Con: Sharon Stone, Billy Zane, Rosemberg Salgado, Miguel “Narígas Nada”
Roarte, Olga Segura y la sobreactuada
colaboración de Giovana “La Poronga” Zacarías como: “Juanita”
Dirección: Gabriela Tagliavini
Resulta que la otrora venerable y hoy olvidada
Sharon Stone, en un arranque místico de desesperación por volver a la pantalla
grande sea como sea en lugar de quedarse en casa haciendo tortillas de papa para
sus sobrinos, se pone en la piel de la corajuda “Sofie”, una morochísima
reportera de bucles armados que tiene demasiado trabajo para tener una familia
o para ir a una peluquería un poco más decente para así poder lucir un peinado
al menos no tan desfachatado y berreta y, al regreso de una cobertura
periodística súper forzada y armada para la ocasión con una horda incomparable
de malísimos extras, recibe el llamado de su hermano menor, Billy Zane, quien además
de estar mucho más de vuelta que la propia Sharon Stone, se encuentra traficando
mejicanos en la frontera de Arizona y es descubierto por un señor que no se
deja ver y que en breve lo ajusticiará por haberlo agarrado infraganti
traficando mejicanos ya que era él quien pretendía traficarlos y entonces lo
hará pagar por su osadía. Así que la mal peinada Sofie atiende el móvil con
alegría pero solo escucha disparos y más disparos antes de que la llamada se
corte abruptamente.
Horror. Temor. Bucles que saltan con tristeza
alrededor de la cara arrugada de la célebre actriz.
Para colmo intenta re llamar a su hermanito,
pero su llamada es derivada al contestador.
Esto aflige mucho a la otrora famosa actriz sin
bombacha, quien decide viajar a México en busca de su hermano a pesar de los
retos de un extra desconocido hasta por sus propios familiares a quien le
dieron el rol de editor del diario donde Stone trabaja y que, como solo
aparecerá en ese mínimo instante, seguro agarraron a alguno de administración
del predio que alquilaron para filmar esta sonsera que, se me ocurre, debe
haber sido el club del sindicato de camioneros de Zacatecas o un lugar así. Pero
Stone hace oídos sordos a lo que el extra le recrimina y se pianta a México,
buey.
Una vez en tierra Azteca, Sofie visita las
oficinas donde su hermano trabajaba, pero nadie sabe nada de él y todos se
hacen los desentendidos, por lo que decide amenazarlos ya no recuerdo con
qué irrelevancia y Muchachito, el joven bien parecido que pulula en la escena, le ofrece un
café y la invita a acercarse hasta el último lugar donde Billy fue visto con
vida. Y esto es bastante contradictorio, porque Billy fue visto por última vez
con vida en el medio del desierto, al costado de una caseta postal abandonada
sin nada en muchos kilómetros a la redonda, así que ¿quién fue el último que lo
vio con vida?, porque si fue visto ahí por última vez con vida entonces también
han visto a quien lo rematara de un tiro en la cabeza, ¿no?, en fin.
Sofie, preocupada, investiga el lugar
peinándolo con minuciosa mirada cuando descubre con pavor los restos de un
habano tirados en la arena, y más luego se acerca a la cerca de alambrado herrumbrado
que divide la vida exitosa de la vida en la miseria y encuentra la gorra de los Red Sox de su hermano, ensagrentada y colgada del lugar.
Oh, dios, qué terrible angustia. ¿Se encontrará
bien?
Luego, unos norteamericanos azuzan a la ex
bella actriz disparándole cerca para que se aleje de la cerca y Muchachito
decide llevarla a un bar para que se relaje y ver de ponérsela. Sharon no es la
Sharon de otrora pero el tipo tiene la idea fija, seguro para contarle después
a sus amigotes que estuvo a los besos con Sharon Stone, así que van a un bar y
se comen unos burritos y toman unos tequilas y Muchachito le pide que le cuente
alguna anécdota sobresaliente de Billy, ya que todos lo admiraban porque el tipo “era un ángel”. Al
principio, Sharon no quiere contarle ninguna anécdota, pero los tequilas avanzan
en la noche y finalmente decide contarle una que pinta de cuerpo entero a su
hermano, tan carismático y angelical. Entonces, tomada por un imponente ataque
de nostalgia graciosa, le cuenta que cuando era chico hubo una tormenta y había
unos renacuajos (sí, le juro) que se habían salido de la zanja donde pasaban el
rato, y Billy los volvió a poner dentro uno por uno. Esto emociona con profundidad a Muchachito, a quien se le pianta un lagrimón y se acongoja como un poseído, inmerso en lo más
hondo de su imaginación intentando dibujar la escena en su cabeza y todos
lloran de placer y se emocionan, y no me parece que fuera una anécdota tan pero
tan escalofriante, hilarante o emocionante como para, primero elegirla sobre otras y
segundo salir todos llorando con semejante pelotudez, pero bueno, es el flagelo
de toda película mala sin argumento sólido.
