Con:
Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt, Kennedi Clements, Saxon Sharbino, Kyle
Catlett, Jared Harris, Jane Adams, Susan Heyward, Nicholas Braun y elenco
Dirección: Gil Kenan
El hecho de encontrar una nena casi calcada en
lo físico a la protagonista del célebre film de Hooper escrito por Spielberg “Poltergeist”
de 1982 no es suficiente mérito para agarrar y decir “¡Mirá, una nena parecida
a la de Poltergeist!, ¿y si hacemos una remake?”.
No. Porque en primer lugar la niña debería ser
actriz y no es el caso. Claramente se hartaron de repetir escenas y terminaron
dejando la mejor de cada una de sus colaboraciones, distante por mucho a lo
aceptable, pobre niñita, qué culpa tiene también. Son los padres quienes
deberían haber rechazado la oferta en pos de proteger a su retoña.
En segundo lugar, el tonto y bastante
desfachatado esfuerzo por mezclar las nuevas tecnologías en la historia de
manera de que los fantasmitas aparezcan ya no en un TV de tubo sino en Leds,
Ipads y celus y a la hora de salir a rescatar a la niñita contar con un genial
drone es por lejos lo más tonto que he visto últimamente.
Y si a eso le sumamos la patética colaboración
de Rockwell, quien siempre me cayó bien pero aquí se nota por todos lados que
firmó, cobró y se apuró a que terminara el rodaje sin prestar siquiera atención
a lo que hacía junto con esos dos extras de recontra cuarta cuarta empleados de
la psíquica o caza fantasmas a la que acuden (la morocha no sabe siquiera poner cara neutra) y el desenlace
final, en donde por supuesto se dieron cuenta de que así no obtendrían otra
cosa que el repudio mundial y entonces le dan un sorpresivo e impensado toque
“gracioso” para hacer ver como que en realidad estaban jodiendo y nunca fue su
intención hacer una remake de Poltergeist sino que en realidad era
una película graciosa que la tributaba… Eso sí que es lo más patético que ví en
el siglo, mire lo que le digo.
Así que le pongo 1 Juanpablo por ponerle algo
y lo invito a que no la vea.
Vergüenza ajena debería darles.
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