Con: Stephen Dorff, Svetlana Metkina, Maisie
Williams, Jeanne Nilson, Warrick Grier, Calvin Hayward y la colaboración
especial de Peter Stormare como el temible Mallick
Dirección: Evelyn Purcell
Resulta que Stephen Dorff, ya completamente
resignado y encaminado a protagonizar las más absurdas malas películas que
usted ni siquiera pueda imaginar así sea un experto catador de cine clase Z, se
pone en la piel del inocuo Paul, un irrelevante investigador de hienas, mamífero
selvático aún más irrelevante que pudiese habitar la selva africana, quien,
luego de una poco atractiva clase sobre hienas que está dando en una inexacta
universidad rodeado de, suponemos ya que no son filmados, atentos alumnos,
recibe la visita de su novia rusa, una temible mala actriz que ha sido
convocada para colaborar en este impropio e innecesario film sobre hienas y
malos actores.
Así es que Paul finalmente termina su charla y
parten al departamento de éste, para ver de desnudarse un rato y toquetearse ya
que hace tiempo que están separados, pero qué caray, diría la mujer de
Flanders, de pronto una llamada por Skype todo lo interrumpe. Es su ex mujer,
quien le solicita se haga cargo de la hija de ambos, adolescente y horrorosa
mala actriz, ya que la policía la encontró con drogas y amigos poco
recomendables.
Esto compunge con tesón a nuestro querido actor
de “Somewhere”,
quien compone la escena con una inusual cara de piedra que sorprendería al
propio Keanu Reeves y notifica a su novia que el próximo viaje que harán en
pocas horas al África para seguir estudiando hienas deberán hacerlo en compañía
de su hija ya que su ex mujer “está destrozada” –esto no es así, tanto usted
como yo, como Dorff como la propia rusa que se está cambiando mientras el
científico dialoga por Skype con ella podemos ver claramente que la tipa no le
está pidiendo que se lleve un tiempo a su hija con ningún tono desesperado sino
todo lo contrario. Incluso Dorff bien podría haberle dicho que no aduciendo
cualquier mentirita piadosa y su ex habría comprendido y nosotros hubiésemos
vivido toda nuestra vida sin ver esta estupidez-, por lo que la rusa acepta la
propuesta y todos parten al África en una simpática Land Rover meta chistes y
risitas ante la mirada seca y ortiva de la jovencita, quien deja bien claro en
la escena no solo que es una tosca mala actriz sino que también odia con todo
su corazón a la novia de su padre.
Y los días pasan y el viaje y el film son
insosteniblemente aburridos. La muchachita no pone buena voluntad y vive
peleando con la rusa así que buen día Dorff decide llevarla de regreso con su
madre, pero el cruel destino les tiene preparada una horrorosa pasada, unos
malos actores más soquetes que no sé qué acaban de cazar un rinoceronte y Paul
detiene su paso y los regaña sin advertir que los cazadores son traficantes de
armas, quienes de inmediato matan a nuestro actor conocido quedándose ellos con
el film sin siquiera haber llegado al menos a la mitad de éste, por lo que
ustedes imaginarán entonces, si la película era mala hasta aquí, lo que sigue
sin Dorff al mando, quien jamás en toda su participación empuña una pistola
como muestra el póster de la derecha, recontra toqueteado con Photoshop seguramente
para atraer televidentes ávidos de ver a Dorff pistola en mano.
Y mientras esto ocurre, Rusa se acerca a la
tienda donde tienen la comida a por un poco de agua y ¡zas!, las hienas
entraron, se comieron todo y le masticaron el teléfono satelital, así que sale
en busca de algún tanque de agua y encuentra la camioneta de su amado con su
amado muerto y la niña, moribunda. Así que la rescata y se esconden por ahí,
muertas de sed. Aunque no sé, porque yo jamás vi una rusa con sed, es más, ni
siquiera presté atención a cómo son las rusas cuando tienen la boca seca, pero
esta mujer ni siquiera sabe poner cara de sedienta, solo hace trompita, con su
pelo espléndido de Vella al viento y sus ropas sueltas color arena y eso es
todo.
Así que tenga muchísimo cuidado, no vaya a
cometer el terrible error de alquilar esta pelotudez en donde Dorff jamás
empuña una pistola.
Es tan pero tan mala que lo deja a uno sin
palabras para describirla.
Le pongo 1 Juanpablo, ni siquiera mencionaré lo
que pienso de la colaboración de Peter Stormare.