Mientras tanto, en un granero abandonado,
Juanita, la mejicana más mala, más narcotraficante y más coyote de todo México,
está torturando al viejo Billy porque osó traficar mejicanos sin su permiso, y
como no había presupuesto para conseguir herramental de tortura de ninguna
índole, alguien del departamento de casting le consiguió un clip de oficina que, con solo enderezarlo un poco, obtuvo un filoso pinche para clavarle las yemas de los
dedos mientras Billy grita, desconcertado y dolorido, no imaginando que en su pobre contrato habría una cláusula que dijera que le iban a pinchar los dedos.
Stone, por su parte, recibe la llamada de un
desconocido que le dice que si quiere volver e ver a su hermano con vida debe
viajar a “El Altar”, un pueblo de por ahí cerca y contactarse con él. Stone
pide a Muchachito que la alcance a dicho pueblo, pero Muchachito le pregunta
para qué quiere ir ahí, que en El Altar solo hay ladrones, violadores e
inmigrantes, haciendo que uno se pregunte por qué no cierran el lugar y dejan a
todos los ladrones y violadores dentro en una suerte de práctica cárcel
instantánea y luego quitan a los inmigrantes, quienes al día de
hoy no podemos comprender por qué motivo Muchachito los metió dentro de la
misma bolsa si los inmigrantes fueron siempre gente muy próspera y muy
dispuesta. Pero la vieja Sofie no le teme a ningún violador, a ningún ladrón y
menos que menos a un inmigrante, así que le ordena a Muchachito que la lleve y
finalmente se encuentra con Javier, un narigón tremendo que sabe dónde está su
hermano pero le explica que para verle tendrá que hacerse pasar por
mejicana desertora y viajar dentro de un camión-tanque y no mencionar el asunto.
Y sobre todo ni siquiera ocurrírsele mirar a los ojos a la malvada Juanita, que
es quien comercia mejicanos mejor que nadie en todo México. Así que Sofie
acepta el trato y se introduce en el camión. Y bueno, no voy a seguir con esto mucho más
porque no tiene sentido. Stone intenta recuperar a su hermanito mientras
montones de mejicanos malos la duermen, la violan y la llenan de cocaína –que es lo que verdaderamente trafica
Juanita, escondido dentro de extras mejicanos que desconocen su condición de "Mulas"- y la película termina con
narigón muerto, Juanita ajusticiada y Muchachito revelando su verdadera
identidad de malo malísimo jefe de Juanita.
Así que Sharon recupera a su hermano y busca a
la hija menor de Narigón quien, en lugar de quedarse a vivir con su tía como
correspondería, no, Sharon se la lleva en una camioneta con rumbo a los Estados
Unidos de América como si fuera lo más normal del mundo, donde seguro será inmensamente feliz trapeando el piso del
departamento de la ex actriz sin bombacha.
Le pongo 1 Juanpablo. La parte en que de pronto
Juanita supone que Narigón la está cagando y entonces dos secuaces que eran re
amigos de Narigón de pronto lo apuntan con un rifle es la escena más patética
que vi, por lejos, en todo este milenio.
2 comentarios:
Es uno de los mejores blogs que he visto de crítica del cine, un estilo fresco y divertido, pero no tiene buscador, amigo, coloca uno y nos ayudarás a quienes sentimos curiosidad por ver las divertidas críticas para determinada película.Saludos.
Me encantaría, pero no sé cómo! Gracias por comentar! Prometo averiguar cómo se hace
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