Dirección: David Weaver
Resulta que el negro Samuel acaba de salir de prisión luego de un
montonazo de años de condena por asesinar a su mejor amigo y socio de un tiro
en la cabeza por orden de un muy mal actor y jefe del hampa para quien el negro
Samuel trabajaba.
Así es que, una vez liberado, comienza a visitar a sus viejos compadres
de la época en que era un prestigioso ladrón y asesino con códigos que no
asesinaba a su mejor amigo así su jefe se lo ordene. Y todos lo ningunean,
¿quién quisiera recibir de visita a semejante sorete garca? Nadie. Entonces el
negro Samuel se da cuenta que “sobra” y que “incomoda” a sus viejos compinches
y se corta solo e intenta rehacer su vida buscando imbéciles empleos de poca
monta por su condición de ex convicto que cumplió una larga condena en prisión
por haberle dado un tiro en la cabeza a su mejor amigo por orden de su mal
actor jefe.
Pero una noche regresa al sucucho maloliente que consiguió como bulo
transitorio para tirarse a dormir y cuando prende la luz nota que un guaso está
sentado cómodo en su sillón predilecto esperándolo a que regrese de su
irrelevante trabajo.
Susto. Inquietud. Sorpresa. Escepticismo.
El joven se presenta como “Ethan”, el hijo de aquel mejor amigo que el
negro Samuel asesinare 20 años atrás, y le dice que lo vino a buscar para
ofrecerle un delirante trabajo donde deberán robar 8 millones de dólares a un
mafioso muy mala persona compuesto erróneamente por Tom Wilkinson, que nunca
fue la gran cosa pero al menos se cuidaba de aparecer en estas inviables
producciones cinematográficas plagadas de lugares comunes, infestadas de
plagios a otras películas que contaron la historia primero e inundadas de las
más desesperantes malas actuaciones de estos actores que, a pesar de tener peso y renombre,
deben estar pasando un mal momento económico que los hizo priorizar sus gordas
billeteras por sobre su buen nombre y currículum vitae.
Entonces el negro Samuel le dice que no, que ni en pedo. Pero Ethan lo persuade y lo lleva a su
bar, donde de inmediato le consigue una linda negrita a la que le ordena que
"atienda bien" a L. Jackson. Pero el negro no tiene ni por asomo ganas de
ponerla, se ve que la prisión le pulverizó su capacidad de erotismo y está con
otros asuntos en la cabeza.
Y bueno, vamos cortando un poco, el negro no quiere colaborar en el robo
de los 8 palos pero Ethan lo tiene agarrado de las pelotas ya no me acuerdo con
qué huevada y le dice que solo quiere vengar la muerte de su padre, y que si no
lo ayuda a robar los 8 palos ¡¡¡¡lo matará!!!!! Así que el negro se va a tomar
unos drinks a un bar de mala muerte y de pronto ve en el fondo que una parejita
discute y él hombre toma del brazo a la mujer y la mete en un baño, así que los
sigue y justo cuando el hombre intenta introducirle la gallina en la boca a la
joven por la fuerza, Samuel descubre que la joven no es otra que la negrita
que le habían regalado en la escena anterior y que él había rechazado.Así que lo detiene, le da un brusca piña y lo anula y salva a la negrita,
quien cae rendida de amor en sus brazos. Y se enamoran y se van a vivir juntos
y arman una muy pintoresca casita de recién enamorados y se cogen y se cuentan
todas las terribles vicisitudes que atravesaron en sus vidas como si
pretendiesen competir para descubrir cuál de los dos fue el que más sufrió
hasta que el destino los unió. Y un día en que el negro sale a trabajar, Ethan
lo espera y se lo lleva y le dice que aquella negrita copada y súper masticable
que se está empomando con gran virilidad no es otra que… ¡¡¡Su propia hija!!!!
Y esta novedad produce en Samuel L. Jackson la peor actuación que he visto en
muchos años, arrugando su rostro e intentando una sofisticada expresión, mezcla
de indignación, ira, pavor, negación de la realidad, merchandising de Star Wars,
documental sobre gatitos y ganas de echarse
un meo que francamente me dejó patitieso. Y cuando se repone de la noticia e
intenta vengarse aplastando al puto Ethan de una merecida trompada, este le
dice “Ah, ah, ah. No me toques que le cuento todo a Negrita” para luego
continuar redoblando la apuesta: “ Y si no me ayudas a robar los 8 palos, le
cuento igual, puto.
Y así entonces comienza esta idiotez indescriptible, donde Jackson,
Kirby y Wilkinson se disputan con fiereza de campeón aguerrido el título honoris causa de
“Boludo del año” superando ampliamente cada una de las malas tomas que componen
arribando a un desenlace tan pero tan pelotudo e infantil que sólo merece que
los caguen bien a patadas en el culo por infelices.
Así que ni se le ocurra, quédese con el Jackson de Pulp Fiction, con el Kirby de Mambo Italiano y con el Wilkinson de The Debt. Y huya desesperado de la góndola donde la copia de The Samaritan lo acecha con intenciones maliciosas mientras en la carátula un hijo de su madre vaticina, desvergonzado:
Así que ni se le ocurra, quédese con el Jackson de Pulp Fiction, con el Kirby de Mambo Italiano y con el Wilkinson de The Debt. Y huya desesperado de la góndola donde la copia de The Samaritan lo acecha con intenciones maliciosas mientras en la carátula un hijo de su madre vaticina, desvergonzado:
“Atrapante. Un sólido Samuel L. Jackson sostiene hábilmente las idas y
vueltas de este thriller en la tradición del noir” Michael Rechtstaffen – The
Hollywood Reporter
Michael Rechtstaffen: Andate un rato a la cachucha de tu hermana,
estafador.
3 comentarios:
Eres bien argentino para decir negro a cada rato. No lo puedes llamar por su nombre carajo. despues de la primera linea te queria escribir este comentario ni siquiera me interesa tu puto blog de mierda.
Karim,
Lamento haberte ofendido, en Argentina no es un insulto decir "negro" a una persona de color sino a aquel que por su condición socioeconómica presenta una personalidad o manera de ser.
En Argentina se le dice negro al africano como chino al chino, y nadie se enoja. Es más, es un mote que acerca a las personas, que las descontractura y las une.
Seguramente habrá argenitnos que le dicen "negro" a una persona de color solo por su condición de facista hijo de puta, pero quedate tranquilo que no es mi caso.
Perdón nuevamente por haberte ofendido, jamás fue mi intención.
Pero como ya le dije a una lectora española que se molestó por que en una crítica señalaba a un español como "gallego" y me hizo la aclaración que España no es solo Galicia, nunca imaginé que un día recibiría este tipo de críticas de personas de otras partes del mundo porque jamás se me hubiese ocurrido suponer que me leerían mucho más que mis amigos de mi ciudad, donde no se mal interpreta la lectura por nuestra condición de rosarinos.
Prometo de aquí en más utilizar un lenguaje que no sea hiriente y que sea lo más globalizado posible intentando hacerlos reír, que ese es el fin de este blog.
Te mando un gran abrazo y disculpas nuevamente.
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