lunes, 17 de noviembre de 2014

Area 407 (2012)




Con: Abigail Schrader, Samantha Lester, James y Melanie Lyons, Brendan Patrick Connor, Ken García y gran elenco

Dirección: Dale Fabrigar y Everette Wallin


Resulta que una vez más, y a pesar de los reclamos ya de rodillas de la población toda clamando para que Hollywood abandone de una vez y de manera definitiva el género “terror con camarita en mano” que hiciera las delicias de grandes y chicos en Blair Witch Project pero que, ni bien terminada esta inteligente y fresca modalidad de terror ya no quedaba más por decir y luego se construyeron millones de secuelas y/o burdas copias que pareciera que compiten entre ellas para ver cuál es más patética, más inútil y más descerebrada; una jovencita de trenzas da inicio a esta tontera sin igual filmándose en modo selfie antes de ingresar al avión que la llevara de regreso a no se dónde junto con su hermana mayor, quien no desea ser filmada y pide constantemente a su hermanita que deje de hacerlo mientras ésta –la hermanita- no para de filmarla y molestar al resto de los pasajeros de este vuelo que seguro caerá en breve con la bendita suerte de que, aquellos que quedasen con vida y ensangrentados, pudiesen contar con lujo de detalles y camarita de mano para dejar registro de “lo que sucedió” esa fatídica noche y así aprovechar y construir un revelador film sobre ello.


Y ya está todo listo, ya tenemos a todos los desconocidos actores de bajo presupuesto que pueden oficiar de supuestos seres humanos reales que están atravesando una situación perturbadora ya que nadie los recordará de otro filme. Ya tenemos el avión y las azafatas. Y el gordo insufrible de ahí adelante tiene el visto bueno de los directores para dar rienda suelta a la primera situación tentadora de ser filmada con una camarita de mano al ponerse a discutir sobre los maníes con la azafata, señalando que la compañía en la que está por volar, es una real basura.

Luego, lo inevitable, el avión levanta vuelo pero una indeseable tormenta y/o un desperfecto técnico lo baja de un hondazo.

La mayoría muere, todo es oscuridad, gritos y sangre. Y por suerte -de lo contrario no hubiésemos sabido qué ocurría con estos cuates sobrevivientes- la rubiecita de trenzas no solo está con vida sino que aún sostiene con vehemencia su camarita de mano y ya está dispuesta a filmar saltos y desenfoques a unos actores de muy mala calidad completamente ensangrentados de la cabeza hacia abajo, todos chorreados en el mismo cachete.

Y lo sobrevivientes gritan, se pelean y anuncian locas opciones para escapar del avión, que ya cayó, que no explotó, pero que bien podría hacerlo mientras el gordo sigue peleando con la azafata por los maníes y otro pasajero quien, justo y a dios gracias, anuncia que no se preocupen, que en un bolso de mano que subió al avión cuenta con un set exclusivo y profesional de cuatro camaritas de mano con potentes flashes para que no solo Trencitas sea quien inmortalizare éste vómito sino que varios uedan hacerlo, de manera de poder enfocar varios flancos cuando unos extraños dinosaurios muy pero muy mal hechos a los que ni Trencitas ni los pelotudos que deciden atarse camaritas en las manos logran aunque sea una vez en toda la película filmar y enfocar bien.

Y todos gritan muchísimo. Todos sangran por el coco y tienen la mejilla izquierda completamente ensangrentada, y todos se pelean y todos son comidos por los dinosaurios que no pueden enfocar ni una vez.

Así que déjeme de joder con esta inmundicia, que bastante cabrero estoy por habérmela fumado.

Diga que la vi en Netflix y no tuve que pagar el alquiler, que sino boxeaba a alguien.


Le pongo 1 Juanpablo





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