Con: Christian Bale, Joel Edgerton, Ben
Mendelsohn, John Turturro, Aaron Paul, María Valverde, Sigourney Weaver, Ben
Kingsley y elenco
Dirección: Ridley Scott, Billiken y Anteojito
La iba a matar, me desperté a las cuatro de la mañana para poder verla y
toda la primera parte, la gran primera parte, me indignó sin más. No hacía
falta siendo Ridley Scott contar esta historia como un pelotudo, así: etapa por
etapa sin filtro ni sutileza alguna, es una falta de respeto a su nombre. Turturro
está re mal, Weaver habla solo dos veces en toda la película (y dice solo dos palabras en cada ocasión: “Debe
morir”) y la descripción inicial sobre cómo fue que ocurrió lo que ocurrió
es tan infantil y elemental como lo podrían haber descripto la revista Billiken
o Anteojito
en la década del ‘70. Pero después se acomoda. Bale nos tiene acostumbrados al
éxito y debemos confiar en su pericia, así que véala. Véala y disfrútela sin
prejuicios. Y sobre todo véala con sus hijos, no hay mejor manera de contar
esta improbable vieja historia que no sea de la mano de Edgerton, Bale y Scott.
El resto acompaña bien. Aaron Paul está muy atinado y Ben Medelsohn es
uno de mis actores de reparto favoritos.
El que la caga de manera poderosa, como siempre en el último tiempo, es
Ben Kingsley.
La escena en que deben cruzar el mar con las aguas divididas es tan
épica y está tan bien montada, que el sólo hecho de ver al pelotudo de Ben
Kingsley encomendándose a cruzar el mar con esa tonta caminadita de extra mal
actor, no se puede creer. Aún estoy perplejo. No entiendo cómo puede habérsele
pasado a Scott, seguro que justo estaba comiendo unas rabas y bajó la mirada un
instante porque se le chorreó salsa tártara en el pantalón piantándosele para
siempre el tosco atentado de Kingsley. 400 extras cruzando, uno más desconocido
que el otro, y ninguno encara ni remotamente esa caminadita con tan pavota
voluntad. Hay que ser boludo para salir caminando así, y para colmo bien al
frente de la imagen. Yo soy Ridley Scott y me doy cuenta, y primero le pego un
grito: “Oíme, pelotudo, ¿cuándo caminaste así como un robot en toda tu vida?
¡Corte! ¡Vamos de nuevo! ¡Mantengan cerrada la canilla!, y después lo cago bien
a trompadas.
Así que este tropiezo le resta como 14 Juanpablos a Exodus, un film que se
llevaba un 6 cómodo y ahora con este gravísimo e irremediable error no puedo siquiera
calificar.
Pero véala, véala que la va a pasar fenómeno.
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