lunes, 3 de septiembre de 2012

Don’t Look Up (2009)






Con: Henry Thomas, Reshad Strik, Kevin Corrigan, Alyssa Sutherland, Eli Roth (no logro imaginar por qué) y la desesperante participación de Lothaire Bluteau, gran mal actor si es que se puede señalar eso sin faltarle el respeto a los malos actores.

Dirección: Fruit Chan


Todo un tema "terminar de ver" ésta película, porque arranca con una música muy hipnotizante, como para irse a apoliyar inmidiatly, desparramando en la pantalla la siguiente aclaración, que seguramente pretendía allanar el camino hacia la comprensión de la historia y lo único que consiguió fue que mi mujer se duerma de inmediato y que yo intente verla cuatro veces, torrándome siempre en el mismo lugar:


“En la edad media, los aldeanos rumanos torturaron y mataron a una joven gitana, Matya, porque nació con una marca de nacimiento en el rostro.
La semilla del diablo.
Los aldeanos afirmaban que la madre de la niña, Chavi, hizo un pacto con el diablo gitano, Beng, en el que Chavi podía elegir a cualquier hombre que ella deseara siempre y cuando la pareja diera a luz a:
La semilla del diablo.
Tras su muerte, se decía que Matya acecharía al pueblo como un “Mulli”, un espíritu impuro, ya que la maldición de Beng no desaparecería hasta que el crimen fuese descubierto y otra mujer llevase su descendencia, y así Matya renaciera.
En 1928, el director húngaro Bela Olt comenzó a filmar la historia de Matya con la actriz gitana Lila Kis.
El film nunca fue terminado y Olt desapareció.”


¿Quién pone tan rebuscada información en el inicio de una película sin que nadie del entorno le señale que eso que quiere aclarar, más que aclararlo, lo oscurece irremediablemente???

Bueno, comienzo:

Resulta que Elliot, de “E.T. el extraterrestre” finalmente admitió a sus casi 40 años que Steven Spielberg no volvería a convocarlo y aceptó que lo suyo era participar en cualquier pelotudez, incluso en esta, caracterizando a un joven y ¿prometedor? productor de películas de terror que es quien pone la tarasca para que se termine de filmar, en Rumania, la película de un joven director mientras éste, presa de las más ridículas posesiones, se pone a mirar el techo como un imbécil si no toma su medicación diaria, ya que tiene extrañas alucinaciones con un fantasma muy mal hecho que aparece en las cintas de la vieja e inconclusa película rumana en el inicio mencionada.

Así es que el mal actor que hace de director de cine debe partir a las rumanas tierras de Rumania donde lo esperan para filmar la misteriosa película inconclusa pero, antes de partir, va a visitar a una ex novia que tiene cáncer y está por morir, y cuando se está despidiendo aparece su ex cuñado y lo increpa y le pasa facturas actuando su papelito de manera pésima y audaz, montando una tonta escena que nada tiene que ver con el filme pero que ayuda a conseguir minutos importantísimos para lograr superar la barrera de la hora con diez que se necesitan para entrar en el segmento “película pedorra” y no calificar solo para “corto berreta”.

Y luego, ya arribado en Rumania, lo espera Grigore (que debe pronunciarse “Grígor”), que es un rumano que habla muy torcido, que es muy pero muy flaquito, que utiliza un sombrero como el que usare Lee Van Cleef en “The Good, the Bad and the Ugly” pero sin el más mínimo dejo de onda, y una vestimenta rica en cueros que lo presenta como una suerte de  enano anoréxico mezcla de desalentado cowboy con insípido hard rocker. Y Director le da las valijas y Grígor lo conduce hasta el set de filmación (muy pero muy sacado de Young Frankenstein, haciendo que a uno le den ganas de cagarlos bien a trompadas por irrespetuosos) y cuando llegan es de noche y Director quiere conocer el set de filmación mientras Grígor (que suena como Ígor!, qué casualidad!) le suplica que espere hasta la mañana y le aclara, tarde, que ese no es un buen lugar para filmar, que la gente muere cuando filma ahí, que hay una maldición en el set y que nunca debería haber decidido ir a filmar a Rumania.

Pero Director no presta atención a los alertantes vaticinios del enano cowboy hard rocker y se dispone a filmar, mientras un viejo con una asquerosa mal formación en la clavícula derecha y unos dientes ideales para que los agarre uno de esos odontólogos gauchitos que no le temen a nada, observa todo agazapado desde un costado con una picaresca sonrisa en sus horripilantes labios.

Y los técnicos comienzan a morir de a uno, y la película intenta ser filmada lo mismo a pesar de los desastrosos accidentes que se van sucediendo mientras el viejo deforme vigila todo con una sonrisa decrépita y Elliot, de “E.T. el extraterrestre” continúa colaborando en la película y Director insiste en actuar mal todas sus escenas hasta que mueren varios más y Director se enfrenta finalmente con el tullido de dientes marrones y joroba clavicular, se traban en feroz pelea y, para mi sorpresa, porque podría haber vivido toda mi vida sin ser testigo de esto, Director le rebana al viejo el montículo de carne que reposa en su clavícula, quedándose con el inmenso quiste en la mano, que le tiembla y le habla y le dice cosas raras mientras el viejo se muere de risa tirado en el piso meta escupir manguerazos de sangre por la clavícula.

Y ahí todo se pone muy confuso, aparece en escena la novia con cáncer, pero es solo parte del delirio que gobierna a Director (y a aquellos inútiles que escribieron esto) y la película termina con la actriz principal del set de filmación besándose acalorada con Elliot, de “E.T. el extraterrestre” al que en un manoseo le corre la camisa, meta besos por todos lados, para que uno pueda advertir, con inmenso pavor, que a Elliot, de “E.T. el extraterrestre” ¡le está creciendo el quiste cebáceo en la clavícula!!!

Y todo se pone negro y el nombre del director aparece de golpe, de la mano de la música de cierre mientras mi rostro enmudece, mi cuerpo se levanta de la cama y mis manos extraen el dvd a la vez que mi cabeza suplica por saltarle encima, aunque rescatándome a último momento, advirtiendo que deberé reponer el producto pagando una cantidad de pesos que superará por mucho el costo del alquiler del mismo, haciéndome sucumbir en las más profundas e irremontables depresiones.

Le pondría 0 Juanpablos, pero no los tengo.

2 comentarios:

Gabriel dijo...

Un enano anoréxico rumano llamado Grigore, que usa sombrero de cowboy y ropa de cuero de hard rocker, es un personaje secundario que debería estar siempre. En cualquier película.

Gilmour, Juan Carlos dijo...

Ni hablar...