Con: Cristina Brondo, Camila Bordonaba, Berta Muñiz, Mirella Pascual, Victoria
Witemburg, Diego Cremonesi, Gustavo Garzón y Arnaldo André
Dirección: Adrián y Ramiro García Bogliano
Resulta que Marga es una joven y sensual ejecutiva española que vino al país para asistir a unas reuniones de trabajo que jamás quedan
claras durante todo el transcurso del filme de qué van y, de paso-cañazo, aprovecha para
rentar un viejo y espacioso departamento de su propiedad al que no le presta
demasiada atención y se le está viniendo abajo indefectiblemente.
Y habla mucho por teléfono, muchísimo. Y para
colmo nada de lo que dice se entiende, porque utiliza un dialecto demasiado
gallego, demasiado cerrado y demasiado incomprensible que hace que uno jamás pueda
cazar una frase entera de lo que está señalando vestida con un trajecito
de ejecutiva blanco y un gran escote que deja insinuar un par de tetas bastante
agradables.
Y habla con la hermana, aparentemente, por lo
que uno puede deducir haciendo mucho esfuerzo, y le dice que está esperando al de
la inmobiliaria, que le va a tasar el departamento o algo de eso, así es que, cansada de esperar en la vereda al de la
inmobiliaria, decide subir al depto y hacerse un te. Y al llegar
a su piso, se encuentra con un malísimo actor que está intentando abrir la
puerta de su casa.
Gallega le pide explicaciones, diciéndole que “¡¿Cómo osa intentar abrir un departamento que no es suyo?!, ¡Ah! ¡Salvo que tu seas el de la inmobiliaria!” - y te adelanto, gallega, para la próxima, que no se dicen esas cosas ante un extraño, porque bien puede tomar tus palabras y, en el hipotético e inusual caso de que se tratare de un violador masivo, puede mentirte y decirte que sí, que efectivamente es “el de la inmobiliaria”, con el fin de que lo dejes entrar y ahí sí, partirte con fulgor el tujes a salchichazos, anotála para la próxima…-
Gallega le pide explicaciones, diciéndole que “¡¿Cómo osa intentar abrir un departamento que no es suyo?!, ¡Ah! ¡Salvo que tu seas el de la inmobiliaria!” - y te adelanto, gallega, para la próxima, que no se dicen esas cosas ante un extraño, porque bien puede tomar tus palabras y, en el hipotético e inusual caso de que se tratare de un violador masivo, puede mentirte y decirte que sí, que efectivamente es “el de la inmobiliaria”, con el fin de que lo dejes entrar y ahí sí, partirte con fulgor el tujes a salchichazos, anotála para la próxima…-
Y tal cual, muy pero muy mal actor le dice que
“en efecto, es de la inmobiliaria” y ella lo deja pasar renegando por el tiempo
en que estuvo esperándolo fuera, pero en ese idioma impenetrable que utiliza que
es verdaderamente inentendible. El hombre se disculpa, dándonos a entender de
manera muy aparatosa de que está aprovechándose de la situación y todos nos damos
cuenta, incluso gente que no está mirando la película se da cuenta de que ese
muchacho no es de la inmobiliaria, pero Gallega ni lo nota, sigue mostrándole
las tetas y gritándole extrañas gallegadas irreproducibles.
Y entonces viene la parte de “dame los papeles
que te los firmo” y de “yo no los tengo, los tiene mi jefa, que ya está viniendo”
cuando aparece en escena Camila Bordonaba, vestida con un enorme trajecito de
ejecutiva que le queda increíblemente grande y que cualquiera diría que está
disfrazada, adornando su cabeza con truchísima peluca adquirida en una casa de
cotillón cercana al estudio de filmación, pero Gallega no se da cuenta que la tipa esta
demasiado forzada en su vestir y en su hablar y que por todos lados se nota
que, no solo no es la jefa del muy mal actor sino que, por el contrario, encima
es su cómplice en ese oscuro plan que pretenden llevar a cabo.
Y Gallega baja a comprar galletitas, como
Alfrel, y cuando vuelve hay dos tipos más en el departamento, que la observan
con inquietud dando a entender de manera demasiado expeditiva de que todos
ellos están entongados en algo, pero nuestra Gallega no lo ve.
Y todos esperan a que llegue Salva, el futuro “arrendador”
del departamento de Gallega, pero Salva no llega nunca y se demora, y se demora, y la mentira empieza a hacer
agua por todos lados y cualquier ser que habite este planeta se alertaría y
miraría la situación con ojos más atentos, pero Gallega no, Gallega sigue
peleándose por teléfono por “unos contratos” con sus “compañeros de trabajo”
que no le quieren hacer la gamba en no sé qué y esperarla a que regrese al trabajo y
necesitan imperiosamente que sí o sí acuda a esa “importante e impostergable
reunión” ahora mismo.
Y bueno, Salva llega, disfrazado de Arnaldo André
y Gallega finalmente descubre lo que la historia le gritaba en la jeta desde el
primer y prehistórico momento en que se encontró con Malísimo actor intentando
abrir su depto: que aquellos seres de los que debería haber desconfiado por su
vestimenta y sus pobrísimas coartadas no eran otros que los integrantes de una
diabólica secta que esperaban a que llegue su amo -Salva- para entonces suicidarse en masa delante
de los ojos de la anfitriona o dueña de casa -Gallega-.
Cuando la
agarré para verla, un amigo del video club me dijo, encogiéndose de hombros: “Es terror argentino…” como quién está señalando una
obviedad grande como una casa.
Y tal cual, querido amigo: es terror
argentino. Absurdo, torpe, tonto, mal dirigido, mal guionado y muy pero muy mal
actuado terror argentino imposible de
calificar.
Pensar que, cuando arranqué con esto, me prometí no incluir nunca jamás una película argentina en este segmento de los lunes, pero esto es el colmo de los colmos. Intentaré que no vuelva a ocurrir.
No pierda el tiempo.
1 comentario:
todo bien con no perder el tiempo, pero spoilear el final "para suicidarse en masa delante de ella" es demasiado. lo demas se infiere de ver el trailer, salvo q es una secta.
aprender para la proxima
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