Con: Ricardo Darín, Jérémie Renier, Martina Gusman, Federico Barga, Walter
Jacob y Mauricio Minetti
Dirección: Pablo Trapero
Darín está bien pudiendo haber estado mucho
mejor (cuéntenme una en donde Darín esté
mal...), Renier funciona, pero Martina Guzmán ya cansa trabajando en todas las
de su marido, debería empezar a actuar con otros realizadores, y Trapero necesita convocar a otras actrices, hay un mundo lleno de actrices detrás de su
mujer, Pablo, busque que seguro encontrará alguna.
La estética está muy bien lograda, pero tiene
altibajos fílmicos muy contrastantes. Escenas completamente perfectas mezcladas
con situaciones tiradas de los pelos como pocas veces he visto conforman una película que lo
deja a uno pensando qué habrá querido hacer Pablo Trapero, o si habrá tenido el
tiempo necesario para construir esta película…
No lo sé. Solo sé que me pasó eso todo el
tiempo: quedarme copadísimo con una escena y a los dos minutos indignarme con
la que sigue como si estuviera viendo flor de bodrio mal hecho (en el comienzo, la escena en donde Monito
asiste a su sesión de terapia con otros pibes de la villa y empiezan a psicoanalizarse
en grupo es patética, cómo su compañero lo lleva de los pelos a una discusión
forzadísima que no tiene ni siquiera que ver con lo que Monito estaba manifestando,
increíble que la hayan impreso así como quedó y no se hayan planteado rehacer
esa parte).
En definitiva, esperaba otra cosa de Elefante
Blanco. Trapero debe refundar su manera de hacer películas, su historia se lo
merece.
Le pongo 4 Juanpablos.
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