Con: Emma
Bell, Shawn Ashmore y Kevin Zegers
Dirección: Adam Green
Ojo, porque empieza muy tentadora para entrar
como cachetazo en el selecto grupo de films que los lunes son vapuleados por
este humilde servidor. Incluso le digo más, hasta el minuto 45 ya me había
hecho la idea que debería contar con lujo de detalles la absurda historia de estos
tres zapatos indescriptibles que quedan a la vera de dios colgados de una silleta, pero después se rescata solita, se saca del
profundo pozo en el que se metió y logra, al menos, mantenerlo a uno como un
pelotudo apretándole fuerte la mano a la patrona muy incómodo y con ganas que
termine de una vez.
Y eso es muy meritorio, así que dejemos de
lado la pésima actuación de Kevin Zegers, obviemos los primeros 20 minutos
dónde claramente califican para película mierdera de Val Kilmer, hagamos de
cuenta que la escena en que la joven muchacha entra en shock panicoso
advirtiendo que no podrá ir a alimentar a Bobby, su cachorrito, y que éste nunca
sabrá que ella murió y que supondrá que la abandonó, extralimitando hasta un
paroxismo irrespirable la sobreactuación que conocíamos hasta la fecha, y
dejemos que fluya y que pase todo ese largo tiempo, y va a ver cómo al final se
caga un poco en las patas.
Le pongo 4 Juanpablos a los últimos 20 minutos
que rescatan la historia, el resto es tan absurdo, tan imbécil y tan de cuarta
que no se puede creer. Gran mérito de este director, al que deberían llamar “el
loco” por su ecléctica manera de dirigir películas.
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