Con: Alexandra
Daddario, Michael otrora Biehn y ahora Mahl, Brett Rickaby, Nolan Gerard Funk, ¡¡¡¡¡John
Savage!!!!!! y gran elenco
Dirección: Stevan
Mena
Resulta que en un pueblo de mala muerte donde
todo el mundo se conoce con detalle hasta las tripas mismas, una madre está entrevistando a
una futura niñera de su enfermo hijo, quien posee un extraño mal que le
imposibilita sentir dolor (Oh, dios
santo, seguro que éste niño será secuestrado y sometido a los más cruentos sufrumientos
que no sufrirá...) y la mujer le advierte a su próxima empleada doméstica sobre todos los exhaustivos cuidados que deberá tener minuto a minuto con el niño,
quien a pesar de tener que estar siempre custodiado por un mayor, justo en esta
escena se encuentra solo, abandonado y desprotegido, hamacándose lejos en el
patio trasero de su casa cuando aparece en escena la camioneta más horrible,
más vieja, más descolorida y con más look de “vehículo de asesino serial” que usted haya visto en su vida entera. Y su
conductor, ataviado con ropas de perfecto asesino despiadado al que solo se le ven sus botas de pervertido, se acerca al
niñito y le ofrece regalarle una bicicleta si antes lo acompaña a su casa en la desvencijada camioneta. Y el niño acepta gustoso, solo tiene que ir de este
hombre, recibir unos cuchillazos o unas violaciones o lo que fuere que pretende
el sádico y, en su carácter de “niño indoloro”, pasar estas aflicciones de
manera neutra para así recibir la bicicleta que le prometieron. Y cuando la
joven y no tan precavida madre invita a la niñera a conocer a su retoño no
puede creer lo que sus ojos ven: La hamaca está vacía y su hijo desapareció. ¡Diantres!
Horror. Desesperación. Y ahora, quién podrá
protegerlo de lastimaduras que no le dolerán.
La policía hace un minucioso rastrillaje
durante muchos años buscando al niño pero nunca lo encuentran. Y a pesar de que
es un pueblo chico y todos se conocen y toda la gente es buena, amable y social
a excepción de un único vecino que hace añares es un obtuso ermitaño que nunca
habla con nadie y que vive solo dentro de un abandonado matadero vacuno, única
propiedad en varias leguas a la redonda con pinta de “depósito de niños y
jovencitas secuestrados”, a la ley ni se le cruza por la cabeza revisar esa
vieja fábrica abandonada a pesar de que ya van varias jovencitas y niños que
han desaparecido y donde para cualquier otro mortal que hubiere pisado esta
tierra, claramente este era un predio donde podría vivir un sádico y pervertido
enfermo asesino que pasare sus días despuntando el vicio de depravado asesino raptando
jovencitas y niños pueblerinos para guardarlos ahí dentro y flagelarlos por
doquier, pero no es el caso de esta particularmente necia policía rural.
Mientras tanto, una joven bellísima que tiene
unos ojos que no se pueden creer y que cada vez que el director la enfoca queda
uno hecho un imbécil contemplándola con un hilo de baba goteando por la comisura de
sus labios, acaba de perder en un triste accidente a sus padres y tiene dos
caminos: o se va a vivir a New York con una abuela hipocondríaca o desembarca
en la casa de su tío, en medio del campo con la nada misma a su alrededor y con
un asesino que no oculta su condición de tal ni siquiera en su postura frente a
sus vecinos más cercanos o la policía.
Ojazos es corredora, le gusta hacer maratones
por la ruta, así que decide irse al campo con su tío, quien la recibe gustoso
pero con dolor por haber perdido a su entrañable hermano.
La joven está un poco incómoda, le costará
algunos meses re ubicarse, así que comienza a salir a correr más de la cuenta
por la ruta. Y tanto corre que un día llega al terreno donde está enclavado el
viejo matadero. El lugar mete miedo, es intimidante y cualquiera que pasara
por el lugar se quedaría un instante contemplando las ventanas rotas. Y de
seguro que en estos cinco años pasados desde la desaparición del niño indoloro
habrán caminado el lugar un sinnúmero de pueblerinos, pero solo Ojazos, seguro
por tener esos tremendos ojos, es quien ve al niño apoyado con desinterés en
una ventana, mirando hacia afuera como quien no tiene lo que hacer. Ojazos
vuelve a su nuevo hogar y le cuenta a su tío que en el viejo matadero
abandonado le pareció ver a un niño apoyado en una ventana con apariencia de
indigente, o salvaje, pero su tío, lejos de preocuparse y llamar a las
autoridades pertinentes para así rastrillar el lugar le dice que nunca más vuelva a
pasar por ese viejo matadero y que ni se le cruce por la cabeza dirigir la
palabra a su dueño, que es un hombre enfermo y solitario que nunca habla con
nadie (¡Seguro que es el asesino! ¿Nunca
nadie pensó en esta opción o son todos idiotas?).
Y la vida sigue y el asesino continúa paseando
su camioneta de asesino serial por el condado entero y secuestrando jovencitas pero nadie siquiera contempla
como opción allanar el matadero, y las jovencitas siguen desapareciendo hasta
que un buen día Ojazos vuelve a correr por el lugar y vuelve a ver al niñito y
no puede evitar entrar al matadero a rescatarlo pero el asesino la estaba
esperando detrás de la puerta y la golpea y la encierra en el frigorífico. Esto
es terrible porque Ojazos solo viste una musculosa que deja ver, como siempre
que Daddario no colabora en una película para adolescentes, sus increíbles tetas.
Y el frío que la toma por sorpresa le activa sus pezones y uno se queda
batallando como un soldado patriota por contemplar sus ojos mientras otra parte
de nuestro cerebro lucha por detenerse en sus senos y la locura invade al
espectador al momento en que aparece por el lugar su noviecito de estreno, vecino
de su tío, quien advierte a la joven dentro del frigorífico y le avisa que
buscará algo para liberarla en el preciso instante en que Asesino le da un
palazo en la nuca y luego lo remata en el piso mientras su tío se pregunta si
su sobrina, que ya hace mucho que salió a correr y aún no ha regresado, no
estará en el viejo matadero (¿?), así que decide pasarse por el lugar y
preguntarle a Asesino si no vio por casualidad a una joven con unos ojos
increíbles y una musculosa que sugería unas imponentes tetazas, pero Asesino le advierte que salga de su propiedad y le da un tiro en el abdomen mientras
Niño Indoloro libera a Ojazos/Tetazas y entre ambos acaban con Asesino y
huyen del lugar rescatando a Tío, pero cuando vuelven a la casa de éste, Niño
Indoloro sufre una terminante crisis psíquica y se convierte en un flamante asesino 0
kilómetro y mata a todo el mundo.
Nunca imaginé que vería a Michael Biehn
colaborando en tan tonto film. Ni mucho menos a Savage, quien hace el papel más
chiquito e irrelevante de toda su carrera habiendo salido nada menos que The
Deer Hunter, pero bueno. Al menos Daddario nos regala una nueva opción
para delitarnos con su belleza.
Le pongo 3 Juanpablos, dos por sus ojos y uno
por su otra parte del cuerpo, tan interesante, por cierto.
2 comentarios:
jajajaja esta critica fue tremenda loco , me rei muchisimo. Segui haciendo magía
Gracias!
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