Con: Corey Feldman, Jill Whelan, Brian Anthony Wilson, Nikki Bell, Brian Gallagher, Nicole Cinaglia, Ashley Sumner, Kyle Patrick Brennan, David J. Bonner, Faust Checho, Joe Raffa y gran, gran elenco
Dirección: Joe Raffa
Resulta que en un malogrado intento por
rescatar de las profundidades más oscuras del olvido más lamentable a Corey
Feldman; Faust Checho y Joe Raffa escribieron y bancaron esta inusual película
de terror/enredos que contaré a continuación.
Así es entonces que ponemos “play”, nos
acomodamos en la cama o sillón del living y nos encomendamos a disfrutar de la
primer escena, que nos muestra a cuatro jóvenes universitarios que
disfrutan de una extraña atracción tipo kermesse, donde un inexacto número de
empleados de circo caminan entre los paseantes con caretas de monstruo o
caracterizados de zombies, o de muertos peligrosos, para luego depositarnos en
la segunda e inquietante escena, que nada tiene que ver con la primera y que nunca estará
conectada más luego con la historia -aunque no sé, porque estoy un poco
confundido-,
donde vemos a Rubia del grupo hablando por teléfono con alguien que no queda
claro quién es mientras detrás de su espalda germina un pelado muy maléfico,
desnudo pero sin genitales, que la mira como si estuviese por violarla. Pero
uno se queda re tranca, porque el tipo no tiene nada ahí abajo, sólo una dermis
que recubre la zona donde debería ir el pito, y tampoco tiene nada en las manos
así que no podría violarnos de ninguna manera, por lo que nos relajamos, pero
Rubia no, Rubia lo ve y grita como loca y la escena se oscurece.
Y en la tercer escena finalmente aparece el
actor estrella del film, Corey Feldman, con un amenazador peinado teñido rubio
con un pelito largo que le baja por una ceja. Feldman está arrestado y un
policía gordo lo indaga sobre algo que nunca quedará claro mientras Corey le
responde con alegorías sobre cuestiones muy confusas que no hablan ni de la
película que estamos viendo ni del partido de Ñubel y Boca recientemente
disputado donde el último fue vapuleado por 4 tantos contra 0.
Y entonces llegamos con la lengua afuera al
cuarto capítulo, donde un masculino del grupo del principio finalmente
accede a entrevistar a un actor que está poseído por Belcebú, o por Pipo
Gorosito (nunca queda claro esto) que tiene la posta de lo que ocurriere con
Rubia en la escena II con el siniestro pelado eunuco que le germinó en el
livingroom. Así es que Poseído, sin ojos en sus cuencas, le dice que Rubia
era bien puta y que en el infierno le están dando masa las 24 hs. Esto irrita
al joven entrevistador de demonios quien, presa de un ataque de indignación muy
sobreactuado, comienza a dar puñetazos en el rostro de su entrevistado poseído,
que se ríe de Janeiro del ataque ya que está poseído y no le duelen las
trompadas.
Y llegamos entonces a la quinta escena, donde
vuelve a aparecer Corey, encarcelado por el FBI, la CIA o la Cámpora (tampoco se reconoce quién finalmente lo tiene cautivo) y continúa
respondiendo inexactitudes a las preguntas irrelevantes que el gordo policía le
hace con cara de “Ja!, te tenemos, maldito!” cuando nunca queda claro por qué
motivo lo tienen encarcelado, ni qué carajo tiene que ver él con los tristes y
disonantes episodios que conforman la ¿trama?, mientras Corey continúa recitando
imprecisas metáforas mientras el director nos muestra flashes de situaciones
muy pero muy delirantes que no se aferran, siquiera con buena predisposición,
al hilo conductor del filme, si es que el film lo tuviera.
Y en la sexta o séptima escena, ya me perdí y
no logro unir todo esto que les estoy contando, al caos reinante en la historia
que no explica nada de lo que ocurre y uno ya está en la media hora de film y
no sabe qué tiene que ver Pipo Gorosito en todo esto, va y aparece esta nueva
escena que muestra a los dos hombres del grupo del inicio del film, que buscan
algo en una casa embrujada que era del novio de la madre de uno de ellos y la
traducción de los subtítulos se transforma en inexplicable hasta el paroxismo,
haciendo que con mi mujer comenzáramos a mirarnos como si estuviésemos siendo
partícipes de un cruento debate en cantonés.
Así que yo lo lamento mucho, y mire que le
puse onda, ¿eh?, pero no hubo forma, no pude jamás enteder nada de lo que
ocurría en este peliculín de recontra cuarta, protagonizado por un Corey Feldman
que no le molesta para nada colaborar en estas bazofias dejando bien en claro
que si uno le tira cien pesos argentinos, por ahí el tipo acceda a mostrarte la
chota.
Ponerle medio Juanpablo sería entrar en una
complicada crisis diplomática con los medios puntos, al límite mismo en que se
confabularen y decidieren mandarnos a cagar y no venir más al blog a ayudarnos con
la puntuación de las futuras películas. Así que mejor no le ponemos ni eso y
esperamos tener mejor suerte la próxima.
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