien semanas atrás manifestara
que ni mamado, ni en el más tísico pedo haría otra película de James Bond,
antes se mataría, consiguiendo mi indignación porque si tanto le molestaba hacer
ese papel o si tan actor bisagra que no debería actuar en peliculitas de tiros
y minas se cree que es no hubiese firmado el contrato, y al ver esta basura
totalmente evitable y habiendo sido testigo del cambio que había traído Craig a
la historia dándole un toque un poco más oscuro y serio evolucionando al agente
inglés, claramente al tipo no le quedó otra que protagonizar esta tontísima secuela
por haber firmado contrato pero estaba muy lejos de lo que pretendía y no pudo
más que aceptar por ley.
Si tuviese que elegir James Bonds de todas las
épocas, siempre me quedaré con Sean Connery, más allá de las carencias de
contenidos y las tontas historias que llevaba en el asiento del acompañante de
su impactante Aston Martin, fuera de toda crítica, fue el mejor.
Y si tuviese que elegir el peor James Bond, el
más pelotudo digamos, el que marcó una época para el olvido en donde sí había
herramientas para evolucionar las tramas y engrandecer a un personaje tan
querido por tanta gente, ese James Bond sin duda alguna es Roger Moore, dueño
de una carencia total de cualquier atributo que James Bond necesita. Pelotudo
tremendo, espantoso actor y recontra malísimas historias que si alguien hoy decidiese
sentarse a ver una de ellas no llegaría a los 10 minutos de film que se levantaría
del sillón con vergüenza ajena.
Me pasé todo el film no pudiendo creer que
hayan conseguido volver a ese pasado, qué quiere que le diga. Daniel Craig
corre para todos lados como si fuese Roger Moore e incluso por momentos es aún
más ridículo, la historia es tremendamente rogermooreana y las herramientas
utilizadas son casi las mismas. Y el malo… Siempre dije que no había que darle
tanto crédito a Christoph Waltz, que bien había hecho sus dos o tres primeros
papeles pero que tampoco daba para tanto y que pronto mostraría que no tiene
mucho más para dar que lo que ya mostró (¿2 Oscars?, dios mío).
No podría elegir con objetividad, qué fue peor
en Spectre,
si la boludísima historia o el inofensivamente boludo malo que le clavaron.
Para publicar esta falta de respeto a James
Bond hubiesen rematado la historia en Skyfall, sin dudas esto no hacía
falta para nada.
Te pido disculpas una vez más, Daniel, cuando
saliste con ese comentario no imaginaba por dónde ibas. Lamento mucho que hayas
pasado este mal trago. La trompita esa que hacés todo el tiempo lo merece, pero
vos claramente no.
Le pongo 2 Juanpablos.
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